Blogia
Antón Castro

OLVIDO GARCÍA VALDÉS: UN POEMA Y UN VIAJE

OLVIDO GARCÍA VALDÉS: UN POEMA Y UN VIAJE

 

a María Antonia Ortega


designar,
nombre, signo —estrecho camino literal, carretera amarilla—

de la niñez —Belmonte, los campos de fray Luís—
a Castillo de Garcimuñoz y Santa María del Campo Rus
—lugares de muerte, medio siglo antes, para Manrique—

extensiones de cepas podadas, vastos lienzos de Ortega Muñoz,
Villaescusa, flores de los almendros, chopos desnudos,
iglesia derruida,

Rada de Haro, montículos de estiércol al borde de la tierra,
bosquecillos de encinas y quejigos, pedernal, colirrojo,
vuelo rasante

hasta el ríos Záncara, hasta La Huesa del Judío, abubilla
junto al coche, camino blanco que sube, tierra roja,
perdices corredoras, delgaditas, estirando el cuello
(si no viviera oprimido el corazón)
roquero

cruzamos el río Záncara (invisible), bordeamos La Huesa,
sigue la carretera casi paralela el cauce,
tinajas acostadas, alamedas, chopos, alondra, crestecilla alerta
(la tierra, la pecosa, desabrida), jilgueros en bandada
Carrascosa de Haro

(la mirada que llama, dos mujeres caminantes)
tarabilla del collar, bandada de collalbas
Villar de la Encina
añil la puerta y el ventanuco,
cernícalos primilla, verde alcacer,
(preguntar por el cuervo), blanca la tierra, hortus coclusus,
roquedas, blanco en el blanco

Pinarejo, plaza mayor, mercadillo que ya levantan
tradición oral: dice la leyenda o la historia: le hirieron en El Rincón, al lado de Pinarejo, y fueron luchando hasta El Castillo, allí murió; allí antes de la autovía hay una cruz
placetuela, placeja, placeteja

Castillo de Garcimuñoz
(literalidad: signo, índice, señal del mundo)
quebrada, rocas, la torre campanario —cuadrada— inscrita en la torre redonda del castillo, romero florecido al pie

tradición oral: cayó en Castillo de Garcimuñoz, murió en Santa María del Campo Rus, lo enterraron en Uclés, junto a su padre

luchaba como capitán de Isabel, para someter al de Villena, el hijo de don Juan, el marqués viejo

cerros blancos, Santa María del Campo Rus

los nervios del gran árbol como un cielo, como un cerebro
(de Mondrian)

 

De Y todos estábamos vivos (Tusquets Editores, Barcelona, 2007). La foto es de Arno Rafael Minkkinen.

 

0 comentarios