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Antón Castro

VENECIA Y OTRAS HISTORIAS

VENECIA Y OTRAS HISTORIAS
1.Encuentro con Juan Adriansens, pintor estupendo, sonetista de catedrales e ahora autor de una novela, “La vida extrema” (MR), donde narra la historia de un escritor del siglo de oro, Gonzalo de Celada, excelente autor de sonetos, nacido en Burgos, educado en Salamanca y seductor de hombres célebres en Florencia y Venecia. Uno de sus amantes fue Antonio Pérez, “claramente bisexual”, otro el príncipe de Éboli, y también el Enrique III de Francia, con quien se encontró a orillas de los canales. Celada significa “trampa”, “emboscada”, y Adriansens, con antepasados holandeses pasados por Cuba, también siembra aquí algunos despistes.

2. Tenía un día cargado: he terminado un artículo sobre Truman Capote, con motivo de la aparición de varios libros y de la película de Bennett Miller, que me ha parecido estupenda, por su contención, su rigor y por la vasta metáfora que propone a la luz de las investigaciones de Gerald Clarke. Capote anunció que jamás volvería a ser lo que había sido, que nunca se repondría de haber visto el ajusticiamiento de Perry Smith y de su compañero. “Un placer fugaz. Correspondencia” es un libro que revela la compleja y narcisista personalidad del autor de “El arpa de hierba”. Me ha sorprendido que Capote le escribiese tanto al fotógrafo Cecil Beaton que, a pesar de su condición gay, vivió un romance con Greta Garbo. En cierto modo, su historia, la historia de ambos, recuerda un poco en algunos aspectos a la que vivieron Pier Paolo Pasolini y Maria Callas.

3. He estado en casa de B., un nuevo amigo, cuyo padre fue periodista y escritor, activista cultural, masón y autor de un libro de zarzuela, a la que le puso música Luis Aula, que dirigió la pieza un cuatro de enero de 1932 en el Teatro Principal. He visto varias obras de Honorio García Condoy, varias de Félix Gazo, de Francisco Ansuátegui, de Manuel Bayo Marín. B. rezuma humanidad, ternura, conocimiento, y la figura de su padre, fusilado en 1936, le suscita un arsenal de sentimientos. Le acaban de enviar un documento que no le ha dejado nada indiferente: el Jefe Superior de Policía cursaba una orden para que soltasen a su padre y a otro preso, y esa misma noche ambos fueron fusilados en Torrero.

 

*Greta Garbo y Cecil Beaton pasean juntos en 1951.

5 comentarios

karla -

hola

Mario -

Precisamente leo estos días el \'Capote\' de Gerald Clarke, que me parece una biografía estupenda, muy vivaz, más allá de la profundidad de sus investigaciones que tú aludes. Desde luego, lo son. A la película, que tiene algunas cualidades maravillosas de planteamiento y rodaje (me gustó especialmente la secuencia explícita de la matanza, que me revela a un muy buen director), sólo le achaco un cierto desenfoque, perdonable, en el retrato de los secundarios. Ahí, creo, la biografía de Clarke la aventaja. Los cuidados retratos de los padres de Capote, su familia y su primer gran amor, Newton Arvin, me parecen irreprochables. Son un ejemplo entre muchos. Un abrazo fuerte, Antón. Aguardo ansioso ese artículo sobre Capote.
pd: por cierto, nuestro buen amigo Sergio López fue padre de una niña, Victoria, el pasado domingo en Madrid. 2,800 y la argentina nariz del bostero López. Te manda un gran abrazo.

gustavo peaguda -

Aunque nada tenga que ver con tu comentario de hoy, no resito la tentacion de comentarte que leyendo una biografia de Leonardo Sciascia, este comenta que aprendio a leer en castellano en unos libros que encontro cuando eran adolescente en un mercadillo que tenian una peculiaridad. Se trataban de unos tomos de Ortega y Gasset y el Capital de Karl Marx en donde figuraba en su primera pagina el sello de un circulo socialista de Zaragoza.
¿Como llegaron hasta Sicilia, habra que llamar a Montalbano para que lo descubra o sino habra que convocar el talento literario e investigador de Pison?.
Unha forte aperta dende esta Compostela na que estamos todos derrotados e na que a primavera quedou durmida nos versos dos poetas.

juan adriansens -

hace usted muy bien, señor.
yo tampoco me tomo en serio. por lo que vi ayer el señor de este blog tampoco es de fiar.
a lo mejor debiera darme usted una segunda oportunidad.

Cide -

últimamente no veo casi nada de cine. Supongo que es la falta de compañía femenina, y la pereza que me da ir solo al cine. No obstante, me apetece mucho ver Capote. A ver si tu artículo me anima a decidirme.

De Juan Adriansens recuerdo su época de polemista enfervorizado con la cara roja y las venas de la frente y del cuello a punto de estallar. Nunca he visto un cuadro suyo y en internet no encuentro ninguna imágen aparte de la portada de algún libro.

La única faceta que le conozco no me anima a tomarlo en serio.