LOS MAQUIS EN EL PARAÍSO
Empezaron los II Encuentros en el Paraíso. A las cinco y diez. Al principio, nos dio algo de miedo. Parecía que no iba a haber gente, pero pronto empezaron entrar curiosos, interesados de Cantavieja y de otros lugares del Maestrazgo. Luego nos dimos cuenta de que había gente de Samper de Calanda que había venido ex profeso, dos franceses que habían retrasado su regreso, un señor de Tarragona e incluso un archivero e historiador valenciano que está escribiendo la historia de un guerrillero de Gúdar, de ésos que poseen una vida de película de aventuras por los montes, por el rumoroso corazón del bosque. Como siempre, Mariano Balfagón y Cristina Mallén se vuelcan, e incluso el alcalde Miguel Ángel forofo de Barcelona y del Zaragoza, dice que por igual, o más del Zaragoza que de el Barcelona- asistirá a las casi cuatro horas de charlas, de existencias al límite, de historia de Europa y de España que convergió en este lugar del paraíso que se parece al olvido: el Maestrazgo.
La gran novedad de la primera sesión, dedicada a los maquis, al paisaje del maquis, fue la presencia de José Manuel Montorio, El Chaval, nacido en Borja en 1921 y exiliado en Praga desde 1955. A él le encomendaron la evacuación nada fácil de la Agrupación Guerrillera del Levante y Aragón (AGLA) en 1952, cuando los comunistas volvieron la espalda a sus héroes inadvertidos. Anarquista en su juventud, comunista luego, exhibe una carpeta amarilla donde lleva una foto firmada por el presidente Marcelino Iglesias, a quien le rogó que se interesase por la situación de los exiliados españoles, y en particular aragoneses. Dijo como un deseo y un desafío: El Gobierno español tiene que rehabilitar a los republicanos españoles del exilio, y si lo hace volveré a España si quiero, pero por lo menos dejaré de ser exiliado. Yo no me reconcilio ni con mi padre: el Gobierno español me condena a estar en el exilio. Montorio, El Chaval, esbelto como junco y con una memoria prodigiosa y burlona, ya ha escrito 300 páginas de sus memorias, donde cuenta que con 9 años se fue de Borja a Barcelona, y luego estuvo en el campo de concentración de Saint Cypriane como Manuel Andújar, creo recordar- y más tarde en Barcarés. En 1944, poco después del desembarco de Normandía, volvió a España con los maquis con el objetivo esencial del Partido Comunista y de la guerrilla: acabar con Franco y con la Falange (algo que recordó bellamente, con limpidez y un espléndido power point Fernando Martínez de Baños. Atención por cierto al libro que coordina: La guerra civil en Aragón, Delsan, que se presentará en El Corte Inglés el 28 de octubre).
También estuvo el matrimonio formado por Pedro Alcorisa Peinado y Mercedes Pastor Navarro. Él fue enlace de la AGLA durante seis años, en diversos lugares de Aragón, en concreto de Teruel, como Libros, Camarena de la Sierra (nombrada casi siempre bajo el epígrafe general de sierra de Javalambre), y luego se fue a Valencia y a Cuenca. El Chaval y Pedro, apodado Matías, se conocieron entonces y se reencontraron medio siglo después: su amistad seguía inalterable. Pedro Alcorisa Peinado se fue de España, estuvo en Francia y vivió 20 años en Dresde (Alemania Oriental, entonces). Merced a su pasión por escribir cartas, entró en contacto con su mujer: acudió a su lado y se casaron. Mercedes recordó que ella, por las actividades con la guerrilla de uno de sus hermanos, fue detenida y torturada, y que fue un guardia civil quien le ayudó a sobrevivir, más que a sobrevivir, a salir de la cárcel de Arrancapinos donde habían matado al padre de su futuro marido-. También habló Pedro Peinado que explicó el gran proyecto cultural de La Gavilla Verde, que aúna patrimonio, paisaje y, sobre todo, la memoria histórica. Hoy mismo comienzan en Santa Cruz de Moya (Cuenca) las jornadas de la guerrilla. El periodista de Heraldo de Aragón, Sergio del Molino un magnífico narrador, por cierto, de estirpe cortazariana- acudirá el domingo para redactar un reportaje de dos páginas. Todos ellos Fernando Martínez de Baños, los tres ex guerrilleros, si tenemos en cuenta que Mercedes fue una enlace episódica, Pedro Peinado y Mariano Balfagón- intervinieron en Café de verano, en directo, desde el magnífico hotel Balfagón, con Marina Fortuño, Cristina Jarque y Alberto Giménez en la dirección y en la emotiva conducción a través de las ondas. Mercedes, que no quería hablar, se emocionó y un hilillo de lágrimas y de dolor le empapó los ojos y le regó dulcemente el rostro.
