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Antón Castro

IVÁN TUBAU, YO Y MI DOBLE, EN SEVILLA

IVÁN TUBAU, YO Y MI DOBLE, EN SEVILLA

Contaré con alguna calma el Encuentro de Narradores en Sevilla. Hablaré de algunos escritores con los que siempre resulta gozoso reencontrarse (Gabi Martínez, Pablo Aranda, Espido Freire, Juan Manuel de Prada, gracioso a su pesar, Hipólito G. Escolar…), a los que he conocido (Mario Cuenca, Cristina Sánchez Andrade, José Andrés Rojo, Lolita Bosch, Care Santos…).

Antes de irme esta mañana, me ocurrió una anécdota muy literaria. Antes tomar el AVE, fui a dar un paseo por la ciudad tan luminosa y tan laberíntica. Un poco antes de salir a las calles, me encontré en las escaleras con Iván Tubau: le dije que me iba, le recordé que vivía en Zaragoza y que, casi, si levantábamos las manos podríamos vernos o saludarnos, él en Barcelona y yo en Zaragoza. No sé por qué, le recordé que yo era un gallego en Zaragoza.
Al volver al hotel del paseo, me lo encontré. Nos saludamos. Y me dijo que hacía una hora o así se había encontrado en la escalera con el representante de Aragón en el Encuentro, un tipo que, por cierto, era gallego, dijo, y que era algo mayor que tú. Sin duda. Cuando le dije que era yo mismo, no se lo creía. Le parecía sorprendente que los dos representantes de Aragón fuesen gallegos. No me identificaba, aunque al final aceptó que debía ser yo con quien se había topado en la escalera. Y no sé cómo hablamos de hijos: el suyo acaba de publicar un libro, “Las paradojas del guionista”, y el mío otro de “Conversaciones con los guionistas de Hollywood”. Me dijo a modo de despedida que no debíamos hablar de hijos, que a lo mejor no estábamos autorizados para desvelar sus actividades, y que estaba seguro de que el hombre de la escalera, entreví que pensó que era mi doble, era mayor que yo.

Sevilla, antes de que caiga todo el sol del mundo, favorece hasta a los calvos y gorditos como yo. Rejuvenece. Sin duda, por eso no me sentí un intruso en el congreso de escritores jóvenes. Me alivió el remordimiento que fui como autor de blogs. Dije que éste era “el making off de mi vida”.

La foto nocturna de la Torre del Oro de Sevilla la he tomado de esta página web: coloredhome.com

5 comentarios

sevilla -

Que bonito es el torre de oro.

mario cuenca -

Curioso asunto, muy de Borges (por lo del doble), pero con sentido del humor.

Entrenomadas -

jajaja,
Antón,
esto de tu doble en Sevilla debe guardar relación con el doble de las chicas de la playa que colgaste hace unos días.
Yo creo que, si te llegas a quedar más tiempo, acaba habiendo triples o cuádruples Antones paseando por la ciudad. En plan película de misterio o de ovnis.
Vamos, que tienes para una novela o cientocincuenta post.
Saludos, en nuestro caso, triples


Magda -

Es una delicia esos paseos antes de salir del lugar que se visita, es como tomar muchas fotografías con la mirada y las sensaciones. Ello, aunado a la anécdota que viviste, debió de ser muy agradable.
Un abrazo para ti, querido Antón.

Angéline -

Qué buena anécdota. Como salirse del cuerpo y tener una charla con él. Un saludo desde Coruña, Antón.