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Antón Castro

RAQUEL LANSEROS: DOS POEMAS

 

Le pido a Raquel Lanseros dos poemas de su último libro, ‘Croniria’, publicado por Hiperión, que firma este fin de semana en la Feria del Libro de Madrid. Aquí están. las dos fotos son de Robert Doisneau.

 

CANCIÓN DE LA TRINCHERA

 

Señor Amor, dueño del cielo y de la tierra

tú que puedes batirnos a tu antojo

sobre el eje inicial de nuestro impulso.

Tú que te enseñoreas sobre todo lo vivo

entretejiendo un atlas de destinos cruzados.

Tú que puedes auparte a tu albedrío

 y clavar tu aguijón sobre cualquier entraña.

¿Por qué vuelves a mí? ¿Qué vil capricho?

¿Por qué me arrojas de nuevo tu jauría?

 

He aquí, amo mío, lo poco que me queda:

mi sosiego de vidrio

la enmienda frágil de una paz absorta

mi mosaico de heridas mal curadas

                               demasiado recientes para ser cicatrices.

 

Imploro tu piedad desde mi grieta,

donde se han detenido la memoria y el ánimo.

Piénsalo bien: te costaría muy poco

                  concederme una bula de misericordia.

 

Deja a los que me quieren, esta pasión debiera

maldecirme tan sólo a mí, es lo justo.

Ya he visto antes cómo mi avidez arde

en tu hipnótica pira de dios omnipotente.

 

Descuida, soy sumisa

tu adiestramiento previo ha prosperado:

quien lo ha perdido todo varias veces

              reconoce el honor de una derrota.

 

 

 

       22 DE FEBRERO

                           Estos días azules y este sol de la infancia

                                                        Antonio Machado

 

La poesía es azul

               aunque a veces la vistan de luto.

Viento del sur escultor de cipreses

ahoga la tierra honda de dolor y de rabia.

 

Abel Martín, conciencia en desbandada

pájaro entre dos astros

nombrador primigenio de las cosas.

Juan de Mairena íntegro

espejo limpio donde se refleja

                        el rostro que tenemos de verdad.

 

Nos dejaste la vida

la palabra fecunda

la desnudez, la brisa.

Nos dejaste las hojas y el rocío

el mar

las instrucciones

              para aprender a andar sobre las aguas.

 

Y después te marchaste.

Mejor dicho: te echaron a empujones.

Siempre molestan los ángeles perdidos.

 

Dicen que desde entonces en Collioure

   no ha dejado jamás de ser invierno.

 

 

 

3 comentarios

carlos -

El invierno de Collioure ES UNA MUNIATURA COMPARADO CON EL QUE HEMOS PASADO AQUÍ HASTA EL 75

el pueblo -

coñazo, ininteligible y pedante

Villo -

Es muy buena. Será una de las grandes poetas reconocidas...ya!