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Antón Castro

JOSÉ SARAMAGO HA MUERTO

El escritor José Saramago, Premio Nobel de Literatura, ha fallecido este mediodía en la localidad de Tías (Lanzarote, España) a los 87 años de edad. Sin duda, fue unos de los escritores más conocidos y apreciados en el mundo entero. Su literatura y el compromiso moral con la sociedad de su tiempo le convirtieron en una voz crítica frente a las injusticias y desigualdades del mundo. “Escribo para comprender”, confesaba el autor portugués.

 

 

La celebridad y el reconocimiento a escala interna­cional le llegaron con la aparición, en 1982, de su ya legendaria no­vela Memorial del convento, a la que siguió El año de la muerte de Ricardo Reis. En esta última, su precisa y sentimen­tal indagación del universo de Fernando Pessoa —a través de uno de sus heterónimos— se convierte casi de inmediato en una obra «de culto» que cruza todas las fronteras. El trabajo narrativo de José Saramago gozó desde entonces de una admiración sin límites.  Otros títulos importantes publicados en Alfaguara son Manual de pintura y caligrafía, Casi un objeto, Historia del cerco de Lisboa, La balsa de piedra, El Evangelio según Jesucristo, Todos los nombres, Levantado del suelo, Ensayo sobre la ceguera, La caverna, El hombre duplicado, Ensayo sobre la lucidez, Las intermitencias de la muerte, Poesía completa y Cuadernos de Lanzarote I y II. Alfaguara ha publicado también el libro de viajes Viaje a Portugal y el relato breve El cuento de la isla desconocida. En el año 1998 recibió el premio Nobel de Literatura.

 

En su libro Las pequeñas memorias (Alfaguara, 2007) Saramago decía: “De alguna forma sigo siendo un campesino. Parece disparatado decirlo pero sólo yo puedo saber lo que llevo de campesino dentro de mí. El pasado está lejos pero nunca me he podido separar de él, del niño que fui”.  Su fina ironía fue una de sus herramientas literarias más poderosas.  En su hermoso libro, El viaje del elefante (Alfaguara 2008), Saramago reflexionaba sobre la condición humana y nos hacía sonreír a lomos de Salomón, un elefante indio que parte de Lisboa para emprender un asombroso viaje a Viena. Su última novela publicada fue Caín (Alfaguara 2009) en la que, con la distancia que le permite la ironía y la cercanía que le otorga un compromiso apasionado con los hechos que narra, Saramago nos regalaba una cruda a la par que humorística parodia del gobierno del cielo.

 

  FRASES DEL AUTOR:

«Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que, sin ideas, no vamos a ninguna parte.» (Última entrada en el blog de José Saramago, bajo el título “Pensar, pensar”).

«Escribo para comprender, y desearía que el lector hiciera lo mismo, es decir, que leyera para comprender. ¿Comprender qué? No para comprender en la línea que yo estoy tratando de hacerlo; él tiene sus propios motivos y razones para comprender algo, pero ese algo lo determina él.»

«En cierto sentido se podría decir que, letra a letra, palabra a palabra, página a página, libro a libro, he venido, sucesivamente, implantando en el hombre que fui los personajes que creé. Considero que sin ellos no sería la persona que soy hoy, sin ellos tal vez mi vida no hubiese logrado ser más que un esbozo impreciso, una promesa como tantas otras que de promesa no consiguieron pasar, la existencia de alguien que tal vez pudiese haber sido y no llegó a ser.»

«La importancia que puede tener usar una palabra en vez de otra, aquí, más allá, un verbo más certero, un adjetivo menos visible, parece nada y finalmente lo es todo.»

«Un libro es casi un objeto. Porque si es verdad que es algo voluminoso, que se puede tocar, abrir, cerrar, colocar en un estante, mirar e incluso oler (¿quién no ha aspirado alguna vez el aroma de la tinta y el papel ya fundidos en una página?) también es verdad que un libro es más que eso, porque dentro lleva, nada más y nada menos, la persona que es el autor. De ahí que sea necesario tener mucho cuidado con los libros, enfrentarse a ellos dispuestos a dialogar, a entender y a tratar de contarles lo que nosotros mismos somos. Los buenos libros, que es de lo que aquí se trata, están hechos con la honestidad y el trabajo de autor, luego hay que tratarlos también con honestidad y sin regatear esfuerzos.»

«Llevamos siglos preguntándonos los unos a los otros para qué sirve la literatura y el hecho de que no exista respuesta no desanimará a los futuros preguntadores. No hay respuesta posible. O las hay infinitas: la literatura sirve para entrar en una librería y sentarse en casa, por ejemplo. O para ayudar a pensar. O para nada. ¿Por qué ese sentido utilitario de las cosas? Si hay que buscar el sentido de la música, de la filosofía, de una rosa, es que no estamos entendiendo nada. Un tenedor tiene una función. La literatura no tiene una función. Aunque pueda consolar a una persona. Aunque te pueda hacer reír. Para empeorar la literatura basta con que se deje de respetar el idioma. Por ahí se empieza y por ahí se acaba.»

 

*Cortesía de Rosa Junquera de Alfaguara. Mañana en ‘Heraldo’ se publica un artículo mío, extenso, sobre su vida y su obra.

1 comentario

Conchita Casales -

Escribo este comentario porque soy seguidora de tu blog.Me gusta.

Comencé a leer a Saramago hace 10 años, creo que ya desde hacía tiempo iba buscando su literatura por mis rincones.......empecé con "LA CAVERNA"....
Si usted busca sosiego no lea a Saramago, no lo va a encontrar, puede poner en jaque sus creencias, aumentar sus dudas existenciales y dejar algo tocada su capacidad de discernimiento......Por eso me gusta , simboliza para mí un desafío interior....


Creo que leer a Saramago no solo es bueno sino necesario,fue íntegro y tolerante, ateo de profundos argumentos...de esos que convencen por certeros...
Leer a Saramago me da el punto necesario que me hace tener los pies en la tierra, que me recuerda que el empobrecimiento moral de la sociedad crece paralelo al enriquecimiento del capital, que mirar hacia otro lado es una actitud...pero que no me exime de mirar y "VER ".


Me atreví con "ENSAYO SOBRE LA CEGUERA" y digo bien.....cuando digo " me atreví", me impactó tanto que estuve un tiempo enojada con el mundo.
Es impresionante la maestría de sus descripciones, de su descenso a los infiernos y cloacas de la raza humana..., me resultaba difícil digerir tanta miseria humana.


Una gran libro, incómodo por toda su verdad......cruel y desgarrador, realista pero también esperanzador...
Qué gran visionario fue al retratar así al ser humano desde su ceguera.
Descanse en Paz.