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Antón Castro

EL SIGLO DE JOSÉ LUIS GONZÁLEZ BERNAL

EL SIGLO DE JOSÉ LUIS GONZÁLEZ BERNAL

No es fácil hallar un pintor aragonés contemporáneo que haya recibido tantos elogios como José Luis González Bernal (Zaragoza, 30.03.1908-París, 18.11.1939). Fue amigo del poeta y dramaturgo Jules Supervielle, para el que diseñó la escenografía de su obra teatral “Bolívar”. Suscitó el inmenso cariño de Henri Michaux, que lo invitaba a su casa a oír los discos que había traído de Asia y diría de él, tras su muerte: “Ya ha existido el siglo de Velázquez, el siglo XX será el de Bernal”. Frecuentó a la diseñadora Coco Chanel, al poeta rumano Claude Sernet, al círculo parisino de grandes artistas surrealistas. Debilitado por la enfermedad, contó con un gran amigo como el doctor Julián Vizcaíno (Orense, 1899-Zaragoza, 1983), que lo cuidaría una y otra vez de sus continuas hemoptisis (vómitos de sangre debidos a una caverna pulmonar) y que le ayudaría a montar la exposición del Pilar de 1930 en el Rincón de Goya. Aquel doctor no solo le tomó las fotos, sino que, a través de su hija Annette, acabaría legando más de 300 obras a las Cortes de Aragón, institución que le organizó una gran exposición, con un espléndido catálogo, en el Instituto Cervantes de París: “González Bernal (1908-1939). Un solitario de la vanguardia española”. 

González Bernal nació en Zaragoza en 1908 y estudió el Bachillerato en los Escolapios; más tarde se matriculó en la Escuela Industrial de Artes y Oficios, tras suspender el examen de ingreso en Medicina. Fue aprendiz de joyería y de ferretería y acudió a la Academia de Abel Bueno. Manuel Pérez—Lizano, uno de los primeros en interesarse por su compleja biografía, dice que era tímido, un tanto apático, y a la vez apasionado y algo cleptómano; le interesaban los pequeños objetos de cafetería. Hacia 1931, cuando había expuesto en distintas colectivas, una importante individual en el Rincón de Goya y otra con su amigo Manuel Corrales, en el Casino Mercantil, dijo: "Toda mi vida he intentado hallarme en el círculo para que todo el mundo gire a mi alrededor".          

En 1929, con el importe de uno de los primeros cuadros vendidos, se trasladó a París, donde compartiría estudio con Corrales dos años después. Con éste parecía mantener una pugna llevadera por una novia: Manuela Montes. Iba una y otra vez a París, y volvía a Zaragoza para encontrarse con sus amigos: los anarquistas Gil Bel y Ramón Acín, Javier Ciria, Tomás Seral y Casas (a quien le hizo un dibujo y le diseñó la portada de uno de sus libros), Díaz--Caneja, Martín Durbán, Federico Comps. Nunca se olvidaba de su ciudad, que no siempre celebraba su inspiración: sus carteles para las Fiestas del Pilar jamás fueron premiados y su exposición en el Rincón de Goya, en octubre de 1930, sembró la perplejidad. González Bernal sabía defenderse: “El artista debe crear su mundo propio e independiente, paralelamente a la Naturaleza, pero independiente de ella". A Fernando Castán Palomar le confesó: "He pasado tres días y tres noches sin comer ni dormir; no tenía casa; vivía en la calle; me lavaba la ropa en una fuente pública; me refugiaba, para conciliar el sueño, en las iglesias que tienen calefacción o en los coches del Metropolitano". Lo cual no le impedía decir, a propósito de Zaragoza: "Soy extranjero en mi tierra, paso incomprendido por ella y torno a París".         

Para entonces, quemaba estéticas con vehemencia: había pasado por una pintura figurativa de motivos clásicos y un tratamiento original, había asimilado el expresionismo de Tanguy y coincidía con lienzos de Dalí. Asimiló el surrealismo de manera rápida (se dice que fue corrector tipográfico de Minotaure) y ya no lo iba a dejar, alternando siempre el óleo, con la acuarela y sus formidables dibujos, algunos tan conocidos como el de Federico Comps, datado en 1935, el de Seral y Casas, el del propio doctor Vizcaíno o sus autorretratos. Sus paisajes con figuras están transidos de magia y enigma, de sexualidad y cromatismo. En su producción, corta en el tiempo pero abundante en técnicas y estilos y calidad más que en cantidad, se percibe una vertiginosa evolución de tendencias y estéticas: es visible la huella, o la afinidad, con Joan Miró y Dalí, Yves Tanguy, Max Ernst, Giorgio de Chirico y, por supuesto, el surrealismo de René Magritte. Ahí están cuadros como “Figuras” (1930), “La piedra filosofal” (1934), “Paisaje con cardo” (1934-38) o “Pierre Dupré” (1936), entre otros. Una nota en una revista acertó de pleno: “La obra de Bernal es una y múltiple. Es una fuerza magnífica que no pide sino expandirse”.  

Cuando estalló la Guerra Civil (su hermano Francisco fue ejecutado por los nacionales), Arturo Soria le pidió que se integrase en el Servicio de Información, luego Ministerio de Propaganda, y trabajó allí en colaboración con aragoneses como Luis Buñuel, José Ignacio Mantecón y Rafael Sánchez Ventura. Se agravó su enfermedad, el doctor Vizcaíno le paralizó un neumotórax artificial que funcionaba incorrectamente, y poco después murió en París. Atrás dejaba una gran vitalidad creativa y humana, era un gran seductor (Manuela Montes, Ivonne Sée, Mira Fiuberg y tal vez Rafaela García de la Barga fueron algunas de sus novias), y una imborrable estela de talento, inspiración y pasión por el arte. En noviembre de 1939, le dijeron al médico: “Acabamos de venir de enterrar a González Bernal en la Malmaison”. Poco después, Jules Supervielle escribiría: “Y tú te mueres a los 30 años, con tu paleta aún fresca en la mano, // Tú que tenías los ojos ardientes de aquél que por largo tiempo ha hecho callar a su enfermedad // Hasta el día en que el incendio brotó por todas tus ventanas // Y tu tejado de hombre joven quedó derribado.” 

*Este artículo apareció el lunes en Heraldo de Aragón. En estupendo y voluminoso catálogo escriben Juan Manuel Bonet, José-Carlos Mainer, Lucía García de Carpi, Jaume Vidal, Manuel García Guatas y Manuel Pérez-Lizano y Alfredo Romero, que evocan la amistad con Julián Vizcaíno y fijan su biografía. Esta obra "¿Cabeza de bestia?" (1930) pertenece al legado del pintor cedido a las Cortes de Aragón por Ana Vizcaíno. 

2 comentarios

Mariano Pintado -

Estimado Sr Castro
En su articulo sobre Gonzalez Bernal cita usted "...sus formidables dibujos, algunos tan conocidos como el de Federico Comps, datado en 1935."
Donde podría ver ese famoso retrato de Federico Comps?
Le agradezco su atención y seguiremos en contacto estoy realizando una investigación sobre este autor.

pepe montero -

El día 9 estaré en el Hotel Intercontinental de Madrid en la rueda de prensa con motivo de la presentación de la novela, PÓLVORA NEGRA, DE Montero Glez (reciente premio Azorín). Me gustaría comentarte algo acerca de esto. Si me envias tu email a mi correo podré hacerlo. Un abrazo.
pepemontero13@hotmail.com