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Antón Castro

FIN DE FIESTA EN EL MAESTRAZGO

Vuelvo a casa. Y me entero de casi todo: Jorge volvió a perder en un partido disputadísimo contra el Juventud, 2-1, jugó poco y bien; Diego ganó por el mismo resultado, volvió a apuntillar Mario Martín (salió enfadado del choque: le dijo a su tío, el entrañable Víctor, uno de mis personajes favoritos de Garrapinillos: “Tenía que haber marcado ocho goles”). Diego jugó bien, de medio centro, y sirvió pases en abundancia. Eso me acaba de decir Víctor en el Asador de Garrapinillos: después de su sobrino, Diego es su favorito. Y el mío. Sara, Sarita, anda estos días triste porque echa mucho en falta a su hermana Aloma; en realidad, echa a faltar a Aloma y a Daniel, y además va por primera sin hermanos al colegio. Llora a menudo y se desvela durante la noche. Esta mañana, camino del colegio, me puso al corriente de las historias amorosas de primero y me decía: “Tú no entiendes nada”. [Bebe canta, después de que Franco Battiato entone “Yo quiero verte danzar” y “Nómadas” para empezar bien el día, aquello de “hoy vas a descubrir que el mundo es sólo para ti”]. Y parece quedarse tranquila en la cola, tras Guillén Bernal, que parecía algo abatido por la derrota del Real Zaragoza: es un seguidor apasionado. Como debe ser.

Los Encuentros en el paraíso, en Cantavieja, salieron muy bien. Acudió menos gente que el pasado año, pero aún así hubo días en que asistieron alrededor de 200 personas a la conferencia-proyección sobre las masías de Arturo Daudén. Causó sensación la charla de Juan Manuel Calvo Gascón acerca de los soldados de Maestrazgo desaparecidos en Mauthaussen: 19, en total. Habló también de Lise Ricol London y de su hermano Fredo, que proceden de Cuevas de Cañart y Torre del Compte. Fascinó Antonio Valero, el gran científico de la energía, con su aportación entusiasta sobre los templarios. La gente disfrutó de lo lindo. Trazó una historia muy completa y comprensible, con las huellas visibles e invisibles que existen de ellos en el Maestrazgo.

Pedro Pérez Esteban se ratificó allá arriba como gran fotógrafo, especialmente con su reportaje sobre la trashumancia y con otro, en marcha, sobre las masías. Es un fotógrafo minucioso, con don poético, que elabora unas instantáneas cargadas de presencias, con una luz bellísima, casi velazqueña. Gustaron mucho, además de las revelaciones de los guerrilleros, las ponencias de Víctor Juan Borroy –decía Cristina Mallén Alcón, coordinadora de los II Encuentros: “Me pareció lo más emocionante”, porque puso la piel de gallina con las vidas de Palmira Pla y Paco Ponzán-, la de Pedro Rújula, llena de erudición y limpidez. Y gustó mucho Pepe Cerdá: todos se descubrieron ante su talento como pintor, su sentido del humor, y su capacidad para contar historias de esto y de aquello. Es como un libro abierto: ante cualquier situación, expone una de sus anécdotas maravillosas que parecen inventadas, a fuerza de ingenio, para la ocasión. Y las tiene de todos los colores, de todas las texturas, de todos los países, aunque las mejores son casi siempre las de sus paisanos de Villamayor, a los que convierte en seres casi fabulosos. El sábado llegó Ana Bendicho, su compañera, y Pere, y le alegraron la estancia. Pepe es un buen jugador de futbolín y Ana, muy sólida en defensa. Y lo que gustó muchísimo fueron los tres conciertos. Distrito catorce tocó el jueves. Hubo poca gente, apenas algo más de 60 personas, pero la banda de Mariano Chueca dejó una maravilloso sabor de boca y dedicó una veintena de discos de “El sueño de la tortuga”. El viernes, apareció Vinos Chueca, en plenas fiestas de Casetas, y Fernando Bastos, “Magras”, Bobby Chueca, Flaco Santos, etc., se metieron al público en el bolsillo a lo largo de dos horas. Vinos Chueca había prometido regalar los discos si la gente no se atrevía a comprarlos; al final, hubo una venta más que interesante. Y también triunfó el grupo de Gonzalo Alonso: cosechó un éxito arrollador el sábado ante 200 personas, tanto en sus canciones como en piezas instrumentales como “Tierra”, magnífica, o “Río Darro”. Gonzalo Alonso y sus seis compañeros –media banda es de formación clásica; la otra es puramente rock y pop- le hicieron decir a un espectador: “Tardaremos en volver a oír cien años algo así en Cantavieja”. Después de este elogio, lo que yo digo sobra: que los músicos arropan a Gonzalo, que crean un clima magnífico, que tocan con gusto, que Gonzalo tiene madera de artista. A Pepe, a Ana, a Pere, a Arturo y a su nena Natalia,a mí, nos hicieron bailar durante hora y media. Gonzalo Alonso diría luego: "Nos animó mucho esa gente que bailaba al fondo, en el gallinero". Rafael Navarro, profesor y músico de La Iglesuela del Cid, dijo hacia las dos de la mañana: "Tras oír a la banda, que me ha encantado, siento no haber venido a todos los conciertos".

