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Antón Castro

LAS VOCES DE LA RADIO

LAS VOCES DE LA RADIO

No soy viajante de comercio ni representante de calzado, pero me paso muchas horas en el coche. A veces, cuando regreso a casa, estoy tan enganchado a la radio que continuó conduciendo por senderos y caminos junto al Canal Imperial de Aragón. Arriba, el cielo se esclarece de estrellas. La radio me ayuda a entender el mundo, a emocionarme, a soñar, a fantasear con las voces, a sonreír. Siempre digo que cuando mejor paladeo un álbum de música es cuando lo oigo en el coche. Ahí, no hay nada que me distraiga: me centro en la calzada y en la melodía. De viaje de aquí para allá, hacia Malpica, Alcorisa o Huesca, me entero mejor de lo que pasa en el mundo. La radio anuncia que Rodríguez Zapatero va a devolver 400 euros al contribuyente (lo cual me invita a pensar que si nos pueden devolver ese dinero Hacienda o quien sea nos está tomando el pelo), que los obispos solicitan con su sinuosa e hipócrita manera el voto para Rajoy, que ni Esperanza Aguirre (que dice ahora Diego donde dijo Digo) ni el señor Lamela, o su recambio, tienen que pedir disculpas a Luis Montes ni a nadie, que Emilio Gutiérrez-Caba se entera de que a su hermana Julia le van a entregar un Fotogramas mientras él espera con incertidumbre un Goya. La radio me hace reír con varios jóvenes no minusválidos, sino “diferentes”, tal como dice Juanjo Hernández en Estudio de Guardia, que se han enamorado durante su convivencia en la Fundación Ardid, y hay un novio que le regala a su amada colonia y un jabonero. Risas: ternura de risas en estrépito en el estudio. O que el nuevo campo del Real Zaragoza se trasladará a San José, a pesar del enojo del ex concejal Gaspar, que ha vuelto a quedarse en ardiente y malhumorada soledad. Oigo las nuevas canciones de Pedro Guerra, y la voz entrecortada del padre de Carlos Llamas que recuerda el compromiso con la información y la democracia de su hijo. Siempre me pregunto: “¿Qué haría sin la radio?” Las noticias te llegan de otro modo: van directas al lugar donde tiembla la emoción y el conocimiento.

*La foto es de Michael McCabe. 

1 comentario

Luisa -

OH, qué bien. Comparto esta fascinación por la radio, desde siempre. También la ogio en el coche: últimamente he vuelto a engacharme bastante a RAdio 3, que alterno con la SER, o con RAdio 2 cuando necesito un poco de distancia con las cosas. Pero también la oigo mucho en casa, donde en cada habitación hay un receptor.
Cuida con los caminos del Canal, suele conducir a sitios insospechados.
Un beso grande.