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Antón Castro

DALI: VISIONES DE AGUSTÍN SÁNCHEZ VIDAL

DALI: VISIONES DE AGUSTÍN SÁNCHEZ VIDAL ENTREVISTA / Agustín Sánchez Vidal, catedrático de Historia del Cine de la Universidad de Zaragoza, acaba de editar el volumen tercero de la “Obra completa” (Destino) de Salvador Dalí, con poesía, prosa, teatro y guiones de cine. Además de novelas como “Rostros ocultos”, aparecen multitud de inéditos que revelan, de nuevo, toda la potencia literaria del pintor de Cadaqués.

“Dalí fue trabajador, apasionado y brillante,
y escribía espléndidamente”

“Dalí posee una gran capacidad de penetración
para entender lo que es una época”

-¿Cómo podríamos resumir las intuiciones, las visiones y el pensamiento de Dalí?
-Quizá la primera característica, la que lo convierte en un pensador tremendamente original, es que es un hombre que categoriza de una forma que hoy denominaríamos multimedia. Su diagnóstico sobre una época no lo establece únicamente a través de elementos librescos sino que lo hace prácticamente en todos los ámbitos y los gestos de la vida cotidiana. Es capaz de leer obras que se darían por clausuradas en su interpretación como el “Ángelus” de Millet, y de darle la vuelta.

-Una de las aportaciones del año Dalí ha sido su vinculación con la denominada cultura de masas.
-Eso es decisivo. Hace eso mismo en las modas, en los parques de atracciones. En 1933 diseña un parque de atracciones surrealistas. Por supuesto que es un gran innovador del terreno museístico, el Teatro-Museo de Dalí es un modelo que ha sido imitado; en 1974, cuando fue inaugurado, su única competencia acaso fuera Disneylandia. Para diagnosticar una época, Dalí tiene en cuenta absolutamente todos los elementos.

-¿Qué otras características valora del artista?
-Tenía una gran formación filosófica: una gran formación kantiana, una grandísima influencia de Nietzsche, que es quizá uno de los ruidos de fondo de la obra de Dalí, sin la cual no se entiende que llegue cómo llega a Wagner, y cómo llega a Bizet. Y cómo llega a Hitler. Sin Nietzsche y Wagner no llegas a Hitler. Dalí es capaz de darse cuenta de que Hitler es un fenómeno de consideración de los intelectuales porque está fascinando a las masas. En el año 60 hace videoart, tuvo que utilizar un prototipo en Nueva York con el fotógrafo Philippe Halsman... Dalí se tomaba en serio la fotografía, pero que te tomes en serio también el cine, los escaparates, las revistas de moda y el diseño, las ferias, los parques de atracciones... Dalí posee una gran capacidad de penetración para entender lo que es una época. Y también para intuir el peligro de banalización que ha venido después. Poseía una mente muy sólida. Y escribía espléndidamente.

-Esta sí que es, sólo en apariencia, una novedad...
-Desde luego. Con la publicación de las “Obras Completas” por Destino, Salvador Dalí debe ser tenido en cuenta. Ya debería haber sido tenido en cuenta estando en el mercado libros como “La vida secreta”. Eso bastaría ya para tener en cuenta a Dalí como escritor. Con la novela “Rostros ocultos”, que es su otro gran empeño, más todavía. Pero cuando se ve que eso no son dos florones aislados, sino que eso son dos islotes de un archipiélago... Y lo que sí está aquí...

-Con aquí se refiere a la aparición del III volumen de las “Obras completas” de poesía, prosa, teatro y cine, que usted ha preparado y prologado...
-En efecto. Digo que aquí, en las casi 1.300 páginas, a diferencia de los dos anteriores volúmenes, en que los materiales ya estaban publicados, hay muchos inéditos. En Dalí pintor se detecta inmediato que sus cuadros no son obras hechas en cuatro días. Y por eso te deja aún más asombrado su escritura. Cuando escribe, por ejemplo, “Rostros ocultos”, en 1943, él acababa de hacer una exposición en la galería Julien Levy y había ganado 25.000 dólares de ese época. La revista “Life” lo consideraba posiblemente el pintor joven más rico del mundo. Deja de pintar durante cuatro o cinco meses para escribir la novela, se va a New Hampsted; es decir, que hay muchas horas dedicadas a escribir. Y con unas ideas brillantísimas. Eso explica lo importante que fue para él la literatura.

