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Antón Castro

PALMIRA PLÁ: ADÍÓS A UNA MAESTRA

PALMIRA PLÁ:  ADÍÓS A UNA MAESTRA

[El escritor  y profesor Víctor Juan Borroy, autor de la novela “Por escribir sus nombres” (Prames, 2007), que cuenta la soñada y real historia de amor imposible de Paco Ponzán y Palmira Plá, anuncia en su página  web de esta poética manera la muerte de la gran maestra de Cretas, Palmira Pla, que nos ha dejado numerosas muestras de su compromiso, de su pasión por la educación y un excelente libro de memorias. Copio la delicada nota de Víctor.]

Llueve mansamente sobre Caspe, llueve en la costa de Benicassim, llueve en Cretas, llueve en todas las pistas de coches chocantes de Aragón, llueve en las escaleretas que bajan a la estación de tren de Teruel, llueve sobre las escuelas, llueve en un bosque cerca de Toulouse donde los alemanes asesinaron a Paco Ponzán. Llueve sobre la conciencia irreductible y sobre las ausencias, llueve sobre las palabras. Llueve tristeza y compromiso, llueve dolor y esperanza, llueve dignidad y memoria, llueve solidaridad, llueve firmeza y ternura. Palmira Plá ha muerto. 

Añado esta nota biográfica del propio Víctor:    

Palmira Pla era una joven y entusiasta maestra a quien sorprendió la guerra incivil en Teruel. Durante la guerra fue la delegada de Colonias Escolares en Aragón. En 1939 cruzó la frontera francesa en compañía de Pilar Ponzán, Manuel Latorre, y de Caridad Olalquiaga, maestros de Jaca (Huesca). Después de la segunda guerra mundial se exilió con su marido en Venezuela, donde fundaron el Instituto Calicanto. A principios de los años setenta volvieron a España. Palmira Pla fue diputada en las Cortes Constituyentes. Con el dinero que obtuvieron de la venta del instituto Calicalto crearon la Fundación Adopal, con sede en la Universidad Carlos III, que concede unas becas que permiten que jóvenes venezolanos vengan a estudiar a universidades españolas.

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