OCTAVIO GÓMEZ MILIÁN: POEMAS DE "CIUDAD DE MÁRMOL"
[El poeta y bloguero Octavio Gómez Milián acaba de publicar en Logroño, en la colección 4 de Agosto de Logroño, la plaquette Ciudad de Mármol. Selecciono dos de los poemas de la entrega. La foto es de la inolvidable Kajsa Bargqvist, la saltadora de altura sueca que se retiró en vísperas de los Juegos Olímpicos de Pekín. Campeona del mundo y dos veces campeona de Europa, saltó 2.08 en Alemania en 2006, pero las lesiones y la ansiedad le truncaron la carrera y, probablemente, la medallo de oro de una Olimpiada. En Atenas fue bronce.]
Portales IV
Sólo guardo el día que nos atrapó el tiempo. El día que fui a buscarte a tu ciudad de mármol, extravagante por el alcohol y otra noche sin dormir. El día en el que los golpes contra las puertas ya duraban demasiados días. El día en el que tú y yo juntamos nuestras voces a horas intempestivas. El día último antes de tu partida, de tu marcha en busca de un cielo distinto y de gente que necesitaba ser salvada mucho más que yo.
Yo peleaba con mi propia cabeza en el autobús y pagué religiosamente las horas en la cama alquilada que tú y yo compartíamos. No podía pensar con claridad. Tú, con tus dedos agrietados de tantas jornadas marcando la desgracia de otras personas. Yo, sin poder pensar con claridad, esperando una oportunidad, unos minutos en el que se cruzaran nuestros dos cuerpos sin cansancio. Nuestras horas sin descanso. Yo acudiendo a tu cuerpo, yo fiel en la llamada de tus caricias.
Ese día, los dos en una habitación iluminada por velas verdes que se ahogaban poco a poco, lametazo a lametazo, destilando pena que inunda la distancia entre los cuerpos. Los dos, ahogados en el oxígeno, en el gemido y el vaho de la despedida. Sólo un rato de amor. Luego dormimos, porque los dos destrozábamos nuestras vidas a base de una existencia persiguiéndonos. Cansados, te ibas, volvías en unos meses.
El día que guardo, con su noche y su sudor primerizo de verano, el día en el que los dos sabíamos que te ibas y los dos preferíamos el recuerdo vasto de nuestra última noche pagado en horas de sueño juntos, el sabor de aquellas sábanas, de nuestras pesadillas y promesas. Preferimos, agotados de jornadas, de viajes, de juergas insípidas, dormir abrazados... intentamos repetir después del primer amor, recuerdo besarte, primero despacio, luego levemente excitados, un poco más rápido, tarde, lento poco a poco, con los ojos cerrados, el ritmo decae, tú y yo, quién sabe, quién fue el primero que abandono los mimos, acabando, dormidos, soñando, abrazados, el último día....
Ése es el día que guardo, el que no vendí a pesar de mis vicios y mis necesidades primarias, el que supuraba la jalea más dulce y que terminó en mi petate. El día que demasiado agotados preferimos dormir antes que hacer el amor. Dormir contigo.
Despedida
-la ignorancia del amor liviano-
Tiritando tras una ducha incómoda,
mi cuerpo fláccido y la ropa apestosa
en un montón. Me mudé de casa.
Y no tuviste arrestos para
ascender cuatro pisos de escalera.
Hoy vuelvo a estar en alquiler.
17 comentarios
María Luz Mayoral -
Niggerman -
Gracias, Sr. Enrique, por lo que me pueda tocar en lo del "cierto vuelo", aunque sea en su parte baja y rasante.
Y ya ve, soy Niggerman, que es tanto como decir Vd. que es Enrique. Ni más ni menos. Lo que vale, como apunta Vd. mismo en su agudo inserto, son los argumentos (o las opiniones razonadas, me permito matizar). Porque mire, firmarse uno como Enrique es, desde luego, tan poco identificativo (menos, en realidad) que hacerlo como Niggerman. Salvo que uno sea amigo del autor, que es lo que se deduce de ese final "Octavio, regálate uno, ¿o qué?". Y es que se funden y confunden los términos...
Mire, Sr. Enrique: yo me firmo siempre con este seudónimo, independientemente de que mis opiniones sean más o menos favorables a los textos o las fotos o las tendencias artísticas expuestos en este blog.
Enrique -
protopoeta -
Gracias.
Niggerman -
Interesantísimo, como decía, Vicente Gallego. Me he limitado a poner un par de ejemplos de objetos y hechos o fenómenos tan "reales" como los anteriores. No digamos ya, claro, casos que alguien podría tener por más dudosos: textos en los que, por ejemplo, aparezca una preocupación por Dios, la Trascendencia, el Uno o como quieras llamarlo. El hecho es que todo eso, en cierto sentido, también es 'real', pues existe y preocupa dentro de ese texto: es decir, lo hace posible.
