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Antón Castro

DAVID GUIRAO: UN ILUSTRADOR EN ALZA

 

Aragón vive un momento especialmente fértil en el campo de la ilustración. Eso es indiscutible: si hubiese un campeonato mundial como ocurre con el fútbol y en tantos otros deportes podríamos presentar 25 artistas de elevado nivel y quizá hubiese alguna que otra discusión a propósito de los descartados. ¿Quién debe estar antes: Eva Garcés, Silvia Bautista Ayats, Ana Lóbez, Jose Herrera, Víctor Gomollón, Anuska Allepuz, Juan Bauty, Blanca BK, Verónica Casas, Diego Fermín, David Laguens o deberían estar todos a la vez? ¿El ‘diez’ de los elegidos le correspondería a Cano, a Isidro Ferrer, a Sáez Castán, a Tàssies, a Jesús Cisneros, a Grañena, a Luis Royo o a Elisa Arguilé?

¿Serían compatibles en ese elenco Alberto Gamón, Beatriz Gimeno y Antonio Santos, Ana González Lartitegui, Alberto Aragón y Miguel Ángel Pérez Arteaga, David Maynar y David Vela? ¿Qué lugar debiera ocupar la leyenda Meléndez? En cualquier caso entre el combinado estaría, sin duda, David Guirao (Zaragoza, 1973) que lleva más de una década centrado en la ilustración y el diseño gráfico. Ya posee una bibliografía muy amplia, y es uno de los protagonistas de la Feria del Libro de Zaragoza por varias razones.

Una de ellas es que es el diseñador del cartel, para el que ha utilizado algunos personajes clásicos y otros que pertenecen a sus ilustraciones. De un libro abierto, la gruta de los tesoros, salen las criaturas de ficción (Don Quijote, Alicia, una princesa de Pedro Alfonso…), y afuera, en otro contexto, se perciben los personajes de cada día, la gente que lee, la gente que pasea.


Otra razón importante es que David Guirao ha hecho su mejor obra ilustrada, con formatos panorámicos y un sentido épico que incorpora el fuego, la sombra y la sangre, con ‘San Jorge y el dragón’ (APILA), el libro cuyo texto firma Daniel Nesquens. Esta es una historia una y mil veces contada y recreada, pero tanto Nesquens como Guirao han apostado por el gran formato, por la grandeza, por los detalles. Guirao dialoga con Ribera, con Rembrandt, con Caravaggio y con el cine de aventuras (abraza desde la tradición del cinemascope a ‘El señor de los anillos’), y logra uno de sus proyectos más atractivos.

En esa línea, David Guirao aborda el universo de Gustavo Adolfo Bécquer en ‘Leyendas’ (Anaya. Clásicos a medida), donde dibuja el rostro puntiagudo del poeta y periodista sevillano, aquel señor que sentía una gran debilidades por las señoritas de burdel y por las mujeres elegantes que se asomaban a la ventana y dejaban escapar un suspiro y una nota de piano. Y dibuja siete cuentos, entre ellos ‘Maese Pérez, el organista’, que formó parte de la educación sentimental de este país hace más de tres décadas, ‘El rayo de luna’, quizá la pieza más onírica y poética, o ‘El beso’. A Guirao le gusta la ambientación histórica, el lujo de los ropajes y sus pliegues, la fuerza de las miradas (pienso en los ojos azules, de agua marina, de Beatriz: la prima del galán Alonso en ‘El monte de las Ánimas’) y los ambientes exuberantes, y así logra una propuesta muy sugerente. Da gusto releer a Bécquer, dará mucho placer descubrirlo, en compañía de las ilustraciones de Guirao, interesado también por la historieta gráfica.


Quizá el libro más divertido de todos en los que interviene Guirao, en este 2011, sea ‘La perdición fucsia’ El Imperio del Tecnopreboste I’ (Nalvay) de Fermín Moreno, que inicia una serie y transcurre en el planeta Gonadín en un tiempo futuro. Desarrolla algunos de los vicios y de los disparates de la sociedad actual, eso sí, con mucha ironía, mucho humor y despiporre. En realidad, Fermín Moreno cuenta la historia de tres señores, Clomch, Liver y Viriato, que son tres supervivientes y, quizá, tres nuevos modelos de pícaros, empeñados en salvar al planeta de una extraña amenaza. Guirao hace convivir el realismo mágico, los paisajes y los héroes con el mundo de los extraterrestres y sus pistolas.

David Guirao también es un protagonista de la Feria del Libro por su libro ‘El increíble niño invisible’, que publica en el sello aragonés Edelvives, cuyo texto redacta Ana Requena Maza. Se trata de la historia de un niño que sueña con vivir aventuras con Los 4 Fantásticos. Se encuentra con unas botas que tienen la facultad de volverlo invisible. Son unas botas especiales: rojas, brillantes, capaces de desternillarse de risa, capaces de «hacerle guiños burlones con sus ojos saltones». Las ilustraciones de David son aquí más cotidianas, e iguales que las de ‘La perdición fucsia’ son en blanco y negro. No se olviden de este nombre: David Guirao. Un trabajador, un soñador de luces y sombras, un creador de atmósferas, uno de los escogidos para la selección aragonesa de grandes ilustradores.

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