CHRISTINA ROSSETTI. POESÍA DE AMOR
El tiempo pasa para todos, pero no borra los recuerdos. Sería hacia 1987 cuando se fallaba el premio de Poesía Ciudad de Zaragoza, y uno de los ganadores fue un joven llamado Francisco J. López Serrano de Épila. Me dieron su teléfono y llamé a su casa. Me dijeron: No es el primer premio que gana. Pero ahora no puede hablar con él porque está en los campos, lejos, trabajando en la manzana. Lo avisaremos. Volví a llamar cuando caía la noche, cuando el poeta había vuelto a casa con los ojos inundados de un oloroso atardecer de hojas amarillas, de un rasante vuelo de vencejos. Hablamos. No logro recordar la conversación, pero sí mi estado de ánimo, el nerviosismo del joven, mi fabulación exagerada acerca de una vida de poeta del campo que se extravía entre los frutales y los pámpanos. Luego, el poeta también se hizo novelista y cuentista, y de golpe reapareció como traductor. Un traductor nada convencional que lo mismo trasladaba al castellano a Dante Gabriel Rossetti en La casa de la vida de Pre-Textos que a Thomas Hardy, mucho más conocido como novelista, en un libro bellamente titulado: El gamo ante la casa solitaria (Pre-Textos), traducciones en las que más que la literalidad del poema, la exactitud palabra por palabra, se busca la re-creación o transcreación: es decir, el empeño en lograr una creación paralela autónoma vinculada a la obra original por una relación, digamos, isomórfica [Acudo un momento al diccionario de la RAE y al María Moliner, compruebo que esa palabra no existe allí, pero sí isomorfismo e isomorfo, y leo: Aplícase a los cuerpos de diferente composición química e igual forma cristalina, que pueden cristalizar asociados; como el espato de Islandia y la giobertita, que forman la dolomía], en las que usa la rima, elección que obedece al deseo de ser fiel al mayor número posible de elementos del poema original.
Estos subrayados aparecen en el prólogo de su última traducción: El mercado de los duendes de Christina Rossetti, hermana de Dante Gabriel, una mujer enigmática de escasa biografía, bonita, que ha hecho pensar en Emily Dickinson (la escritora norteamericana que está apareciendo mucho aquí últimamente). El libro aparece de nuevo en Pre-Textos, en la colección La cruz del sur, y hay piezas extraordinarias. Delicados poemas de amor y desamor, una composición larga que da título al conjunto, ecos de Shakespeare y una lírica de elevada inspiración, dotada de sentido musical, de audacia y de una hondura cautivadora. La escritora Antonia S. Byatt se inspiró en ella para crear uno de sus personajes de Posesión (hay edición española en Anagrama), uno de sus villancicos suena en todas las casas inglesas por Navidad, El mercado de los duendes ha sido comparado con Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll, y la pieza Remember es una de las obras más famosas del mundo para despedir a los difuntos.
Hay muchos textos que podría elegir, pero Recuerda (Remember) es especialmente conmovedor:
Recuérdame después de haberme ido;
Cuando, bajo la tierra silenciosa,
No me alcance tu mano temblorosa
Ni pueda desandar lo recorrido.
Recuérdame sin más cuando, perdido
Nuestro sueño común, como la rosa
Marchita, esté; pues ya ninguna cosa,
Promesa o ruego, llegará a mi oído.
Mas si me olvidas por un tiempo, amado,
No sufras si el recuerdo luego insiste.
Si tinieblas y vermes han dejado
Algún vestigio de mi pensamiento,
Prefiero que me olvides si contento
Estás a que me evoques y estés triste.
Anoche, hacia las tres de madrugada, digo, leí a Carmen este poema:
Fui yo quien de los dos amó primero,
Después tu amor se alzó y tan desmedido
Fue su canto que ahogó el dulce sonido
Del mío. ¿Quién dio más? Fue duradero
Mi amor, desbordó el tuyo su venero
Un instante. Te amé y te he comprendido,
Me amaste tú por lo que soy y he sido.
