ZORAN MUSIC: LA MEMORIA Y LA BARBARIE
¿Qué mecanismo inquietante activa el cerebro, más de medio siglo después, para que un hombre cuando se acerca a la muerte vuelva a repetir una y otra vez las imágenes del horror que vivió durante casi dos años en Dachau? La barbarie es como la sangre: se queda ahí y se renueva con su sombra y con su silenciosa barbarie. El gran pintor Zoran Music, nacido en Gorizia (Eslovenia) en 1909 fue una de las víctimas de los excesos de Hitler y sus seguidores y sobrevivió de puro milagro a aquel espanto que día tras día, tras la leva mortal de hombres y niños, le hacía decir: Nosotros no somos los últimos, título también de una de sus series. Ayer, en la capilla de San Martín del palacio de la Aljafería, se inauguró el legado que el pintor, residente en Venecia con 95 años, cedió en el año 2000 al IVAM con la presencia de la vicepresidenta Ana Fernández, el responsable de publicaciones y del acción exterior del instituto valenciano Joan Bria, y el comisario Josep Vicent Monzó.
Monzó explicó que Zoran Music está en consonancia con el tipo de artistas que le interesan al IVAM, con un gran compromiso ético y social que practican una pintura de aparente belleza clásica, dotados de un elevado componente estético. Zoran Music bebió en las fuentes de Egon Schiele y Gustav Klimt, en un primer instante; más tarde, conoció la obra de Otto Dix y Georg Grosz, y en 1935 visitó España. Estuvo en el Museo del Prado, donde estudió a Velázquez y Goya, las pinturas negras son uno de sus grandes referentes, y viajó a Toledo para conocer el Greco. Más tarde, residió en Trieste y en Venecia, donde fue apresado y torturado por la GESTAPO, bajo la acusación de colaborar con la Resistencia, y enviado al campo de concentración de Dachau. Allí, arriesgó su vida, robaba tintas, entraba en el pabellón de tifus donde se atrevían a entrar los alemanes por temor al contagio, y realizó más de 300 dibujos de sus compañeros, de los que sólo se conservan 35 en Basilea. Rehizo su carrera, pintó paisajes y autorretratos, realizó numerosos grabados, expuso en la Bienal de Venecia, la Documenta de Kassell, en Nueva York y en Londres. Cosechó una gran repercusión internacional.
En los años 90 reaparecieron sus fantasmas. Esos que muestran las 50 obras, cinco pinturas y 45 dibujos, en la Aljafería: el tormento de vivir, la aspiración al optimismo desde el desgarro. Rostros desfigurados, cuerpos desnudos, a veces sin cabezas, dos retratos de su mujer Ida Barbarigo, también pintora: en cada trazo, en el color, en la composición perturbadora, algo que se resume en estas frases: No trato de hacer una declaración pomposa cuando pinto cadáveres. No se trata de una protesta. Es algo que sucedió.
Monzó explicó que Zoran Music está en consonancia con el tipo de artistas que le interesan al IVAM, con un gran compromiso ético y social que practican una pintura de aparente belleza clásica, dotados de un elevado componente estético. Zoran Music bebió en las fuentes de Egon Schiele y Gustav Klimt, en un primer instante; más tarde, conoció la obra de Otto Dix y Georg Grosz, y en 1935 visitó España. Estuvo en el Museo del Prado, donde estudió a Velázquez y Goya, las pinturas negras son uno de sus grandes referentes, y viajó a Toledo para conocer el Greco. Más tarde, residió en Trieste y en Venecia, donde fue apresado y torturado por la GESTAPO, bajo la acusación de colaborar con la Resistencia, y enviado al campo de concentración de Dachau. Allí, arriesgó su vida, robaba tintas, entraba en el pabellón de tifus donde se atrevían a entrar los alemanes por temor al contagio, y realizó más de 300 dibujos de sus compañeros, de los que sólo se conservan 35 en Basilea. Rehizo su carrera, pintó paisajes y autorretratos, realizó numerosos grabados, expuso en la Bienal de Venecia, la Documenta de Kassell, en Nueva York y en Londres. Cosechó una gran repercusión internacional.
En los años 90 reaparecieron sus fantasmas. Esos que muestran las 50 obras, cinco pinturas y 45 dibujos, en la Aljafería: el tormento de vivir, la aspiración al optimismo desde el desgarro. Rostros desfigurados, cuerpos desnudos, a veces sin cabezas, dos retratos de su mujer Ida Barbarigo, también pintora: en cada trazo, en el color, en la composición perturbadora, algo que se resume en estas frases: No trato de hacer una declaración pomposa cuando pinto cadáveres. No se trata de una protesta. Es algo que sucedió.
11 comentarios
eva -
si alguien sabe algo por favor escribirme.
cecilia -
bryan -
amparo -
31 de diciembre del 2005
amparo -
teresa salcedo -
entro por primera vez en tu blog, y cual es mi sorpresa encuentro este texto dedicado a uno de los artistas más puros y referente de una nueva lectura de la pintura.Hace ya muchos años que aparecio su obra en ARCO,presentada por la Galería Torbandena, de Trieste, fue para mí una conmoción y con frecuencia acude a mis pensamientos escritos y pintados durante muchos años. Gracias
gustavo -
en estos días de celebracion de la libreación, pocos se acuerdan en españa, en galicia si por celbrarse el día de las letras gallegas, de Lorenzo Varela que el dia 15 de mayo de 1945 publico en buenos aires un poema en homenaje a los vencedores de la guerra mundial. En la historia de la literatura española sólo cuenta los miembros del parnaso establecido.
matilde -
matilde -
De A.C. -
matilde -