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Antón Castro

MARÍA BUIL: LA CARNE Y LA LUZ DE 'LAS TRES GRACIAS'

MARÍA BUIL: LA CARNE Y LA LUZ DE 'LAS TRES GRACIAS'

La pintora María Buil Gazol (Zaragoza, 1970) ha sido seleccionada por el artista Pepe Cerdá para participar en el prestigioso premio que convoca todos los años, en París, Antoine Marin, dueño de uno de los locales más conocidos del mundo de la pintura. "Baste recordar -dice Pepe Cerdá- que de allí salieron los bastidores del 'Guernica', de Picasso. Nada menos. Y que siguen siendo muchos los artistas que adquieren allí sus materiales". Antoine Prix encarga todos los años a doce pintores reconocidos que elijan a un artista joven que pueda optar a un valioso premio en materiales de pintura. La muestra se inauguró el pasado viernes.

Pepe Cerdá, que ha residido en París y que sigue trabajando con distintas galerías francesas, optó por María Buil porque "es una pintora excepcional que defiende lo que yo defiendo. La pintura es un modo de contar cualquier cosa. La pintura es forma, da lo mismo que pintes una lechuga o trasatlántico. Piense, por ejemplo, en Morandi". Cerdá insiste en algo que une a los dos artistas: "Creo que no pretendemos hacer arte, pretendemos hacer pintura".

María Buil ha estado becada en la Casa de Velázquez por la Diputación de Zaragoza y ya ha expuesto en lugares importantes: desde el monasterio de Veruela, la Casa de la Mujer o el Torreón Fortea hasta salas nacionales e internacionales. Empezó con una pintura expresionista que acusaba el influjo de Rembrandt, Velázquez, a Hopper y Francis Bacon, y sigue investigando a través de distintas temáticas: los interiores, los paisajes, los animales desollados, ciertas hortalizas como la lechuga y el repollo, sus bodegones crudos y también el desnudo, como el que presenta en la colectiva 'Afinidades' en Aragonesa del Arte, donde forma pareja artístico-literaria con Ismael Grasa; las otras cuatro parejas de la muestra son Enrique Larroy-Manuel Vilas; Lina Vila-Félix Romeo; Gonzalo Tena-Alejandro Ratia y Fernando Sinaga-Jesús Jiménez.

Explica María Buil: "Estoy encantada con la propuesta. Muy feliz y agradecida a Pepe. Somos doce los apadrinados, de distintos países. Yo presento un cuadro de gran formato, de 280 x 205 cm., que está inspirado en 'Las tres Gracias', de Rubens. A mí me obsesiona en los últimos tiempos la carne, la desnudez. Y eso es lo que he pretendido hacer: dar una sensación de mayor carne. En general 'Las tres Gracias' me parecen todas etéreas, demasiado etéreas, incluso las de Rubens". María añade, entre risas: "Se me ha ido un poco la mano hacia el poso cultural cuando yo buscaba acercarme algo más a las Cuevas de Altamira, pero ahí está la obra".

Cerdá está al quite: "Es una gran obra". Tampoco es tan habitual que un artista apadrine a otro. Cerdá dice: "Hay algo que da la dimensión del premio. Aquí solo han sido invitados a participar, entre los españoles, Barceló y José Manuel Broto. Por cierto, Broto también fue muy amable conmigo. Me ayudó todo lo que pudo".

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