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Antón Castro

ARAGONESES EN LONDRES. ENTREVISTA CON BEGOÑA MOREA

ARAGONESES EN LONDRES. ENTREVISTA CON BEGOÑA MOREA Son bastantes los artistas y escritores que han vivido en Londres, azotado la semana pasada por el terrorismo islámico: José María Aguirre, fallecido hace casi un año, traductor de Thomas Stearns Eliot; José María Conget, que conocía a la perfección las neblinas de la ciudad y la casa de Jack el Destripador; Alfredo Castellón, que vivió allí un tiempo hace más de treinta años y vivió un apasionado romance con una joven catalana; Almudena Caro, una joven fotógrafa que estudia y trabaja en la ciudad y ha sido seleccionada para el Premio Isabel de Portugal por su foto “En espera” (puede verse en el Palacio de Sástago), premio que ganó el pasado año la zaragozana Begoña Morea, que también recibió premios en los certámenes de Arte Joven, en una ocasión con una obra muy personal y narrativa titulada “Cómeme los pechos”. Begoña Morea (Zaragoza, 1975) es graduada en Teoría y crítica de arte contemporáneo en la Goldsmiths University de Londres (BA Hons Fine Art). Su arte se expresa a través de diferentes disciplinas artísticas como dibujos digitales, texto, polaroids, vídeo, videoinstalación y fotografía. Trabaja y crea en Londres desde 1998. La entrevisté hace algún tiempo. Por eso reproduzco aquí la entrevista.

-¿Desde cuándo se dedica usted al arte?
-Desde que marché a Londres en 1998. Me matriculé en Zaragoza en dos cursos de Físicas. Aprobé uno y abandoné en el segundo. Las Ciencias Físicas me habían gustado desde siempre, sobre todo esas teorías que sirven para explicar el mundo, los movimientos cotidianos del conocimiento científico. Pero de repente, marché a Londres y corté con todo eso.

-¿A qué fue a Londres?
-De entrada a aprender inglés. Pero había algo más: necesitaba descubrirme como ser humano, ver cómo reaccionaba en una ciudad diferente, multicultural, con la barrera del idioma por medio. Iba a encontrarme con mi yo emocional, si así puede decirse. Mi viaje era como “el gran tour” del siglo XIX: un aprendizaje interior. Pensé que esa aventura podía ser muy nutritiva.

-Ya. Y ahí, en Londres, descubrió...
-Mis inclinaciones artísticas. Quizá siempre hubiese interesada en el arte, pero allí se produjeron varias coincidencias: conocí a las personas adecuadas y empecé a trabajar en la National Gallery: primero como camarera, y luego como guarda o vigilante de los cuadros.

-Parece un juego del azar o una llamada del destino.
-Fue una experiencia fascinante: existía una comunicación entre lo que observaba a diario, obras desde el siglo XIII hasta finales del XIX, y lo que empezaba a existir dentro de mí. Allí veía la pintura mitológica de Tiziano como “Baco y Ariadna”, los cuadros de Piero della Francesca o la perspectiva, el color y el detalle de Van Eyck, por ejemplo, pero también Van Gogh o Picasso. Aquello me permitió enriquecerme visual y culturalmente en una ciudad cuya calidad de vida es pésima. Es difícil encontrar tiempo libre.

-¿Cuáles fueron los siguientes pasos?
-Por la mañana trabajaba en la National Gallery y por las tardes iba a inglés y a un curso de arte y diseño. Y finalmente realicé dos cursos de adaptación a la Universidad. Tras aquella experiencia, realicé tres años de Teoría Crítica del Arte Contemporáneo y Bellas Artes. Al principio realizábamos experiencias en todos las disciplinas y en los seis últimos desarrollábamos proyectos específicos.

-Usted hace de todo: escultura, instalación, fotografía...
-Y dibujos digitales. A mí me interesan todas las disciplinas, pero lo que tengo muy claro es que quiero desarrollar mis ideas. Y desde el principio, en Londres, me han enseñado a llevarlas a cabo en cualquier disciplina.