Peso y medida para el verdadero
Amor no cuentan. Tuyo y mío son
Palabras que no entiende. Separados
El amor alza el vuelo. Dos es uno
Y uno es dos en amor, ambos fiados
En la fuerza y sentido de esa unión.
Nosotros somos del amor ese Uno.
Fue la culminación de un día donde hablé demasiado. Como siempre. Les pregunté a mis hijos si me había vuelto rabioso o paranoico. (Durante la comida, gozosamente, Fernando García Mongay me contó historias preciosas de González-Ruano y John Carlin en Sitges, emocionadas anécdotas del guardia civil aragonés que fotografió Capa, y además se compró uno de mis últimos libros predilectos: La hermandad de la uva de John Fante (Anagrama). Nos dijimos en un momento: ¿Y si fundásemos una editorial de fotografía y periodismo?). Y esta mañana me despido por unas horas del libro El mercado de los duendes con este cuarteto:
Sueño contigo hasta la madrugada,
Quién pudiera soñar eternamente
Sin despertar jamás, sin ver que ausente
Está mi amor cual un ave emigrada.
Son versos de Christina Rossetti. Son versos de Francisco J. López Serrano, a quien vi un instante en el III Festival de Poesía del Moncayo. Como lector, soy un defensor absoluto de los traductores y mi lista de favoritos es interminable: Emma Calatayud, Consuelo Berges, Eloísa Álvarez (traductora de mi amado Miguel Torga), Esther Benítez, José Luis López Muñoz, José Antonio Llárdent, Ángel Crespo, Paco Uriz, Octavio Paz, Genoveva Dieterich, Julio Cortázar, Maribel Cruzado y ahora, de nuevo, López Serrano, aquel poeta oculto bajo la fronda de los manzanos... Por cierto, la Casa del Traductor está celebrando unas nuevas jornadas de traducción. Sólo se ha presentado una persona, de Madrid, para sustituir a Maite Solana, madre feliz en Barcelona junto al traductor inglés Peter Bush, el hombre que publicó el libro Spain e incluyó un cuento sobre Patricio Julve y Ken Loach en el apartado de Aragón. ¿No sería bonito que fuese López Serrano? Pero no, es una mujer...
Estos subrayados aparecen en el prólogo de su última traducción: El mercado de los duendes de Christina Rossetti, hermana de Dante Gabriel, una mujer enigmática de escasa biografía, bonita, que ha hecho pensar en Emily Dickinson (la escritora norteamericana que está apareciendo mucho aquí últimamente). El libro aparece de nuevo en Pre-Textos, en la colección La cruz del sur, y hay piezas extraordinarias. Delicados poemas de amor y desamor, una composición larga que da título al conjunto, ecos de Shakespeare y una lírica de elevada inspiración, dotada de sentido musical, de audacia y de una hondura cautivadora. La escritora Antonia S. Byatt se inspiró en ella para crear uno de sus personajes de Posesión (hay edición española en Anagrama), uno de sus villancicos suena en todas las casas inglesas por Navidad, El mercado de los duendes ha sido comparado con Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll, y la pieza Remember es una de las obras más famosas del mundo para despedir a los difuntos.
Hay muchos textos que podría elegir, pero Recuerda (Remember) es especialmente conmovedor:
Recuérdame después de haberme ido;
Cuando, bajo la tierra silenciosa,
No me alcance tu mano temblorosa
Ni pueda desandar lo recorrido.
Recuérdame sin más cuando, perdido
Nuestro sueño común, como la rosa
Marchita, esté; pues ya ninguna cosa,
Promesa o ruego, llegará a mi oído.
Mas si me olvidas por un tiempo, amado,
No sufras si el recuerdo luego insiste.
Si tinieblas y vermes han dejado
Algún vestigio de mi pensamiento,
Prefiero que me olvides si contento
Estás a que me evoques y estés triste.
