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Antón Castro

'EPITAFIOS' DE PALOMA GONZÁLEZ

Esta foto es de Pablo Iglesias y está tomada en 2008.

Paloma González publica en Ediciones de la Discreta su primera novela: ‘Epitafio’, la historia de un hombre que de repente deja de ser amable. Paloma es correctora, traductora, editora (o lo ha sido) y ha trabajado muchos años en distintas actividades del mundo editorial. Paloma ganó en 2007 el premio José Saramago de relatos con la obra ‘Con los cinco sentidos’. Su pasión es la música. Y es coleccionista de epitafios. Ha declarado para una revista: “En los cementerios confluyen prácticamente todas las artes. Está la arquitectura funeraria, que es hija de su época y responde a los cánones estéticos y al nivel socioeconómico de la familia; la escultura aparece en el diseño de las lápidas y en la tipografía de los epitafios; y la literatura confluye en los propios epitafios, porque cuando al nombre y las fechas de nacimiento y de la muerte se le añade algo más –aparte de las fórmulas estereotipadas como el Descanse en paz- se está inscribiendo una historia personal, que es como microrrelato, cargados de mucho sentido. Para mí el mejor epitafio es el que aparece en el libro: Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, y vuestros caminos no son Mis caminos que encontré en Zermatt (Suiza)”.

 

FRAGMENTO DE ‘EPITAFIO’. Ediciones de la Discreta

Por Paloma GONZÁLEZ

El segundo día de desamabilidad me regaló una nueva revelación. Ya sabía lo que era ahora el cementerio: un espacio en blanco. Eso era. Un espacio en blanco como un álbum, donde cada cual deja lo que más le importa y, escrito en la lápida, billete o resguardo de admisión pétreo, el significado.

Arrugué la hoja de papel que sostenía en mi mano con sus epitafios copiados, ninguno de ellos tan poderoso como el epitafio que hallé en Zermatt. ¿Pretendía yo firmar esos epitafios, como esa impostora? ¿Quería editar bajo mi firma los nombres y sus fechas y los mensajes: “tu familia no te olvida”, “descansa en paz”?

El cementerio se me apareció bajo una nueva luz. Es un espacio en el que confluye todo lo que es importante en el arte. Esos nombres, esas fechas, las lápidas y sus distintas formas, las ofrendas florales, la arquitectura de algunos pequeños monumentos con su artesanía limpia, su homenaje privado.

Pensé en el espacio en blanco de la exposición. Sin querer sonreí. El símil del cementerio hacía del evento artístico un espacio más muerto que el recinto en el que me hallaba, mucho menos vital, un espacio de emoción fingida, un punto de encuentro perfectamente intencionado, antinatural. En el espacio en blanco del cementerio no confluyen quienes tienen la voluntad expresa de dejar su huella. El cementerio es el espacio en blanco artístico por excelencia, por necesidad. Las inscripciones que en él se registran son las últimas, las que no dan lugar a corrección, las sentencias inapelables.

****

Distinguí unas palabras escritas con pintura roja en el extremo de la sábana, un panel me había ocultado su vista hasta entonces. Una vez se avanzaba, el espacio parecía desdoblado por un espejo. Fue entonces cuando sentí que el vacío se instalaba en mí con todas sus fatídicas consecuencias.

Tus pensamientos no son mis pensamientos, había escrito Susana, porque reconocí en ella la cita y su oportunidad. No recordaba haberla hecho partícipe de ninguna de mis investigaciones sobre aquel epitafio. Era evidente que ella había indagado por su cuenta y, estaba seguro, el resultado de esa indagación había sido proyectado en mi contra en el transcurso de aquel día, a modo de venganza.

En el espacio contiguo, que era una réplica del primero, pero no un reflejo, había añadido:

No volverá a mí de vacío, sin que haya realizado lo que yo deseaba.

(…)Pensé en todas las horas que Susana había consumido en la reconstrucción en blanco de nuestra vida en común para sepultarla. La miré. Ahora era la mujer que bailaba sobre mi tumba. Ya había depositado sobre mí su epitafio. Y se me reveló que lo que buscamos con la amabilidad es la piedad en nuestro epitafio, que este solo registre nuestro nombre y fechas sin más juicio, y que arriba y debajo de nuestras señas de identidad, figuren los nombres y las fechas de los que nos despidieron y las de los que despedimos.

 

8 comentarios

M.Á. -

Me regalaron el libro. Lo abrí con cierto recelo por el título, por el tema que intuía podía tratar... Y no me arrepentí. Un texto que realmente llega, que hace pensar, que dice mucho y lo dice muy bien. En mi opinión, buena escritura, de esa que no es casual y que deja con ganas de una nueva entrega.

MJSC -

Estuve en la presentación del libro. La autora mima tanto a sus lectores como a sus oyentes con ideas precisas y novedosas cada vez. Me apropio de algo que he oído referente a la tesis: Manu confunde identidad y conciencia al actuar.

Juan Nadie -

Una novela desasosegante sobre los tratos y las concesiones que imponen la vida y las relaciones con los demás. Paloma González posee una voz propia y un conocimiento preciso de las herramientas con las que se elabora la mejor literatura, algo impropio en una escritora novel.

Jesus -

Un libro estupendo, con una prosa de las que da gusto leer a menos que seas escritor, entonces, claro está, te da una envidia... ¡¡Muy recomendable!!

Berta -

Su cuento "Con los cinco sentidos" ya hacía sospechar que cuando escribiese una novela (esta) sería espléndida.

Observator -

Excelente novela que nos hace reflexionar sobre las convenciones que nos rodean al tiempo que nos muestra unos personajes tan reales que parece que los conocemos de toda la vida.

Inés -

No es un libro que deje indiferente. Os animo a leerlo.

Matias Crowder -

Un libro perfecto, una historia inolvidable, creo que esta escritora es una revelación de las letras españolas.