Mariano Balfagón -el dueño del hotel Balfagón, el alma del Maestrazgo en la última década, el presidente de la comarca- estaba muy feliz. El año que viene, si volviese yo a organizar los Encuentros, los cambiaremos un poco: pasaremos a una conferencia diaria y haremos más cursos para la gente. Por aclamación popular se nos han pedido más talleres de pintura, de gastronomía, de fotografía y de teatro. El director General de Medio Ambiente, Alberto Contreras, clausuró las Jornadas, tras la proyección de Mario Gómez –ha realizado más de diez mil fotos del Maestrazgo- y el power point de “Así fueron los Encuentros en el paraíso” de Cristina Mallén. El consejero Alfredo Boné no pudo asistir porque vive un trance familiar especialmente duro. La manifestación de “Teruel existe” en Zaragoza estaba en nuestra cabeza. Llamamos a Miguel Ferrer, presidente de la Diputación de Teruel, desde “la bienamada de Cabrera” y nos dijo que algunos cálculos hablaban de 60.000 asistentes. Aunque la cifra parecía exagerada, demostraba que las cosas iban bien. Lo que no entendimos del todo -durante las Jornadas- es que el PSOE ni apoyase la manifestación ni dejase libertad a sus afiliados tras haber criticado tanto la uniformidad del PP con el asunto de la guerra de Iraq. La política no resiste un viajecito a cualquier hemeroteca de anteayer. Menos mal que Mariano Gistaín en sus maravillosos artículos nos recuerda a diario el dislate de los presupuestos y los escasos apoyos del Gobierno Central a Aragón, irrisorios.

Lo más bonito, además de la incuestionable calidad de las ponencias (que reconoció el propio alcalde de Cantavieja, Miguel Ángel Serrano), ha sido el clima de afecto, de camaradería, de alegría. Un ambiente estupendo compartido por la gente (y muy especialmente por la Asociación Cultural de Cantavieja), que ha vuelto a sentirse integrada y protagonista del proyecto.

3 comentarios

Antón -

Querida Matilde: Me alegro de que todo fuese tan bien en Santa Cruz de Moya, que también estuvo presente en el Maestrazgo. "El Chaval" se quedó con la gente, y también "Matías", más sobrio, más tímido. Y me alegra que te guste Pedro Pérez Esteban: había firmado varios libros de autor con textos de Antonio Losantos y José Giménez Corbatón, entre otros, y las series que presentó emocionaron. "Lástima que entienda tan poco de mujeres", dice. Parece difícil creer que un hombre con esa sensibilidad hacia la belleza, no tenga buenos ojos para las mujeres, que son una de las supremas formas de hermosura. Parecía entenderse muy bien con Pepe Cerdá, que es un sabio galanteador, aunque tenga su gran corazón ocupado.
Querido Cide: el próximo año te apuntas y te hacemos un sitio para que nos enseñes algo de este nuevo mundo de tecnologías. Javier Torres, por ejemplo, acudirá a los VI Encuentros Literarios de Albarracín para impartir un taller sobre las infinitas posibilidades del móvil...

matilde -

Lástima no haber podido asistir a los encuentros en Cantavieja. Yo estuve en Santa Cruz. Después de varios años de asistir, algunas cosas comienzan a tener sabor a dejà vu. Sin embargo, la presencia de "Chaval" supuso una bocanada de aire fresco que daba pocas concesiones al partido. Buena memoria, el arte de saber contar historias y unas interesantes vivencias hicieron de su charla lo más ameno de las jornadas.
Totalmente de acuerdo con tu opinión sobre el fotógrafo Pedro Pérez Esteban. Conozco levemente su trabajo sobre la trahumancia. Sabe captar sensaciones y transmitirlas con un encuadre y composición exquisitos. También de acuerdo en lo de "velazqueño" , Pérez Esteban fotografía "el aire" que hay en los lugares como nadie . Vamos, creo que es de lo mejorcito que ofrece el panorama aragonés. Lástima que entienda tan poco de mujeres.

Cide -

qué envidia me dais los que fuisteis Cantavieja.
Lo de los políticos y las hemeotecas es totalmente cierto. Lo único inalterable son sus intereses personales y de partido (por ese orden) Lo demás: la ideología, la buena fe, el compromiso... son caminos que eligen aquellos cuya forma de ser es incompatible con la política actual.