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Antón Castro

SIEMPRE HAY UN PERRO AL ACECHO

SIEMPRE HAY UN PERRO AL ACECHO

En estos días de lluvia londinense, el cielo parece llorar a espasmos sobre el nogal, los albérchigos y la higuera. Las perras del jardín andan atropelladas: la más grande, una impura mastina del Pirineo llamada Noa, está en celo. La boxer Zara, de pocos meses, vive ansiosa: quiere escabullirse del frío y busca alguien que quiera jugar con ella un instante, que le deje morder el pantalón, o lo que sea. Cuando cae la noche, hacia las diez, las dejamos dormir a recaudo. La grande se tiende sobre una alfombra de Colombia y la otra se abandona en el baño, en una caja con cojines. A veces, ladran de noche, cuando presienten pasos, cuando oyen perros a lo lejos o el  bufido de los aviones insomnes. A las ocho de la mañana ya están, de nuevo, en el jardín. Y ahí empieza su auténtico festín o su calvario. La perra grande se acerca al portal y ofrece obscenamente su trasero a un par de perros que hacen guardia como centinelas. Uno es pequeño, como Fred Basset, y apenas llega a alzar sus puntiagudas orejas y su largo cuello; el otro es un perro lobo sin destino y acaso sin dueño que espera su momento. Mientras, se resigna y lame: alza el hocico, lo mete entre los barrotes y busca su tesoro de lascivia. Y así ya llevan varios días. Tal vez una semana. Ambos están al acecho, como quien aguarda el gesto definitivo de un dueño que por un instante se distrae y deja el portal entreabierto. Su enamorada, tranquila, acepta el cortejo. Y lo anhela. La niebla empaña la escena y la vuelve misteriosa, casi irreal, de pesadilla. ¿Qué dirá José Antonio Marina de esta animal y paciente forma del deseo?

*La  foto es de Elliott Erwitt, uno de los más grandes fotógrafos de todos los tiempos. Realizó una serie casi inacabable de más de un millar de instantáneas de perros.

2 comentarios

Blanca -

Me gusta mucho la foto. Ha captado de maravilla el instante. Preciosa y muy entrañable.

Entrenómadas -

Miraría en un libro, no encontraría nada que decir pero improvisaría alguna cosa.
Precioso lo que cuentas. Ada, mi perra, es todo misterio. Tengo que subirla al blog, tengo que subir una foto suya.
Y tienes razón Elliot Erwitt es de los grandes.

AUGURI