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Antón Castro

MARINA DE MIGUEL, UN POEMA

MARINA DE MIGUEL, UN POEMA

ELLA 

Harta de complacer a los demás, decidió ser libre. Por lo menos durante el tiempo en el que
se unen las manecillas del reloj.
Abandonó su hogar con los hombros desnudos, para que las caricias encontraran siempre
un oasis en el que descansar.
En su fuga, rompió también con las palabras
capaces de traicionar los sentimientos con versos dulces.
Ya no quiere flores en las que ocultar el rubor de las mejillas, sólo existirán las letras que
inundan el ombligo de sal y miel, esos susurros que revolotean en los labios con miedo a
transformarse en voz.
La ciudad la acoge en su telaraña, recibe su sed de sueños con lágrimas de cristal que se enredan en la melena.
Camina despacio, naufraga en una acuarela de rostros grises.
Aunque se sienta perdida, sabe que una sonrisa puede rescatarla del oleaje y hacer que vuelva la ilusión.
Por eso se detiene en las escamas de este Madrid con goteras en el alma
y se ha propuesto dar caza a las oportunidades que transitan por las calles disfrazadas de casualidad.
 
Por esta vez, la vida lleva su nombre.

Marina de Miguel 2007

*La foto es de Frank Horvat.  

1 comentario

Blanca -

Precioso poema y fantastico y original enfoque del beso!! ;)