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Antón Castro

CALVOMOÑACOS / 8. AL MODO EXPRESIONISTA

CALVOMOÑACOS / 8. AL MODO EXPRESIONISTA

Mormeneo lleva varias noches desvelado. Por eso sale a pasear por las afueras de la ciudad bajo un manto de niebla. Lleva su cuaderno de notas, sus lápices de colores y un libro de citas. Se sienta bajo una farola, cerca de un mirador con vistas hacia la ciudad, y mancha sus papeles. Ensaya en una página y en las dos o tres siguientes; vuelve a insistir en la primera, manchurrea en la segunda, escribe “pintar es volver a borrar, pintar es soñar y amar hasta el fin de la noche” en la tercera. Poco a poco, como si la mente le navegase en el vacío, le aparecen los rostros del recuerdo: Irene, la muchacha de seda que le enseñó la dulzura de las borracheras y los besos con lengua; Sara, la casada que dejaba todas las noches su lecho conyugal y lo esperaba bajo un puente del Huerva con su perro lobo; Eloísa, la arquitecta que le desordenaba la cama al mediodía mientras la estercolaba de planos y de dorados cabellos… Se le aparecen en el cuaderno, espantados de color y de vértigo. Y alguien rabiosamente parece haber escrito: “¡Ay, Mormeneo, Mormeneo!”.

*La ilustración, al modo del expresionismo abstracta, es de Alberto Calvo, 'Supermaño'.

1 comentario

alberto calvo -

pues si , lo de la lengua es verdad...ademaás me dió impresión.
Lo demás tambien. Me huele a Delibes.