EDUARDO PAZ. UNA ENTREVISTA
Eduardo Paz (Alcorisa, Teruel, 193) es profesor de música e intérprete. Formó La Bullonera con Javier Maestre y estudió canto con Pilar Andrés. Ha publicado un disco de música folk del mundo, “Nomadeo”, y recientemente apareció “Caminí”, de música judía sefardita. Ahora, prepara un nuevo trabajo sobre música judía askenazi.
El otro día, José Antonio Labordeta me dijo: “Eduardo Paz canta cada vez mejor”.
Creo que es cierto. Me agoto mucho menos que antes y percibo que tengo más recursos tanto antes, como durante y después del concierto. He ganado una cuarta de voz…
-¿Qué quiere decir con eso?
-Que tengo un cuarto más de voz, que llego a niveles que antes no lo hacía, que mi tesitura ha aumentado.
-¿Qué le debe esa certeza a sus estudios con Pilar Andrés?
-Ella fue decisiva. Me ayudó a conocer mi voz. Mi época con La Bullonera, sobre todo al final, la voz para mí era una tirana: hacía lo que quería. Pilar Andrés me ayudó a controlar todo eso. Me enseñó mis puntos flacos y mis puntos débiles.
-¿Cuáles eran los flacos?
-Por ejemplo, pronunciar la letra i. Siempre me ha llevado de cabeza. Alfredo Krauss me dijo una vez: “Aprende a pronunciar la i y tus conciertos serán mucho mejores”. Eso me lo decía todos los días Pilar, y yo, como profesor de la Escuela de Música, se lo digo todos los días a mis alumnos.
-¿Y los puntos fuertes?
-El color de la voz. Creo que tengo una voz que puede ser amable y muy agresiva a la vez cuando me da la gana. A través de la voz se puede conocer a la gente, es un instrumento hipersensible. Conozco alumnos que preferirían desnudarse en público antes que cantar. Cantar es desnudarse.
-Intentó usted ser tenor.
-Y además fue un intento en serio. Hice cursillos, estuve en Zurich, en Utrech, pensé en dedicarme a la ópera, pero lo dejé porque me faltaba pasión por esa historia. Me gustaban otras músicas. La ópera es como un sacerdocio, unidireccional, exige dedicación absoluta.
-Y de ahí dio el salto hacia un proyecto de canciones folclóricas del mundo.
Fue una bonita experiencia, la grabé en el auditorio, pero poco después cuando iba a iniciar los conciertos tuve una hernia discal, y luego otra. Estuve dos años por lo menos baldado. Tardé un tiempo en volver, ingresé como profesor en la Escuela de Música y Danza, que exige mucho tiempo y mucha energía. Dar clases es un trabajo muy serio.
-Reapareció con un gran interés por la música judía.
-Siempre he tenido ese interés. Siempre he ido acumulando canciones, sonidos, proyectos. Tanto de la tradición sefardí, los judíos españoles que partieron al éxodo, como de la askenazi, los judíos oriundos de Rusia y Europa central. Por ejemplo, soy un gran lector de Isaac Bashives Singer, yo creo que su libro “Amor y exilio” es tan importante y maravilloso como “Libro del desasosiego” de Pessoa o “Poesía y verdad” de Goethe. El mundo judío siempre me ha interesado: llevo años ideando sonidos, trabajando canciones e ideas. La música festiva judía es la más triste del mundo.
-Esa pasión suya ha desembocado en “Caminí”…
-Quiere decir “Caminé”, y habla de la tristeza, del éxodo, de la desolación de abandonar el lugar en que has nacido. Es un proyecto sin fecha de caducidad: ni es música folclórica ni antigua, no es fusión ni mestizaje, cosas que detesto tanto. Y ahora estoy trabajando en un nuevo disco para el que ya ha elegido catorce temas del otro judaísmo, el askenazi, algunos tan bellos y envolventes como una nana. Algunas canciones las cantaré directamente en yídish. La música es deudora de la palabra en las canciones.
-Por otra parte, ha recuperado La Bullonera.
-Hubo un rebrote de la canción de autor o de protesta con el trasvase. Me doy cuenta de que disfruto bastante y al ver la reacción tan positiva de la gente me siento muy gratificado. Con el primer disco de La Bullonera vendimos 110.000 discos, que casi no los vende ahora Amaral. Pero no tengo planes a lo largo plazo: disfruto del momento. A mí la canción protesta no me interesa mucho: creo que la música lo único que puede transmitir son emociones, no ideas, porque eso sería volver a una época oscura.
-Por cierto, ¿está usted a favor del proyecto de la SGAE para el Fleta o en contra?
-Creo que hay que hacer algo, y ahí ya sabemos que no se puede hacer un teatro de ópera. Por el momento, me da la impresión, el proyecto de la SGAE es el único que hay.
-¿Qué echa en falta en la música?
-Sobre todo nos faltan programas específicos de música, tanto en las televisiones nacionales como en la autonómica.
8 comentarios
Miguel del Barrio -
Juan Reyes Aguado -
Carlos -
Me gustaría que volviera tu voz a como sonaba antes, puede que este metiendo la pata no se, no lo tomes como una critica solo como un admirador de tu voz.
Ademas de todo esto, por supuesto que me gustaría conocerte. Un saludo.
Angela -
Cuando oi a la Bullonera por 1ª vez reconoci su voz, esa voz recia como nuestra tierra.
Ójala el destino vuelva a darme la oportunidad de tomar un cafecico con él.
GENIAL EDUARDO !!!
xenia -
Mariano -
Vanesa -
Fernando Sarria -
y que le vaya bien a Eduardo...ya ves Antón que desde la playa de Cambrils ( que ya sé que no conoces) sigo tus escritos...por cierto las chicas muy bien pero y españolas no las hay?.Saludos afectuosos.