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Antón Castro

PAOLA DÍAZ TRADUCE A RAÚL HERRERO AL FRANCÉS

PAOLA DÍAZ  TRADUCE A RAÚL HERRERO AL FRANCÉS

"OFFICIUM DEFUNCTORUM" O LA HUELLA DE MOZART

 

A Raúl Herrero, el entusiasta y laborioso editor de Libros del Innombrable, le están traduciendo “Officium Defunctorum” al francés, y algunos cuentos de “Así se cuece un hombre" para una revista danesa. “Officium Defunctorum” se publicó en la editorial Las patitas de la sombra de Madrid en abril del presente año 2005. Explica el autor: “Tiene la estructura de una misa de difuntos, es decir, de un réquiem. Lo escribí en diciembre del 2004 y al morir mi amigo Fernández Molina durante la última corrección de pruebas decidí dedicárselo. Las secciones son las mismas que las utilizadas por Mozart en su réquiem”.

 


La traductora del proyecto se llama Paola Díaz.Y le ha remitido a Raúl Herrero esta breve autobiografía:  

 

“Nací en Chartres (Francia) en 1981. Me eduqué en un entorno bilingüe (padre francés y madre española). He estudiado la carrera de Filología Hispánica (Langue, littérature et civilisation étrangère hispanique) en la universidad de Versailles. Me licencié en 2003.
Vine a España primero como estudiante Erasmus (Universidad de Alicante) y volví para hacer un Máster en Traducción e Interpretación: español-francés
(Universidad de Alicante, verano 2003 y verano 2005). Trabajo en la traducción del poemario ‘Officium Defunctorum’ de Raúl Herrero. Decidí matricularme en noviembre de 2003 en el Doctorado de Traducción e Interpretación de la Universidad de Alicante. En junio de 2005 defendí mi trabajo de investigación bajo la dirección de Fernando Navarro Domínguez: ‘¿En qué medida puede traducirse la poesía? Análisis contrastivo de Cinco traducciones del poema Le
Cimetière marin de Paul Valéry’. Tema que empecé a estudiar en Francia para la
licenciatura con grado bajo la dirección de Cecilia Hare.
Actualmente, soy colaboradora del departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad de Alicante donde animo un taller de traducción poética (francés-español). Asignatura que también impartiré a partir de febrero, siempre bajo la dirección de Fernando Navarro. Por otra parte, en diciembre presentaré mi primera comunicación durante el “I coloquio lucentino de traducción de la Universidad de Alicante”. Además, trabajo sobre mi tesis que tratará del mismo tema que el trabajo de investigación”.

 

 

 

DOS POEMAS DEL LIBRO






II. KYRIE
“Casi todo lo
creo muy seguro”
(Dámaso Alonso.
Duda y amor sobre el ser supremo)

Casi nada lo creo muy seguro.
Los que sólo son para sí mismos
como amenaza contemplan lo trascendente.
La duración se contiene en la duración misma,
sin paréntesis de horas, sin ese repecho
de impostura al que denominamos tiempo.
En la equivalencia entre el instante y lo permanente
reside la sustancia de mi alcance.
Pido piedad a los recuerdos,
a esas notas adscritas a mi conciencia,
a esos sueños, a esa mentira
semejante a la certeza, a esas evocaciones
conservadas para el rencor o la podredumbre.
La piedad lo es si cumple con el deber
del perdón para lo inexcusable, sin tal merced
la caridad se convierte en limosna,
en gracia concedida sin mérito ni virtud.
¿Qué será de la conciencia
cuando se desprenda de la memoria?
¿Continuará bajo el dictado
de las vividas impresiones?
La misericordia
en la aceptación miserable del abandono.
Saciarse de la hierba del olvido
silencia pero no acalla.
¿Cómo habitar la respiración, el crujir denso
que acompaña a la vida en cada gesto?
Ni el rechazo, ni la consunción,
ni el reclinarse en un altar de dorado,
ni el morder con rabia todas las privaciones
son causa de mayor virtud ni gracia.
Cuando el camino es el fin
se anula la falta.
En definitiva la vida no es tan importante,
pueden serlo más los pájaros.

 



VIII. COMMUNIO

 


El fin sin el abandono.
Al originar una nueva palabra,
al perfeccionar un canto
se recibe la comunión y la unidad.
Las huellas de todas las acciones
perduran a través de los hilos de lo perecedero,
nada queda en blanco,
el recuerdo juzga con desprecio o misericordia.
Ninguna obscuridad para el ojo
que recibe la luz sin ver.
La eternidad se reúne en todo instante
y sabiendo esto antes del final
se vive y se renace en todo momento.
También al expirar se vive y muere
fuera del tiempo único,
dentro del segundo inabarcable.
En la búsqueda queda fuera la duda,
en el hallazgo triunfa la gloria;
nada permanece en el pasado, todo transcurre
sin pausa
en la selva de un día único,
en las manos de llamas invisibles y atentas.
La vida, como la muerte,
sucede.



2 comentarios

Anónimo -

gracias por la visita y por recordanos a Tomás Luis de Victoria.

¿Qué sería de nosotros si su obra y su magisterio?

Veo, veo... -

Desconocía esta obra y su hermoso paralelismo musical. Y no deja de tener cierto simbolismo la coincidencia de la traducción de este \"Officium Defunctorum\" en el año que se conmemora (¿pero se conmemora? ya que el hidalgo manchego se ha quedado todos los boletos) la también primera edición en 1604 (otro IV centenario) del Oficio de Difuntos de nuestro divino compositor Tomás Luis de Victoria.