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Antón Castro

DONNA LEON, VENECIA Y LA NOVELA POLICIACA

DONNA LEON, VENECIA Y LA NOVELA POLICIACA

Sólo estuve una vez en Venecia. Lo recuerdo casi como hoy. Fue una experiencia irrepetible; desde entonces tengo siempre a mano colecciones de fotos de Venecia, un reportaje sobre Ezra Pound en la ciudad de los canales y Campo  Stefano, varios libros sobre los palacios asomados al Gran Canal, un diccionario del amante de Venecia, y “En busca del barón Corvo” (Libros del Asteroide; existía una edición anterior de Siruela) de A.J.A. Symons, un libro que tengo muy en cuenta en la confección de un reportaje sobre un personaje italiano en la Zaragoza de los 40 y 50: una de las mejores biografía literarias que se han escrito jamás. Quizá por ello, por mi pasión por Venecia, donde hice también un pequeño diario de 1990 con fotos en blanco y negro, capté una góndola que se llevaba el féretro al cementerio, le tengo un cariño muy especial a Donna Leon. Me gustan mucho algunos de sus libros (“Pruebas falsas”, “Muerte en La Fenice”, “Un mar de problemas”, acaso mi favorito porque investiga un asunto de pesca) del inspector Brunetti, su historia de amor más bien apacible con Paola, profesora y formidable cocinera, el encanto de su hija Chiara. Donna Leon define la relación familia de Brunetti así: “Para Brunetti, la familia es como aire fresco, un lugar seguro, un útero en el que se siente tranquilo y feliz. Cuando cruza el umbral de su casa entra en otro mundo. A mí, como escritora, esta familia me es útil”. Y recuerda, ya de paso, que su gran pasión es la música.

Vuelvo a casa, tras cenar en casa de mis suegros (Pepe Melero me había puesto los dientes muy largos porque me llamó desde una sobrecena con los Pisón y los Conget) y cae en mis manos este libro: “Primer Encuentro Europeo de Novela Negra. Homenaje a Manuel Vázquez Montalbán” (Planeta), en el cual se analizan diversas cuestiones sobre el género. Ricard Ruiz Garzón entrevistó a Donna Leon, y leo alguna cosas que quiero anotar aquí, al fin y al cabo las leí hacia las cuatro de la mañana, resguardado de la lluvia, mientras Noa se adueñaba de la explanada sin darse cuenta de que estábamos ya en el primer día del año.

 Anoto dos reflexiones sobre la novela negra:

-“La literatura criminal necesita de una sociedad corrupta. Basta con leer a Chandler, Hammett, Ross MacDonald… Si no tienes este tipo de sociedad, debes crearla; el policial es el tipo de libro que exige una serie de clichés de género. Y yo no soy Jane Austen ni Henry James”.

-Alguien del público le pregunta “qué opina de Pepe Carvalho y de la novela policiaca del sur o mediterránea?”. Y contesta Donna Leon: “Para alguien cuya lengua materna es el inglés –puesto que yo leo siempre en inglés y acaso en italiano- es difícil encontrar todos los libros que quisiera leer. Para mí, entre los mediterráneos, el mejor es Leonardo Sciascia: lo entiende y lo escribe todo. Montalbán me gusta por su comicidad; es un autor que ve y narra el mundo sin falsas polémicas, explicando la marcha de las cosas. En inglés leo a los nórdicos, como Hanning Mankell, a quien admiro por sus historias y por el tipo de sociedad que describe (aunque debo confesar que su personaje, Wallander, me resulta antipático). Y también leo a autores ingleses, como Ruth Rendell.

 

 Y leo esta opinión sobre el mundo y sus desafueros:

-“Yo soy una ecologista pesimista. (…) El problema no es que existan musulmanes fanáticos, seres malignos que violan a nuestras hijas y mujeres. Creo que el gran enemigo de la humanidad, en estos momentos, es el capitalismo fanático. Toda América enloqueció por esos tres mil muertos de las Torres Gemelas. Lo siento, eran inocentes. Pero ni siquiera se molestaron en contar a los muertos de Bhopal, que fueron quince mil. Las víctimas de las Torres Gemelas y sus familiares recibieron millones de dólares; en Bhopal, no recibieron nada. No quiero justificar lo que pasó, pero no fue el fin del mundo”.

 

4 comentarios

novela policiaca -

No quiero parecer demasiado condescendiente pero me ha encantado el blog. Enhorabuena.

Hammett -

...En una ciudad tan populosa y cosmopolita como Barcelona en cualquier lugar hay broncas, en cualquier momento se comenten asaltos o te topas con borrachos al volante. Y la noche es otro país con otro idioma, donde predomina la palabra gruesa, el gesto seco y donde campan a sus anchas los pirados que se dedican a incendiar coches y contenedores para divertirse. A esas horas el peligro y la violencia aumentan exponencialmente, sobre todo en el centro. Por algo Las Ramblas se encuentra en el ranking de las diez calles más peligrosas del mundo...
...Otra cosa era el resto de la Plaza y sus aledaños, donde se movía otro tipo de ambiente. Un batiburrillo de gente de la más baja extracción se daba cita también allí. Los bancos públicos y los suelos estaban ocupados por una variopinta hueste antisocial: gente sin patria ni techo, pedigüeños, camellos, borrachos, drogadictos, liendrosos, feos y los más guarros de Barcelona y otras ciudades europeas se congregaban cada noche entorno al sembrado de terrazas más caras de la Barcelona cosmopolita; una milicia que había renunciado al amansamiento impuesto por el sistema y había asumido el extremismo social como forma de vida...
Extractado de SIEMPRE QUISE BAILAR COMO EL NEGRO DE BONEY M.

http://minovelanegra.blogspot.com/

Frida -

Hola Antón
He llegado a tu blog siguiendo el rastro de un bloggero que escribía hace tiempo en el mío. Me gustaría hacerte una pregunta, ¿podrías ponerte en contacto conmigo a través del correo que te dejo?
Gracias y un saludo.

Francisco Ortiz -

¿Cuándo llegará alguno de los nuevos a estar a la altura de Ross Macdonald?