Fue una jornada preciosa, la llama viva de la memoria y de la libertad. A media tarde, me llamó Pepe Melero preocupado por mi última nota: dice que le resta algo de credibilidad a su condición de erudito, de lector insaciable de poesía e historia, de bibliófilo aragonés. Y que recibe anónimos jocosos. No hay que llamarse a engaño: un hombre verdaderamente grande, un sabio, empieza a serlo porque cuida los pequeños detalles (por ejemplo pasear a un perro por el Paseo Sagasta) y se sabe la lista de los joteros ilustres: Asso, Navarro, Miguel Fleta, José Oto, Pascuala Perié, Felisa Galé, Begoña García, José Iranzo, Gracia, Aguerri... No sólo la lista, sino cada uno de sus cantes.
Mientras escribo esto, casi a las dos de la mañana, estoy esperando la llegada de Pepe Cerdá. ¿Qué hará el señor de la noche y de las tabernas, el mejor narrador oral del mundo, cruzando el Maestrazgo en su camioneta Volkswagen bajo una voluptuosa luna de pan, bajo un resplandor que peina la cresta de los montes y perfila sus sombras?
Llega Pepe con noticias frescas: lo ha parado la policía, "han visto que era un señor encantador, me han dado conversación y me han dejado seguir", ha visto cuatro zorros ("tres vivos y uno muerto") y un jabalí. Pepe ,como todo el mundo sabe, miente todo el rato. Me pide que apostille: "El único modo de hacer creíble la verdad es mintiendo". Buenas noches.
La gran novedad de la primera sesión, dedicada a los maquis, al paisaje del maquis, fue la presencia de José Manuel Montorio, El Chaval, nacido en Borja en 1921 y exiliado en Praga desde 1955. A él le encomendaron la evacuación nada fácil de la Agrupación Guerrillera del Levante y Aragón (AGLA) en 1952, cuando los comunistas volvieron la espalda a sus héroes inadvertidos. Anarquista en su juventud, comunista luego, exhibe una carpeta amarilla donde lleva una foto firmada por el presidente Marcelino Iglesias, a quien le rogó que se interesase por la situación de los exiliados españoles, y en particular aragoneses. Dijo como un deseo y un desafío: El Gobierno español tiene que rehabilitar a los republicanos españoles del exilio, y si lo hace volveré a España si quiero, pero por lo menos dejaré de ser exiliado. Yo no me reconcilio ni con mi padre: el Gobierno español me condena a estar en el exilio. Montorio, El Chaval, esbelto como junco y con una memoria prodigiosa y burlona, ya ha escrito 300 páginas de sus memorias, donde cuenta que con 9 años se fue de Borja a Barcelona, y luego estuvo en el campo de concentración de Saint Cypriane como Manuel Andújar, creo recordar- y más tarde en Barcarés. En 1944, poco después del desembarco de Normandía, volvió a España con los maquis con el objetivo esencial del Partido Comunista y de la guerrilla: acabar con Franco y con la Falange (algo que recordó bellamente, con limpidez y un espléndido power point Fernando Martínez de Baños. Atención por cierto al libro que coordina: La guerra civil en Aragón, Delsan, que se presentará en El Corte Inglés el 28 de octubre).