-O sea, que ahora también tendremos que convenir que Dalí fue un gran trabajador...
-Trabajador, apasionado y brillante. Detrás de un volumen como éste, “Obra completa / III”, habrá cinco volúmenes más de manuscritos desechados. Solo por escribir eso, más de 1.300 páginas, en catalán, en francés, en castellano, no te lo puedes tomar a la ligera.

-Valoremos su poesía.
-Es lo más desigual. Hay cosas magníficas y cosas que son verdaderos bodrios.

-Sí se le ve muy inmerso en la parte más experimental del surrealismo y del 27.
-Se lo voy a decir de una forma un poco técnica, pero se entenderá. Salvador Dalí, y Luis Buñuel y Juan Larrea y el Gerardo Diego creacionista, son la prueba del nueve de que la Generación del 27 nunca existió. Se puede pasar perfectamente desde el ultraísmo al surrealismo sin que en medio haya nada, ninguna aportación, salvo que hagas combinaciones de elementos ya pasados con la vanguardia. Si tú combinas el “Cántico espiritual” de San Juan de la Cruz con el gongorismo y el ultraísmo te sale el “Cántico” de Jorge Guillén, y te sale el primer Cernuda. Si coges el ultraísmo y el romancero artístico, el romancero tradicional, te sale el “Romancero gitano”. Dalí y Buñuel que no cayeron en esa trampa, niegan siempre que haga falta un retorno al orden, un retorno a la poesía pura. Pasan del ultraísmo al surrealismo limpiamente. Y donde mejor se ve es en la poesía.

-En el capítulo de la prosa, hay un texto como “Viva el surrealismo”.
-Yo creo que ese texto es un enigma. A mí me cuesta creer que Dalí lo defendiera como novela. Otra cuestión es que si se entiende que iba a ser una novela surrealista que iba a tratar de recoger el espíritu del grupo derivado hacia una narración no narrativa, como “La condesa sangrienta” de Valentine Penrose, libro que gustaba mucho a los surrealistas.

-Los ecos de Sade y Lautréamont en Dalí quizá sean perceptibles en “Relato”...
-Es tremendo. En efecto, es una mezcla de Lautréamont y Sade, a los que leyó en sintonía. En realidad, son dos escritores muy diferentes. Digamos que hay una sintonía entre “Las flores del mal” de Baudelaire, Sade y Lautreamont, y los tres, leídos y depurados en secuencia, dan un poco eso: “Relato”. Lo más sorprendente de Dalí es que descubres que con él los idiomas no importan. Yo lo atribuyo a que, además del carácter extraterritorial y de que escribe en varias lenguas, hay una extraterritorialidad profunda que consiste en ser un pintor. Me encontré con textos maravillosos como “Teresa y el hombre tronco”, ante el cual me meaba de la risa.

-Aquí también están los ballets y el teatro que concibió y varios guiones de cine.
-Le apasionan los mitos, posee una erudición deslumbrante, asimila perfectamente a Wagner, que está muy influenciado por Calderón. Como Nietzsche, Dalí también se desmarca de Wagner. “Un perro andaluz” es casi una parodia de Tristán e Isolda, una historia de amor imposible modernizada. Los guiones, menos “Un perro andaluz” y “Babaouo”, son todos inéditos. Dalí estaba muy interesado por el cine. Lo que no se sabía es que el proyecto de “Moontide” lo había desarrollado con Fritz Lang, aunque quien la dirigió finalmente fue Archie Mayo.

