OLGA BERNAD EN 'ROLDE'
PELIGROSA MARÍA
Callaré nuevamente. En la cintura
me guardo el largo discurrir del tiempo,
el hueco de la mano, los pliegues de mis dedos,
esa esquina del hombro ante su boca.
Mi yugular al borde de otros dientes.
Todo cierto,
y todo incomprensible. Voy buscando
la mano de la boca de un ombligo;
me enveneno de besos y de rostros
que no recordaré, pues no me importan.
Sólo el amor rescata y, con el tiempo,
el amor da pereza.
Por los que siempre te amarán, disparas,
y el aullido de un lobo te despierta.
Chasquido de mechero en el silencio,
pequeña brasa al borde de los labios,
misterio en los pulmones.
Supones que la luna está asustada:
ha visto largas noches de tu alma
y sabe
que más lejos, tan dentro de tus ojos,
un herrero perfecto está fraguando
la gris bala de plata
-voluta de humo azul de dientes verdes-
que algún día sabrá alcanzarte en sueños.
PERROS DE NOVIEMBRE
Será agosto y, en sueños,
vendrán ladrando perros de noviembre.
Y sueño que estoy sola
-sueño muy a menudo que estoy sola-
y el mes terrible en el que nuestro invierno
es más que una amenaza
(son los golpes por estrenar del frío)
el mes que odia mi sangre y mi silencio,
olerá desde lejos mi tristeza.
El mes más vil, el mes de los suicidas,
el que arranco de cuajo en los diarios.
PREMONICIÓN
Se deshace en los labios de algún sueño
como una contraseña incomprensible,
reclamando la voz
que abriría las puertas que se cierran.
El aire se calienta de secretos.
Los muros silabean restos sucios
de oscuras inscripciones.
Lo no olvidado aún, lo que nos roza
con su rara cordura la conciencia
para no despertarnos ni dormirnos.
La lucidez borracha de los sueños
o los presentimientos.
Tocar la claridad para extrañarla.
Claroscuro que agota,
nostalgia de certezas; y cerezas
que un dios dudoso y débil
parece colocar en nuestra lengua
con lujurioso gesto de demonio.
Mi sangre huele el aire
como un animal vivo
-con un instinto comparable al hambre-
y un latido de plomo la sujeta.
Así pesan mis ganas de saber,
así afilan sus garras y sus dientes
la sensibilidad y la paciencia.
La tensa calma y el dolor me dicen
que cazar este invierno será en vano.
Mas no cierres los ojos, una noche
beberás de la copa que te sacie.
Olga Bernad (del poemario Nostalgia armada, en prensa). Estos poemas de Olga Bernad, autora del poemario ‘Caricias perplejas’ y de la novela ‘Andábata’, han aparecido en la última entrega de la revista ‘Rolde’, que coordina Víctor M. Juan Borroy. Todas las obras son de Rossina Bossio, que a menudo trabaja con Miss Aniela. Es fotógrafa, pintora y dibujante.
2 comentarios
Olga B. -
Un beso.
gonzalo villar -