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Antón Castro

PIRLO, EL FÚTBOL EN CASA Y EL RUMOR DE LOS PINOS

PIRLO, EL FÚTBOL EN CASA Y EL RUMOR DE LOS PINOS

Me han pasado hoy [ayer en realidad:cuando Italia y Alemania reeditaban la memorable semifinal de 1970] algunas cosas, bastante intensas. He sufrido un accidente de coche, una  señora se incorporó a la circulación con imprudencia y me dio un buen golpe y un buen susto. A ella, el pánico le erizó la piel. Compré un espectacular libro de boxeo, Boxing, de más de 400 páginas, donde se recoge prácticamente todo y hay un inventario espeluznante de golpes terribles, de rostros destrozados por el dolor, pero también se recoge la leyenda, el abrazo, la sangre, la esgrima, la historia de campeones de todas las categorías. Es un libro de ésos que te gusta ver por miles de razones: por ahí andan Jack Dempsey, Jack Johnson,  Max Baer, Primo Carnera, Julio César Chávez, Oscar de la Hoya, Félix Trinidad, Ray Sugar Leonard, Marvin Maravilla Hagler, y entre los campeones del mundo se cita, en 1974, a Pedro Fernández. Esta tarde, mientras pensaba en un par de programas de “Borradores”, he recibido la llamada de José Luis Melero, que se estrena hoy como consejero del Real Zaragoza y que estaba ayer con el entusiasmo del joven doctor que está a punto de impartir su primera lección inolvidable de sabiduría, emoción y verdad.

Más tarde, jugué –casi a la patacoja- en emocionante partido con Diego de aliado contra Jorge y Daniel, un partido de tarde con hijo y contra hijos, que nos hace muy felices. Son partidos reñidos, casi duros, con enojos, con rivalidad; nos interrumpieron con 17-16 favorable a Jorge y Daniel. La interrupción se produjo por dos razones: un vecino nos contó, entre otras, cosas que le habían dicho que su perro negro huye por la noche y ha matado más  de media  docena de gallos y gallinas. Y luego ya vino el gran partido de Alemania e Italia, impresionante, vibrante. Por una vez los italianos dejaron su táctica rácana y quisieron tutear con el balón en los pies a un rival tan impetuoso y trabajador como falto de duende, despojado de magia y de auténtico talento. El talento sí lo puso Italia, y Alemania en menor medida en la prórroga, que marcó dos goles cuando todo se dirigía hacia los penaltis: jugó bellamente Andrea Pirlo y marcó el fino Grosso, que hizo por cierto un magnífico y casi imposible control en la primera parte. Luego apuntilló Del Piero, pero también estuvo a punto de hacerlo Gilardino.

Y después del partido inolvidable, la crónica para "Heraldo" y un baño en el agua, a la sombra de los pinos. Con Aloma y Diego. A la medianoche. Es una sensación agradable que sólo había experimentado en Cienfuegos, en Cuba. Luego, tras cenar,  me he venido al estudio y he puesto a un grupo que me gusta y que me llena de saudade: Luar na Lubre. Miro los pinos, los oigo, cual oigo el rumor del río y de los aviones, y viajo en el tiempo hacia Galicia cuando era niño, cuando oía la música de la espesura, el latido de los eucaliptos y los pinos, cuando presentía el avance del misterio con sus figuras informes. Dentro de unos días, el próximo jueves, iré a Segovia a participar en un Encuentros  de Narradores Orales: estoy preparando una novela de cuentos en 50 minutos. Y estoy asustado. Pero no se lo voy a decir a Ignacio Sanz, que insistió mucho para que fuera. Cada vez quiero más a los amigos que te quieren: ayer recibí dos bellas cartas de Pilar Moré y Vicente Pascual Rodrigo, que estaban muy contentos de su presencia en "Borradores". Es bonito saber que la gente que se ha quedado contenta con esos gestos suaves de reconocimiento y de afecto.

 

*La foto es de Andrea Pirlo, el "cinco" clásico de Italia, el medio centro que dirige el juego de Italia y que ayer, con sus altibajos al principio, realizó un espléndido partido. Antes del gol de Grosso, él acababa de rematar de zurda lejana al arco de Lehmann, el mejor de la noche en el bando alemán a pesar del buen juego de Kehl.

9 comentarios

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Just shows that writing via practical knowledge brings so considerably depth and relevance to kinds readers. Thank you for sharing.

ander -

recibelo ander

Antón -

Querida Luisa: He visto el programa y me parece que tu intervención quedó muy bien. Me alegra muchísimo. Hoy jueves, vuelven a pasar el programa. Un abrazo. AC.

Luisa -

Como estabas de vacaciones, no me atrevía a escribirte. Pero a mi también me gustaría decirte que "Borradores" quedo estupendo. Que la entrevista que tuvimos en torno a "Pan de Oro" me pareció fantástica (gracias indudablemente a tus buenos oficios). Me gustó mucho la visita al estudio de Pilar Aladrén, pero también la genialidad de Roberto Malo. Azcona, pues, para babear, con su sabiduría tan tierna.
Gracias
P.D. ¡Ah! y ciertamente son la saudade personificada Luar na Lubre; a mi me gusta mucho escucharlos en la terraza.

Luisa -

Como estabas de vacaciones, no me atrevía a escribirte. Pero a mi también me gustaría decirte que "Borradores" quedo estupendo. Que la entrevista que tuvimos en torno a "Pan de Oro" me pareció fantástica (gracias indudablemente a tus buenos oficios). Me gustó mucho la visita al estudio de Pilar Aladrén, pero también la genialidad de Roberto Malo. Azcona, pues, para babear, con su sabiduría tan tierna.
Gracias

Jesús -

También compartó tu pasión por Luar na Lubre aunque ya no esté ahora la vocalista Rosa Cedrón.Ya estuvieron en aquella noche memorable en el pabellón príncipe Felipe en el mismo escenario con Carlos Nuñez,Xosé Manuel Budiño y loa aragoneses Biella Nuei

Toni -

Ánimo con todo y menos sustos.

Abrazos

A.C. -

El gol de Nayim es posiblemente el gol del siglo XX. No hay comparación..Fue el gol de belleza absoluta y el gol que justifica una vida y una pasión: el Real Zaragoza.

Un gran abrazo. Te agradezco tu fidelidad al blog. Muy amable. Antón

Cide -

En la radio, antes de que Italia metiera el primer gol, decían que ¿cómo va a ganar Alemania, si está jugando a la italiana?

No puedes ganar a Brasil haciendo futbol samba.

De todos modos, el mejor último minuto de una prórroga lo hemos disfrutado los zaragocistas. Y en una final. Eso va a ser difícil que nadie nos lo quite.