También estuvo el matrimonio formado por Pedro Alcorisa Peinado y Mercedes Pastor Navarro. Él fue enlace de la AGLA durante seis años, en diversos lugares de Aragón, en concreto de Teruel, como Libros, Camarena de la Sierra (nombrada casi siempre bajo el epígrafe general de sierra de Javalambre), y luego se fue a Valencia y a Cuenca. El Chaval y Pedro, apodado Matías, se conocieron entonces y se reencontraron medio siglo después: su amistad seguía inalterable. Pedro Alcorisa Peinado se fue de España, estuvo en Francia y vivió 20 años en Dresde (Alemania Oriental, entonces). Merced a su pasión por escribir cartas, entró en contacto con su mujer: acudió a su lado y se casaron. Mercedes recordó que ella, por las actividades con la guerrilla de uno de sus hermanos, fue detenida y torturada, y que fue un guardia civil quien le ayudó a sobrevivir, más que a sobrevivir, a salir de la cárcel de Arrancapinos donde habían matado al padre de su futuro marido-. También habló Pedro Peinado que explicó el gran proyecto cultural de La Gavilla Verde, que aúna patrimonio, paisaje y, sobre todo, la memoria histórica. Hoy mismo comienzan en Santa Cruz de Moya (Cuenca) las jornadas de la guerrilla. El periodista de Heraldo de Aragón, Sergio del Molino un magnífico narrador, por cierto, de estirpe cortazariana- acudirá el domingo para redactar un reportaje de dos páginas. Todos ellos Fernando Martínez de Baños, los tres ex guerrilleros, si tenemos en cuenta que Mercedes fue una enlace episódica, Pedro Peinado y Mariano Balfagón- intervinieron en Café de verano, en directo, desde el magnífico hotel Balfagón, con Marina Fortuño, Cristina Jarque y Alberto Giménez en la dirección y en la emotiva conducción a través de las ondas. Mercedes, que no quería hablar, se emocionó y un hilillo de lágrimas y de dolor le empapó los ojos y le regó dulcemente el rostro.
Fue una jornada preciosa, la llama viva de la memoria y de la libertad. A media tarde, me llamó Pepe Melero preocupado por mi última nota: dice que le resta algo de credibilidad a su condición de erudito, de lector insaciable de poesía e historia, de bibliófilo aragonés. Y que recibe anónimos jocosos. No hay que llamarse a engaño: un hombre verdaderamente grande, un sabio, empieza a serlo porque cuida los pequeños detalles (por ejemplo pasear a un perro por el Paseo Sagasta) y se sabe la lista de los joteros ilustres: Asso, Navarro, Miguel Fleta, José Oto, Pascuala Perié, Felisa Galé, Begoña García, José Iranzo, Gracia, Aguerri... No sólo la lista, sino cada uno de sus cantes.
Mientras escribo esto, casi a las dos de la mañana, estoy esperando la llegada de Pepe Cerdá. ¿Qué hará el señor de la noche y de las tabernas, el mejor narrador oral del mundo, cruzando el Maestrazgo en su camioneta Volkswagen bajo una voluptuosa luna de pan, bajo un resplandor que peina la cresta de los montes y perfila sus sombras?
Llega Pepe con noticias frescas: lo ha parado la policía, "han visto que era un señor encantador, me han dado conversación y me han dejado seguir", ha visto cuatro zorros ("tres vivos y uno muerto") y un jabalí. Pepe ,como todo el mundo sabe, miente todo el rato. Me pide que apostille: "El único modo de hacer creíble la verdad es mintiendo". Buenas noches.
11 comentarios
David Esteban -
aaaaaaa -
juana la bertraneja -
Anónimo -
juana la bertraneja -
Anónimo -
Miguel Mena -
Y tú, Antón, eres el más guapín.
Javier Burbano -
Pepe Melero -
Anónimo -
Con tus precisas indicaciones, he llegado a casa en un periquete. He estado muy bien con vosotros, pero tenía que volver porque enseguida se hace otra vez mañana.
Cómo me ha gustado conocer a Pepe Cerdá...
Un abrazo,
v.
Javier -
Está fuera de toda duda su erudición pero, por favor señor Melero, estos desvaríos "culturales" van a terminar por minar su reputación. Ande, ande. Usted quédese leyendo concienzudamente el Libro de la Jota de don Demetrio y deje para el vulgo eso de regocijarse con las canciones populares.
Suyo afectísimo