Y es que, en realidad, pocas categorías más ambiguas que esta del "realismo", cosa que hace ya mucho, pero mucho tiempo que se ha señalado (por ejemplo, lo hizo Jakobson en las primeras décadas del XX, por poner sólo un caso de esos "exégetas" de los que Forega parecía poco amigo en su anterior intervención).
Los anglosajones, para cosas parecidas a la que ahora nos ocupa, han hablado de "dirty realism", o sea, algo así como "realismo sucio", matiz que me parece ya bastante más inteligente que lo de "realismo" a secas. Aunque luego la etiqueta tampoco funciona de un modo absolutamente lineal ni del todo eficaz, pues a ella se acogen, por ejemplo, algunas delicadísimas prosas de Raymond Carver (ya sé que no descubro nada a nadie con esto, pero en fin, no está de más recordarlo).
Lo que estoy comentando no es, en absoluto, una cuestión de pudibundez, o de creencia en una jerarquía temática. A mí me da igual que haya sudores, sobacos, sexo en sus varias modalidades, comidas con eructo, incluso algún excremento que otro, siempre que eso sirva para algo, siempre que se integre en un conjunto que no sea solamente enumerativo. V. Gallego hace arrancar uno de sus poemas de una masturbación masculina; el "Un olor" de Claudio Rodríguez descubre todo lo que puede significar el ídem corporal. Son solamente dos ejemplos entre otros muchos que se podrían traer aquí sin mucha dificultad.
Pero... limitarse a enumerar cochambres, quizás con un afán de transgresión ya muy visto, o de sinceridad descarnada, por sí solo no constituye (mejor: no suele constituir) un acto poético, y menos aún un TEXTO poético.
Se podría seguir con esto, claro, y no sé si a Protopoeta le servirá de algo. Espero que se me disculpe la prolijidad, en todo caso.
Ah, lo último: lo de poesía "figurativa" no tengo yo tan claro que se aplique a este tipo de cosas como la que ha dado pábulo a toda esta serie de comentarios...
Saludos.
Niggerman -
En cierto modo te respondió ya M. Martínez Forega, hombre de mucha sabiduría. Sí, a esto se le ha llamado poesía "realista", entre otras cosas. A mí el adjetivo no me satisface en absoluto, porque tan real es la ducha tras una resaca, o el polvete un poco guarrillo que a muchos poetas de hoy les gusta contar, o las vomitinas de las que se ocupaba no hace mucho Julia Kristeva (perdón por la pedantería de la referencia), como, por ejemplo, la contemplación embelesada, y la consecuente descripción, de un atardecer o de unas nubes en la poesía de Vicente Gallego, por poner a un autor actual interesantísimo.
M. Martínez Forega -
protopoeta -
Creo q tienes razón, es el texto lo que importa, yo q aún estoy iniciandome en esto de la poesía tengo una pregunta sobre el texto o la forma, ¿que tipo de poesía (asumiendo que es poesía) es esta, en que plano la podemos ubicar? Gracias por la respuesta y saludos sin mar contenido.
M. Martínez Forega -
Niggerman -
Por mi parte, y aunque con no mucha fortuna expresiva, lo que consideraba que tenía que decir ya lo dije.
Veo que se han agitado (un poquito, al menos) ciertas aguas que personalmente desconozco, con nombres y apellidos (o seudónimos) que también desconozco. Me temo que había cierta mar de fondo retenida, según parece. Mi intención era, en cualquier caso, hablar de textos, no de personas o actitudes. Porque estoy convencido de que, en el terreno de la literatura, lo fundamental --a la postre, casi lo único-- son los textos.
El Bloguero enmascarado -
protopoeta -
ESO LO DIJO UNA CHICA LLAMADA ANA MANZANA
y yo pregunto esta fruta es madura?
Holmes -
Niggerman -
El problema que, a mi entender, tiene el conjunto de esa composición es que da una impresión, precisamente, de "ocurrencia", de idea(s) apenas elaborada(s). Y, a cambio, tampoco transmite una sensación de espontaneidad... En fin, no estoy muy inspirado en este momento para dar mejores explicaciones...
Esos versos si que son más "chulos", como dices tú, que los anteriores. Pero el conjunto resulta muy endeble a mi juicio.
En todo caso, y como supongo que eres el autor, gracias por tu capacidad de encaje.
Saludos.
Octavio -
estos versos son chulos:
Y no tuviste arrestos para
ascender cuatro pisos de escalera.
Hoy vuelvo a estar en alquiler.
¿no?
abrazos
Niggerman -
Eso es una ocurrencia poco feliz, y creo que no está de más que alguien diga que eso es muy malo. Pero muy malo.
manuel -