SIETE POEMAS DE ADIÓS AL 2008: FERNANDO SARRÍA
[Le pido a Fernando Sarría, que siempre me manda fotos, que me envíe un par de poemas para despedir el año, y me manda estos siete, escritos ayer, tras salir de un período de crisis, de música constante y de navegaciones y regresos por internet y los bellos e insondables laberintos del amor. Fernando es aún poeta inédito en libro, pero el 2008 le traerá como regalo decisivo la publicación de su primer poemario. No es un farol ni un vaticinio: es una noticia real.]
1
Si he de ser sincero,
ya no cabe nada en estas horas
cuando la tarde se replantea morir.
Todo lo que arraiga es vanidad,
y así el embozo que me cubre
se convierte en piel,
a la que me he acostumbrado
y ahora ya no distingo su disfraz.
2
De todos los sabores de tu cuerpo,
sin dudarlo, prefiero el de tu boca.
En ella se eterniza el naufragio,l
a diáspora de tu deseo en vela.
3
Me aniquila la saciedad de tus silencios,
en su óxido cruje el barco
y una niebla de olvido
me traspasa hasta dolerme los huesos.
4
Ahora que tú no estás,
¿cuántos años hace que te fuiste?
Recordarte es un ejercicio de memoria
para rellenar las hojas del calendario,
ese juego que me invento
para no tener que hacer sudokus.
5
No apago la lámpara,
la noche cabalga
en un impreciso margen de sombras y emociones.
Desvestirte. Desnudarte. Saborearte.
Salivar los contornos de tus pechos,
de tus muslos, tu sexo.
Devorarte la boca.
Morder tu nuca y tus lóbulos
y hundirnos en el surco del deseo,
como si la cama fuera ahora un barco
y nosotros todavía tuviéramos mucho tiempo
para salvar el naufragio.
6
Rémora de mis pasos,
un eco del otoño sacrílego,
donde el color del vino tiñe las palabras
con el desdén del tiempo.
7
Somos fugitivos de la desolación.
Ahora, en este acantilado de oboes y marchitas caricias,
me enfrento al insondable devenir de las cosas
y al huracán que me destrona de todos los sumarios.
De mis piedras, una a una numerada,
reconstruyo una sencilla casa,
una habitación pintada en azul,
una chimenea encendida con troncos de viejo olivo,
coloco la lámpara amarilla,
enarbolo la noche como si fuera
un farol despierto por el viento,
y con las sábanas limpias,
en la simple cama de siempre,
una vez más, te espero.
*Encuentro esta foto de bailarinas del Folies Bergere y la cuelgo aquí. Se ajusta muy bien al mundo erótico de Fernando, poeta de la voluptuosidad y del amor, sobre todo. Podría haber sido una de las fotos inolvidables...
4 comentarios
Jesús Soria -
Innisfree -
¡Enhorabuena, Fernando! ¡¡Feliz Año Nuevo... y Feliz Libro!!
Que ya tenemos ganas de verte en las librerías.
Por cierto, la estrofa nº 5 me parecía muy apropiada para la noche de ayer,... con tanguita roja, claro.
Besos y abrazos,
Chesús
Javier -
Y anunciado por Antón se revaloriza antes de publicarse.
Abrazos
Entrenómadas -
Todos son bellísimos y espero poder leerlos en papel, en libro. Yo también estoy segura de ello.
AUGURI