UN PIROPO PARA DORITA
Ayer estuve en Barbastro y Huesca, donde Borradores recibió un premio junto a Daniel Sahún y Julio Álvarez . Fernando Alvira hizo de anfitrión de un paseo por el Tubo que terminó en la librería Anónima, tras avanzar por la calle Silvio Kosti y tras visitar las exposiciones de José Niebla, la de Alberto Carrero Blecua (impresionante, rotunda, hecha de intensidad y de fuerza) y la de Pepe Cerdá, una colección de acuarelas estupendas, para mí la mejor que ha hecho Pepe en mucho tiempo. Hay piezas estupendas, emotivas, llenas de color y fuerza: en una rinde homenaje a Hopper, en otra a David Hockney, en otra a Monet y Van Gogh de un golpe, en otras dos o tres a la pintura japonesa, y siempre es Cerdá... María Jesús Buil, propietaria de La Carbonería, es consciente de la gran exposición de Pepe...
En Barbastro, fui a ver con mi amigo Alfredo a la madre, Josefina, y a los familiares de Mariano Gistaín. Vi el gran retrato del salón de don Mariano, el sastre, y Marisé, su hija, recordó uno de los últimos piropos de aquel inolvidable galanteador de la plaza del Mercado.
Le dijo a una conocida:
-Dorita, llevas un peinado que me recuerda a Veronica Lake.
(Don Mariano lo pronunció así: Veronica laque, y la señora Dorita, que en realidad se llamaba Adoración, se sintió la mujer más feliz de la tierra. ¡Aquel sí que era un piropo!).
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Blanca -