-¿Quiere eso decir que le importan más las ideas que su ejecución técnica?
-En absoluto. Respeto mucho la artesanía, la buena elaboración, el oficio, el arte. Y cuando tengo algún problema –por ejemplo, no soy buena fotógrafa; no sé editar mis vídeos...- acudo a un especialista, a alguien que puede ayudar a salvar los obstáculos técnicos, de luz, diseño o composición. Creo que soy una artista conceptual. El arte digital me interesa mucho. Ahora estoy trabajando con dibujos digitales muy relacionados con la abstracción.

-Hablemos un poco de sus ideas, de las líneas de inspiración, de sus motivaciones.
-Mis ideas están relacionadas con mi propia biografía. Desarrollo proyectos para intentar comprender mi propia ruptura con el espacio (Zaragoza, mi barrio de Las Fuentes), con los lazos afectivos. En mi obra hay muchas referencias a mi origen, a las relaciones madre e hija, a la pérdida. Ahora me ocurre una cosa muy curiosa: estoy muy interesada en la cultura que se desarrolla en Aragón. Me encantaría volver a Zaragoza. Cuando llegué tenía la sensación de haber llegado a casa. Me sentía inmensamente feliz.

-Ha impartido un Taller de Creación Artística en el monasterio de Veruela.
-Fue una experiencia fascinante. Un desafío y un halago. Una aventura muy enriquecedora encontrarme con el arte maravilloso de Veruela. Durante mucho tiempo, lo aragonés ha sido para mí extranjero. Ya no me ocurre eso: admiro la obra de Carmen Molinero, Quique Radigales y, por supuesto, Goya, un artista fantástico que profundizó en el concepto de artista moderno. Y además, estuve encantada de venir y de conocer todos los pueblos, aunque reconozco que Londres también produce adicción. Allí, ser artista es muy complicado: sólo se mueven con figuras, aunque se percibe cada vez más que se apuesta por un arte social.

-¿Cómo fueron a ser sus clases?
-Fueron tres días. Iniciamos las sesiones con una Introducción teórica, basada en textos de Roland Barthes y Michel Foucault sobre el arte de los 80 como punto de partida; y luego hubo conferencias por la mañana en torno a creadores del siglo XX y XXI y trabajos prácticos por la tarde en torno a una serie de nociones como la identidad, el lenguaje de los sentidos en el monasterio. Propuse a los once alumnos –que eran de Zaragoza, Vizcaya y Navarra- un “Diario”: que anoten, dibujen, fotografiasen en polaroid o grabasen en audio o en vídeo sus experiencias. El segundo proyecto, titulado “Yo visible”, estaba relacionado con la identidad: les sugería que hiciesen piezas en las que disfracen su personalidad. Y el tercer proyecto se tituló “Adivina quién viene a cenar”: gira en torno a la idea de la relación entre el arte y la comida a través de la historia.

5 comentarios

supra footwear -

Life has many joys and sorrows. We should deal with things in an easy. Do you think so?

luis alberto -

Hola, soy un compañero de fisicas de Begoña o por lo menos eso creo, porque empece la carrera en el 97, conocí a una Begoña que se sentaba delante de mi, no se sus apellidos, y al año siguiente dejó la carrera y no he vuelto a verla más, 6 años después me encuentro con este artículo curiosamente, estaba buscando por \"aragoneses en Londres\" a donde pensaba ir una temporada y me encuentro con esto, como se puede decir \"internet es un pañuelo\". Sí las reglas del foro lo permiten voy a poner mi email por si Begoña desea escribir a un viejo compañero castleable@hotmail.com

gustavo -

Aun me acuerdo de aquella pequeña tienda de viejo en canden lock en la que por sus altavoces sonaba nada mas ni nada menos que " all or nothing" de los Small Faces.

Cide -

Londres es una ciudad estupenda. Estuve hace un par de meses con unos amigos zaragozanos que han ido allí a buscarse la vida. Y la han encontrado.

Entrar en Foyles, pasear por Saint James, o por Trafalgar Square, la National Gallery, comer en un pub,... uff, tiene tanta cosa buena...

gustavo -

LONDRES
“onde soamente existe a escura vaidade da morte “
Carlo Emilio Gadda

Escapamos
en Londres
dá escura vaidade da morte
disfrazada de Mary Quaint.
!Somos irremediablemente eternos,Lady Jane!