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Antón Castro

JORGE Y DIEGO GANAN TRAS EL MINUTO DE SILENCIO

He seguido a pie de teléfono el desarrollo de los partidos del fin de semana. Jorge con el San Gregorio infantil se enfrentaba al Ebro y Diego, en cadete, al Fleta, uno de los gallitos de su categoría. Los entrenadores Javier y Pepe tuvieron un bonito gesto: pidieron un minuto de silencio por la muerte el pasado martes del abuelo, Leoncio, y además los rojillos salieron al césped de la Azucarera con crespones. Un detalle de cariño, sin duda.

-Jorge venció 3-1, y de él arrancó el primer gol del equipo, desbordó por la izquierda, buscó la línea de fondo, vio la llegada de Javi y se la puso dormida y pulcra para que golease. Se fueron los jugadores hacia una esquina y le dedicaron el gol a Jorge y a alguien que podría haber visto el lance desde la ignota región de los adioses. Su madre, que no entiende demasiado de fútbol, dice que jugó el mejor partido de su vida, que luchó a cara de perro, como si le vida se le fuese en cada balón, en cada regate. El equipo de Jorge sigue cuarto, peleando por la tercera plaza con el Casablanca, el Montecarlo y el propio Amistad.

-A quien estuvo a punto de írsele un poco la vida fue a Diego. Habituado a jugar al máximo de su resistencia y del dolor, el gozoso dolor del fútbol, salió al campo diezmado. Había vomitado por la noche y tenía un poco de fiebre. Pero él también le quería dedicar la victoria a alguien. Le dijo a su madre: “Yo que sufro tanto en todos los partidos, que me muero, ¿cómo sabré que me estoy muriendo más que otros días?”. Su madre le dijo: “Porque te morirás antes”. El partido con el Fleta fue auténticamente aguerrido, feo, de constantes faltas y patadas y gresca clandestina. Un jugador visitante fue expulsado por un escupitajo. Al final, Diego jugó el partido completo y los rojillos vencieron por 4-1.  Llegó a casa hacia las siete de la tarde y se quedó dormido como un lirón, como una piedra. A las doce volvió en sí para cenar. Al parecer, contagió su sueño profundo hasta a la cocinera, y se le quemaron las verduras al horno. Se produjo una alarmante humareda de medianoche.

 

1 comentario

Anónimo -

Bienvenido Antón.
Y mucho ánimo.

O tempo que te agarda pide loita, en Galicia e en Zaragoza.