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Antón Castro

LA ÍNSULA BARATARIA. CERVANTES Y SANCHO PANZA

Miguel de Cervantes, en la segunda parte de “Don Quijote de la Mancha”, dejó a sus personajes cerca de Zaragoza, pero no los trajo a la ciudad. Para algunos críticos y estudiosos, de ese viaje interrumpido deriva la condición de “invisibilidad literaria” de Sansueña. Don Quijote demoró varias veces su entrada en la ciudad, en una ocasión porque quería conocer antes las riberas del Ebro; en otra, pernoctó en el palacio de los duques camino de la ciudad, y luego se enteró de que Avellaneda (que en realidad pudo ser un aragonés, Jerónimo de Pasamonte, de Ateca), en su “Quijote apócrifo”, contaba que el héroe venía a Zaragoza; Cervantes, para no legitimar el texto, decidió llevar a Don Quijote a Barcelona y diría: “en todos los días de mi vida no he estado en Zaragoza”. Por su parte, Sancho Panza también se quedó en Alcalá de Ebro y Pedrola, en una de las aventuras más crueles del libro, que tendría lugar en 1614. Nos referimos al episodio de la ínsula Barataria, que se desarrolla en varios capítulos (II, 40, 41, 44, 45, 47, 49, 51 y 53), donde los duques de Villahermosa –a la sazón, Carlos de Borja y María Luisa, primos entre sí- hacen entrega de una isla al escudero Sancho Panza, al cual nombran gobernador, y le someten a diversas y crueles burlas.
Curiosamente, Sancho se muestra audaz y juicioso e impone una lección de cordura a aquellos nobles ociosos y desalmados, a los que eligió Cervantes para satirizar a la nobleza española. La lucidez inesperada del acompañante del Caballero de la Triste Figura movía a la perplejidad. “Todos los que conocían a Sancho Panza se admiraban, oyéndole hablar tan elegantemente, y no sabían a qué atribuirlo, sino a que los oficios y cargos graves, o adoban o entorpecen los entendimientos”, narra el novelista.
La ínsula Barataria está enclavada en Alcalá de Ebro. Ya no hay duda. “Sancho amigo, la ínsula que os he prometido no es movible ni fugitiva: raíces tiene tan hondas, echadas en los abismos de la tierra, que no la arrancarán ni mudarán de donde está a tres tirones”, le dice el duque al escudero. El pueblo sobresalía levemente hacia el río y tenía una lengua de tierra que comunicaba la población con una pequeña isla. En los días de tormenta o de riadas, ese istmo era inundado y la isla resultaba perfecta, con sus pájaros, con su vegetación salvaje que se reflejaba, igual que hoy, en las aguas del río Ebro. No se sabe muy bien por qué se fijó Cervantes en Alcalá de Ebro (Luis Astrana Marín sugería que quizá el autor hubiera reparado en las poblaciones que llevasen el nombre de Alcalá, habiendo nacido él en Alcalá de Henares. Conviene recordar de paso que la obra magna de Cervantes iba a terminar en Zaragoza con el fracaso de Don Quijote, vencido por Sansón Carrasco), ni de donde tomó sus datos con tanta precisión, pero lo cierto es que las descripciones de Cervantes en su libro se ajustan tanto al palacio ducal de Pedrola como a la isla.
En el palacio, como recordará el lector, residían los duques. Y en él, en su patio de armas y en su jardín, ocurre la escena del caballo de madera Clavileño, en teoría capaz de realizar movimientos voladores controlados por una clavija. La broma de los duques hacia Sancho consistía en hacerle creer que había volado por los aires. Y además, en el interior del recinto, Sancho Panza dispensaba sensatos juicios a los impostores y cómplices de los nobles aragoneses y a los problemas que urdían los duques, que acabaron enojados y humillados en su propio veneno. “Cuenta la historia que desde el juzgado llevaron a Sancho Panza a un suntuoso palacio, adonde en una gran sala estaba puesta una real y limpísima mesa”, se nos recuerda en el capítulo 47. Pero la precisión de Cervantes fue más allá también en lo que se refería a la isla: escribe de murallas del pueblo que sí existieron y evoca una sima u hoya en la que tropieza Sancho cuando abandona su efímero sueño a lomos de su borrica.
¿Qué queda en Pedrola y en Alcalá del delirio cervantino? En Pedrola sigue el palacio ducal, inmenso, adosado a algunas construcciones, con su escudo de armas, sus innumerables ventanales enrejados, dominando la plaza del pueblo. Y además, una de las vías principales se llama Miguel de Cervantes, que conduce a ese laberinto de callejas angostas y más bien ocres que le dan sabor y pinturería a Pedrola. Aunque no es una ave propiamente cervantina, en la torre de la iglesia se desperezan las cigüeñas. Alcalá de Ebro no ha perdido su estampa romántica. Tras superar el paso a nivel, te sorprenden unos edificios desconchados y sin techo, que antaño fueron fábricas agrícolas. Nos han recordado algunas fotos mexicanas de Juan Rulfo. La ínsula Barataria (que debe su nombre a que ese lugar era Baratario o tal vez al “barato” total que le habían hecho los duques al escudero al concederle la falsa merced) permanece igual que en tiempos de Cervantes, aunque hay un detalle que no pasa inadvertido: un medidor de la altura de la corriente del agua tiene en su cúspide un nido de dos o tres cigüeñas. Si se sigue mirando hacia adentro, hacia la espesura, la ínsula breve sigue montaraz como antaño, las plantas y los árboles crecen a su antojo. La corriente se riza en torbellinos y ondulaciones. En una esquina de la ribera, la escultura de un meditabundo y verde Sancho Panza recuerda que estamos en una región literaria de trayectoria universal. El entorno es bucólico y sugerente: a la derecha de la estatua de Sancho Panza se abre una chopera interminable, plateada y erecta, que invita a extraviarse por ella. Una simple mirada a las torres de la iglesia de la Santísima Trinidad nos recuerda, de nuevo, que aquí se hizo gobernador e inmortal y sabio Sancho Panza, pero que ahora quien domina la situación son las cigüeñas, que se asoman al sucio espejo del Ebro.