-¿Qué aporta este libro, a modo de compendio?
-Yo le diría que respecto a lo que podríamos llamar la visión más habitual de Dalí, aporta una imagen matizada, un Dalí con los pasos contados, y con momentos y textos realmente increíbles.

10 comentarios

Laly -

Me parece increible e insultante que un \"pintor\" cuestione que otro no haya realizado sus obras por tener colaboradores en eas.
Ustéd cree eso de verdad? y otra pregunta ¿también le hacía sus escritos?¿ le escribía guiones sobre que debía pensar, o decir en sus entrevistas?
o ¿realizaba el acto sexual con Gala?
Me gustaría que me contestara

May -

Totalmente de acuerdo con P.C. ...¡y qué nivelazo, señotres!Claro de A.C. se lo merece.

Pepe Cerdá -

Además la National Gallery de Washington no tiene ningún interés en saber que su última cena de Dalí fue pintada en su casí totalidad por Isidor Bea. Y dirigida por don Salvador eso sí.

Pepe cerda -

Sr Gato Negro:
Los expertos ven el mundo a través de los libros de los expertos anteriores. Y estan tan preocupados por conseguir la cátedra, o el aplauso de sus superiores, que no se suelen meter en "camisas de once varas". Amás, la nombrada antes, capacidad de discernimiento, no suele ser una cualidad que les adorne.
Suyo.
Pepe Cerdá

Gato Negro -

Me tiene de su parte, señor Cerdá. Su respuesta es fantástica. Voy a creer que pinta usted.

Pero, ¿no le parece que en el año del Centenario de Dalí nadie le prestó ninguna atención a Isidro Bea ni salió su nombre por ninguna parte? ¿No le parece que, en habiendo expertos tan famosos y listos, a nadie se le ocurrió explicar qué cuadros eran de Dalí y cuáles de otras manos?

Pepe Cerdá -

Sr. Gato Negro:
¿Cómo que no es cierto lo de Isidor Bea?, le remito al libro de Gibson,o a cualquier habitante de Cadaqués, por no complicarle mucho la vida.
Y si usted tuviese la capacidad de discernimiento que tenemos los pintores no le cabría duda de que mano han salido cada uno de los cuadros de Dalí (sobre todo los más famosos).
En tanto en cuanto a los míos, los cuadros, los sigo haciendo yo personalmente, y a mano, pero es que lo mío no tiene remedio, aunque en mi defensa le diré, que soy infinítamente más tonto que el Sr. Dalí.

Gato Negro -

Señor Cerdá, y usted que lleva camino de escribir tanto o más que Dalí, ¿quién le pinta sus cuadros?

La revelación de Isidor Bea es espléndida. Aunque no sea cierta...

Pepe Cerda -

Dalí decía: "Yo soy un mal pintor porque soy demasiado inteligente, para ser un buen pintor hay que ser un poco tonto".
Tuvo mucho tiempo para escribir porque los cuadros se los pintaba Isidor Bea, su "ayudante", que tenía trabajando de sol a sol e instalado en una barraca aneja a su casa, amás de un sin fin de "colaboraciones" de ilustradores americanos, algunos de Walt Disney, que le ayudaban.
No es grave, los arquitectos tampoco ponen los ladrillos, ni los modistos cosen.
Lo inaudito es lo poco sabido que es este hecho, que el mismo Dalí relata en alguna ocasión.

Gato Negro -

Y ya son ganas de calificar... Y, sin embargo, en casi todo dices la verdad. El cierre "demasiado inteligente para sentir" es impecable.

Anónimo -

Hijo del notario del pueblo, gran masturbador, surrealista premonitor del 36, traidor de Buñuel, franquista hipercúbico, Avida Dollars, frígido adorador de su Madonna de Port Lligat, plagiario de sí mismo hasta su patética extinción, paradigma de la podredumbre moral a la que conduce la vacua sublimación del virtuosismo plástico, padre putativo de mistificadores mucho menos divertidos y brillantes que él, es el pintor demasiado inteligente para sentir.

(io)