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Antón Castro

LA CENSURA EN LA RED. CONTRA LOS INQUISIDORES

LA CENSURA EN LA RED. CONTRA LOS INQUISIDORES

[He tenido un día de ayer y de hoy bastante agitado, así que no pude leer el artículo de Fernando Valls sobre la censura en la red. Suscribo sus opiniones y muestro mi solidaridad tanto a Antonio Cardiel, cuyo blog es realmente extraordinario y no me lo ha parecido menos su último libro En el bosque (Mira editores, 2008), y a Rolando Gabrielli. Y copio aquí el texto de Fernando, un lector apasionado y meticuloso de blogs y otras maravillas. ]

 

CENSURA EN LA RED

 

Por Fernando VALLS

Los que hayan visitado, en las últimas semanas, el blog Foto-relatos, de Antonio Cardiel, y el del chileno afincado en Panamá Rolando Gabrielli, se habrán llevado una desagradable sorpresa, pues antes de acceder, aparece el siguiente cartel, que ha colocado Google:
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"Advertencia de contenido. Algunos lectores de este blog se han puesto en contacto con Google porque consideran que el contenido del mismo es dudoso. Generalmente Google no revisa ni aprueba el contenido de este, ni de ningún otro blog. Para obtener más información relativa a las políticas de contenido, visita las Condiciones del servicio de Blogger".

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Respecto a lo cual, el lector deberá tomar una decisión:

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Lo comprendo y deseo continuar.

No deseo continuar.


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Si para acceder a la bitácora de Foto-relatos se optaba por la primera opción, en busca de ese contenido dududo, el lector accedía a un blog de fotos de viajes diversos, la India entre ellos; de personajes anónimos de principios del XX cuya historia el autor se proponía componer, y a fotos de guerras mundiales y ciudades alemanas destruidas, además de a una colección de postales antiguas de una joven, Eulàlia, que posaba desnuda, aunque emboscada tras un decorado vegetal, en el estudio de un pintor, también de comienzos del siglo pasado, lo que a estas alturas no parece que pueda tacharse precisamente de "contenido dudoso", aun cuando nunca falten mentes retorcidas dispuestas a pulsar la tecla "Contenidos de dudosa reputación".

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Ahora, sin embargo, Antonio Cardiel ha publicado en su blog la siguiente carta:

 

Queridos amigos:


Hace un mes, cuando regresé de mis vacaciones, me encontré con la desagradable sorpresa de que alguien había considerado a mi blog pornográfico y había escrito a google para interponer una barrera o advertencia de contenido. Por un lado, resulta intolerable que en un medio como internet pueda ejercitarse esta especie de censura indiscriminada: cualquiera puede ejercerla, ya que google ni controla contenidos ni supervisa esas quejas, por lo que los blogeros estamos sujetos al capricho de quienes se creen en posesión de una moral irreprochable, con lo reprochable que esto es. Por otro, el número de visitas ha descendio drásticamente, lo que todavía introduce más extrañeza en el asunto al comprobar que esa advertencia surte efectos y arredra a los posibles lectores. Es por ello que voy a abandonar este servidor, blogger, para, en cierto modo, independizarme en mi propio dominio, por lo que durante unos días este blog no se actualizará hasta que tenga preparado el nuevo espacio para mis escritos. Espero tener todo listo para la semana próxima, quizá hacia el 8 de octubre. Siento interrumpir esta comunicación con vosotros, amables lectores, pero espero que todo sea para bien y que mi nuevo espacio de escritura os siga interesando.
Un saludo,

Antonio Cardiel

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Por su parte, la escritora chilena Lilian Elphick, hace unos días, colgaba en su bitácora la siguiente entrada, con el título de "Yo acuso":

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Photobucket, el sitio web donde alojo mis fotos, ha censurado la imagen que Alejandro Gelaz realizó tan amorosamente para mi texto Arbeluc. Y este procedimiento, señoras y señores, es atroz; una falta de respeto.

¿Qué es lo que prohíbe Photobucket? ¿Una serpiente? ¿La palabra Arbeluc? No. Todos sabemos que la censura radica en la mostración de tetas, areolas, pezones y otras presas ‘dignas de pudor y de ocultamiento’. He aquí lo obsceno. Lo he dicho mil veces y no me canso de repetirlo: la única obscenidad es la guerra, el hambre, la moralidad imbécil y el doble estándar. Y el mundo está plagado de censores que se dedican a borrar, suprimir y satanizar, no sólo partes del cuerpo humano, sino ideas, concepciones culturales, modos de ver la vida.
Giordano Bruno fue quemado vivo en Campo dei Fiori en 1600; los asesores de Berlusconi hicieron desaparecer el pecho albo de la señora Verdad desvelada por el tiempo, del pintor renacentista Giambattista Tiepolo, en 2008. ¡Hasta cuándo! ¿Quién nos salvará de esta lacra de descerebrados defensores de las buenas costumbres? Y la respuesta es: nosotros mismos. ¡Quién más!

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Las cosas se ponen feas. El mito de la red como un espacio de libertad, con episodios como éste, se desmoronará pronto. Los casos de Antonio Cardiel, en España, de Rolando Gabrielli, en Panamá, y el Lilian Elphick, en Chile, no deberían de repetirse, pero si no protestamos con energía, es probable que lo hagan. Seguro que existen más casos que desconozco, de los que podríais dar noticia. Desde esta nave loca os animo a que os suméis en vuestras bitácoras a la protesta y a que comentéis otros casos similares.

Véanse las bitácoras de quienes ya se ha sumado a la denuncia:

      *No sé si la imagen es obscena o no, pero me encanta. Ella es Ann Sheridan.

 

2 comentarios

Luisa -

Conozco más casos.
La cuestión es que el botón para marcar que Blogger presenta en la cabecera de las plantillas y que queda muy visible es primero equívoco, segundo demasiado contundente, porque no ofrece posibilidad de repensar. Quiero decir que además de la gente que use un criterio pacatamente moral para marcar un blog como de contenido dudoso (dudoso, ¿para quién?, ¿por qué se ha de dar tanto pábulo al criterio de "un solo" lector que puede presionar sobre ese botón?) puede además haber actos no voluntarios. Es un desastre desde todos los puntos de vista.

Antonio Cardiel -

Gracias por tu post, Antón, que creo trasciende mi caso particular. La arbitrariedad del sistema de censura de google es peligrosísimo, nadie lo supervisa, cualquiera puede cargarse cualquier blog porque sí. Sin embargo, estimula encontrar a persona como tú, como Fernando Valls, Antonio Serrano Cueto y Gemma Pellicer, dispuestas a defender la libertad de creación por encima de todo.
Antonio Cardiel