*He leído y oído varias cosas sobre "La Ínsula Barataria". Javier Torres se va a vivir allí (yo estuve a punto de hacerlo hace un par de años), Antonio Pérez Lasheras escribe un artículo en "Qriterio", José-Carlos Mainer realiza un trabajo excelente en el disco reciente de Prames de música en La Ínsula Barataria, incluso se ha publicado una monografía sobre la isla y Alcalá de Ebro. He encontrado en mi archivo reciente este texto de uno de mis últimos viajes a Alcalá de Ebro, apareció en uno de los primeros números de "La magia de Aragón", y lo cuelgo aquí.

18 comentarios

Luis Irache -

La Isala Barataria es un diamante en bruto, debemos centrarnos y publicitarlo, éxito asegurado

Riselo -

Para mi ha sido toda una novedad la historia de dónde se inspiró Cervantes para su episodio de la Isla Barataria.
Gracias. Lo incluire en mi Pinterest.
pinterest.com/emr1940

Pedro jose -

En un libro de apellidos que lei de Nicanor Nabarte Pedrola, su nombre tiene raíces bascas significa la Cabaña de pedro

Cervantes -

¡Pandilla de analfabetos!

A ver si aprendéis a escribir como Dios manda.

Amina -

Gracias es muy interesqnte me ha gustado un montón

Feli Guajardo Benedi -

Me gusta todo que habla sabre mi querido pueblo,

Persona en Trabajo Universidad -

Hola sabriais decirme el numero de actos de la Hobra

pojn -

up

camila -

ihuuuuu

camila -

ihu

Reyna Barrera López -

¡Qué magnífico texto sobre la isla Barataria, es un dato inmejorable, hasta quisiera ir a Barcelona para buscar el lugar y regodearme con las líneas de Cervantes! El comentario me anima y también los otros.

Bienvenido Osa Nsue -

Soy profesor de lengua y literatua espanola en Guinea Ecuatorial (Bata). Necesito el texto entero de esta obra en formato teatro para ser representada en la clausura del presente curso en junio. Muchas gracias anticipadas.

francisco Tomas Ortega -

En relacion a las vistas enla entrada de Alcala devo aclarales que son las ruinas de una fabrica de sal


Jesús Achon Lozano -

¿Un medidor de agua en Alcalá de Ebro? ¡¡Vamos hombre, no me joda !! Es una antigua pilastra que sujetaba las sirgas por las que circulaban las vagonetas de transporte de sal, que hacían el recorrido de las minas de Remolinos a Purasal(fábrica de transformacion del mineral de sal)ubicada a menos de 1 kilómetro de Alcalá, en direccion a Pedrola.

El Burro de Caín -

La nobleza de SP consiste en la expresión mas vigorosa y eficaz de su propio ser...Hay que pintarla en un lienzo.

francy lopez pacheco -

cuales son los actos de justicia que ejecuta sancho panza?
cuales son las figuras penales,si es que las hay,mencionarlas?

pre periodista desesperada -

donde puedo encontar la monografía???

pre periodista desesperada

Cide -

Interesante artículo. Como dice bien, lo sucedido en la ínsula barataria empieza como una de las más crueles aventuras del libro, pero realmente es donde Cervantes le da la dignidad a Sancho, que hasta entonces es un pobre diablo embebido en sus ansias de grandeza. Sancho, cada vez más loco, se muestra lúcido, coherente e ingenioso. Además es ahí donde descubre que su verdadera riqueza es el camino y el servicio a su amo. De cualquier modo, también es cierto que El Quijote es un libro que tiene tantas lecturas posibles como se quiera hacer de él.
Gracias por tu esfuerzo por hacer de internet un sitio abierto y con contenido.

Hace bien Javier Torres en irse allí a vivir ;o)