Anoche, hacia las tres de madrugada, digo, leí a Carmen este poema:
Fui yo quien de los dos amó primero,
Después tu amor se alzó y tan desmedido
Fue su canto que ahogó el dulce sonido
Del mío. ¿Quién dio más? Fue duradero
Mi amor, desbordó el tuyo su venero
Un instante. Te amé y te he comprendido,
Me amaste tú por lo que soy y he sido.
Peso y medida para el verdadero
Amor no cuentan. Tuyo y mío son
Palabras que no entiende. Separados
El amor alza el vuelo. Dos es uno
Y uno es dos en amor, ambos fiados
En la fuerza y sentido de esa unión.
Nosotros somos del amor ese Uno.
Fue la culminación de un día donde hablé demasiado. Como siempre. Les pregunté a mis hijos si me había vuelto rabioso o paranoico. (Durante la comida, gozosamente, Fernando García Mongay me contó historias preciosas de González-Ruano y John Carlin en Sitges, emocionadas anécdotas del guardia civil aragonés que fotografió Capa, y además se compró uno de mis últimos libros predilectos: La hermandad de la uva de John Fante (Anagrama). Nos dijimos en un momento: ¿Y si fundásemos una editorial de fotografía y periodismo?). Y esta mañana me despido por unas horas del libro El mercado de los duendes con este cuarteto:
Sueño contigo hasta la madrugada,
Quién pudiera soñar eternamente
Sin despertar jamás, sin ver que ausente
Está mi amor cual un ave emigrada.
Son versos de Christina Rossetti. Son versos de Francisco J. López Serrano, a quien vi un instante en el III Festival de Poesía del Moncayo. Como lector, soy un defensor absoluto de los traductores y mi lista de favoritos es interminable: Emma Calatayud, Consuelo Berges, Eloísa Álvarez (traductora de mi amado Miguel Torga), Esther Benítez, José Luis López Muñoz, José Antonio Llárdent, Ángel Crespo, Paco Uriz, Octavio Paz, Genoveva Dieterich, Julio Cortázar, Maribel Cruzado y ahora, de nuevo, López Serrano, aquel poeta oculto bajo la fronda de los manzanos... Por cierto, la Casa del Traductor está celebrando unas nuevas jornadas de traducción. Sólo se ha presentado una persona, de Madrid, para sustituir a Maite Solana, madre feliz en Barcelona junto al traductor inglés Peter Bush, el hombre que publicó el libro Spain e incluyó un cuento sobre Patricio Julve y Ken Loach en el apartado de Aragón. ¿No sería bonito que fuese López Serrano? Pero no, es una mujer...
7 comentarios
Anna -
Un saludo
diano roses -
Para B de Antón -
B. -
Un amigo comun me ha descubierto la pagina... la vida es tan agitada que, a veces no hay tiempo para investigaciones, así que bien estan los consejos que te hacen llegar a sitios que te gustan o te sorprenden. Directamente he empezado a leer las páginas de, este, "caro diario" tan real, tan imaginario, como la vida misma. No se si revisarás los comentarios, porque elijo para mandarte mi agradecimiento por lo que escribes, este en el que desborda la poesia, que me encanta.
Lo dicho, gracias por lo que haces. Ahora te seguiré de cerca. Feliz fin de verano... dentro de nada, ya es otoño...
Antonio -
EVOLUCIÓN DEL ANTROPOIDE
Desde mi tronco hueco
voy observando las primaveras soñadictas
de todo ciudadano volátil.
Todos tenemos un deber otoñal.
El infinito es una fantasía de los caos
y el universo sin el hombre
es un recurso escaso.
La vida es epidérmica, soleada, veloz.
Acariciemos todo instante propicio.
La historia es una diosa provocante
y el próximo capítulo
le bajaré la cremallera.
Jota -
Deja l´Antóncico que escriba del oloroso vencejo y del atardecer volao, que está sembrao estos días, no se nos vaya a cortar y el ataque de nervios sea para todos.
¿Has probao con tila?
Sigue así Antón; en época de crisis le decía Tierno Galván a Gastón: ¡Mándame más poesía Emilio, mándame más poesía!
Saludos J. ;)
Anónimo -