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Antón Castro

VÍCTOR JUAN, SU HIJO Y LA YEGUA ZARAGOZA

VÍCTOR JUAN, SU HIJO Y LA YEGUA ZARAGOZA

Víctor Juan Borroy, ese vecino de Garrapinillos con morada en Villa Albina, acaba de comprar una nueva yegua. Así Zaragoza le hace compañía a Luna. A partir de ahora, él y su hijo Guillermo galoparán como dos caballistas al alimón por las sendas del barrio, entre olivares, almendros y pequeñas vaguadas con higueras y acequias. De cuando en cuando, volverán grupas hacia el sabor del cierzo. Víctor Juan lo cuenta en su página de domingo a su modo e insiste en sus devociones: su amistad con Pepe Melero, el gol de Nayim, al que le dedicó el fragmento final de su relato en “Cuentos a patadas”, la pasión por Zaragoza, y su complicidad con el poeta y viajero Fernando Sanmartín, otro galanteador del decir y del amor como él con parada y fonda en La Aljafería. Escribe Víctor Juan:

 

[Ella nació para nosotros el 10 de mayo, el aniversario del día que Mohamed Alí Amar metió el gol de Nayim, el gol que cambió su vida y la nuestra. Es una yegua de capa pía, cuatralba -algún día galoparé con ella hasta enterrarlos definitivamente en el mar-. Podría llamarse de muchas maneras, pero se llama Zaragoza como la vieja y hermosa ciudad en la que ha nacido, la ciudad en la que hace doscientos años nos hubieran matado al tío Melero y a mí en cualquier plaza, en cualquier esquina, en un cuerpo a cuerpo por defender cada palmo de tierra en el que viven las personas que amamos. Me gusta mucho Zaragoza. Fernando Sanmartín diría que la miro como se mira a una mujer desnuda, pero yo no soy poeta y prefiero ser prudente con estas cosas. Guillermo ha empezado a domesticarla.]

 

 

1 comentario

Blanca -

Bellisimo regalo al tratarse de un bellisimo animal. Qué suerte poder cabalgar por las tierras de Garrapinillos!! :)