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Antón Castro

RETRATOS DE ESCRITORES. 2 / JAMES JOYCE

RETRATOS DE ESCRITORES. 2 / JAMES JOYCE

Hace ya algunas semanas que llevo intentando iniciar una serie de retratos de escritores. Empecé con una foto de niño de Fernando Pessoa. Y sigo aquí hoy con este retrato de James Joyce, realizado por Berenice Abbot en 1926. Es el mejor daguerrotipo del autor de Dublineses, a quien le hizo estupendas fotos en un color inicial Gisele Freund.

PD.Chesús Yuste, el enamorado de Irlanda y de Innisfree, ha dejado esta bella nota, que traigo al escritorio: [Por cierto, hace unos años, pude visitar en Dublín el "James Joyce Centre", una casa georgiana, al norte de O'Connell street, convertida en un museo joyceano. La gracia está en que uno de los sobrinos de Joyce, a quien tuve el placer de conocer allí, enseña la casa (libros, retratos... hasta la auténtica puerta de la vivienda donde residía el ficticio Leopold Bloom). Eso sí, el sobrino, perfectamente vestido como su tío en un verdadero salto del tiempo. Visita recomendable.]

3 comentarios

Natalia Book -

Yo iré en Julio a recorrer los pasos de Joyce por Dublín. Le daré recuerdos vuestros al sobrino de Joyce,
Saludos

Magda -

Tengo una fotografía de Joyce, en un libro que escribió García Ponce sobre escritores (se llama Entre las líneas, entre las vidas, está en Oceano), en la que están plasmadas cuatro generaciones: En un cuadro en la pared está su padre, él, Joyce, sentado en un precioso sillón debajo del cuadro de su padre, al lado de él está su hijo y en medio de su hijo y de él, su nieto. Y todos se parecen.

Esta fotografía es buenísima: la mirada un poco como perdida, los anillos de la mano, las mancuernillas, y esos anteojos que tanto me han fascinado siempre.

Innisfree -

Muy buena idea, Antón. Y me parece muy acertada la selección inicial: Pessoa, Joyce... Por cierto, hace unos años, pude visitar en Dublín el "James Joyce Centre", una casa georgiana, al norte de O'Connell street, convertida en un museo joyceano. La gracia está en que uno de los sobrinos de Joyce, a quien tuve el placer de conocer allí, enseña la casa (libros, retratos... hasta la auténtica puerta de la vivienda donde residía el ficticio Leopold Bloom). Eso sí, el sobrino, perfectamente vestido como su tío en un verdadero salto del tiempo. Visita recomendable.
Un saludo,
Chesús