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Antón Castro

UNA ARTISTA EN EL VIÑEDO

CUENTOS DE DOMINGO / Antón Castro

 

Una artista en el viñedo

 

Pudo ser en Cariñena o en Paniza. Allí vivió hace algún tiempo una artista especial: llegó a esos territorios de viñedos atraída por el paisaje que había visto en la película ‘Tierra’ de Julio Medem. Cogió su furgoneta, sus caballetes, sus pinceles, óleos, cartones y sus libros, y se dirigió hacia allí. Llegó al mediodía y recorrió la zona: los caminos asfaltados, las carreteras secundarias, las montañas con vistas hacia el valle y la sierra de Algairén. Cuando empezaba a caer la tarde, buscó un lugar tranquilo para pasar la noche en su vehículo. Antes de dormir, fue a uno de los bares de plaza, sacó su cuaderno, tomó notas y realizó algunos dibujos. Luego preguntó por la historia del pueblo, por las bodegas, por las familias que las sustentaban, por la línea del tren. Tuvo la sensación de que la gente era un poco hostil. Se fue a dormir. Antes de hacerlo, escribió una última frase: “Ellos no saben que he venido para quedarme”. Su presencia empezó a hacerse familiar en bares y tiendas, en la biblioteca municipal, en el paseo de las afueras, donde solía levantar su caballete. Le apasionaban las viñas y la simetría de las matas en la tierra roja. En la panadería preguntó si habría una casa de campo en alquiler. Querría montar su estudio. A nadie le pareció extraño: llevaba dos o tres semanas pululando por allí, con sus libretas y con su cámara de fotos. Y no solo eso: alguien la había visto grabar el cántico de las fuentes y el silencio poblado de pájaros de la noche en el soto. Al fin consiguió una casa campestre, con jardines. Se sabe que hizo un contrato de cinco años y que adelantó el importe completo del primer año. Fue su manera de eliminar cualquier suspicacia. No se sabe muy bien a qué se dedicaba, salvo a pintar: paisajes al óleo, retratos al carbón, la exuberancia del jardín a la acuarela. Contrató a dos hermanos, Leandro e Inés: él era su hortelano y su jardinero; ella, se ocupaba de las tareas domésticas. Un día, los dos anunciaron que se había ido para siempre. Nadie quiso saber nada más. Sus cuadros siguen ahí, en una quinta que se parece a la que aparecía en ‘Tierra’. ¿Sería, será la misma? 

 *La foto para este cuento de mi sección dominical la tomo de aquí...

https://antoncastro.blogia.com/upload/externo-5590b32d5ee4087fb2f61a3902ccfb63.jpg

1 comentario

JESUS -

Me pregunto qué habrá de cuento y qué de realidad en algo tan bonito.Ya me lo pregunté cuando lo leí en papel, y ahora también.

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