LA MIRADA "INDIE" DE MIRANDA JULY
En los Renoir, en versión original en inglés, puede verse “Yo, tú y todos los demás”, una película “indie” de Miranda July (Cámara de Oro en el Festival de Cannes, premio especial del jurado en Sundance y del público en el Festival de los Angeles), donde esta mujer de estudiada languidez, de desmadejada modernidad hace de todo: es la guionista, la directora y la actriz principal. Y lo hace bastante bien, aunque se ha quedado un poco corta con el final y con algunos desarrollos, que exigían algo más de atrevimiento y mejores ideas. Narra la relación de una joven, que transporta ancianos en un taxi, con un dependiente (John Hawkes; pensé todo el rato en el parecido con Fernando Tejero, pensé también en Billy Bob Thornton en ocasiones) de una zapatería que acaba de separarse y tiene dos hijos, el más pequeño fascinante, aficionados ambos a los chats subidos de tono. A Peter y Robby les dan dan vida MilesThompson y Brandon Ratcliff.
Además de luchar por sobrevivir así, ella, Christine, también es artista multimedia, y hace vídeos más o menos conceptuales. Él, Richard, tiene un compañero, fracasado en su vida de pareja y un poco procaz, que es capaz de proponer un juego sexual a un par de chicas; ellas, antes de dar el paso definitivo hacia esa mole de vicio, se atreverán a probarlo, al principio, con el hijo mayor del zapatero, en una escena bastante cómica. También se narra una historia de amor entre una pareja madura, y aparece una vecina con una hija bastante atrevida, y una galerista de arte famosa y su ayudante. Y está la ex mujer del dependiente… Con todo ello, Miranda July (Vermons, EE. UU. 1974) va creando peripecias que se interfieren y que provocan, en muchos momentos, bastante gracia. Como sucede con los diálogos por el chat de los dos hermanos, en particular el pequeño, que está extraordinario: parece un niño nihilista. Es una película sencilla, con encanto, bien interpretada, fresca, aunque algo pálida en el contraste con la realidad, perezosa en su final. O cuando menos no tan valiente como desarrollos anteriores. Puro cine independiente, lleno de sutilezas, de detalles (como toda la construcción que se hace en torno a esos zapatos rosas), de buen gusto, aunque tal vez le pierda un poco una inclinación hacia la psicodelia o la poesía psicodélica.
1 comentario
Ester -
Quizá tenga un poco de razón en eso de Poesía psicodélica. ¿Qué quiere decir?
Feliz Navidad.
La foto, por cierto, en muy bella. Gracias.