UN POEMA DE PEPE MONTERO: NADA
Nada
Últimamente, mis nadas se alían contra mí
y se organizan para desfilar por el centro
de mis ojos, mostrando con orgullo sus vacíos.
Nada,
no consigo recibir ninguna radiación
electromagnética, original.
Me escucho y me leo sin ningún tipo de mala leche
y hasta procuro poner cierto candor
en el balancín de mis atenciones.
Uso un microscopio lento y evangélico
que perteneció a Kierkegaard,
según me dijo el gitano del rastro de La Plaza de Toros.
-¡Me maten si no, payo, que fue del kigar, ese!
para intentar joder a Octavio Paz y echar por tierra
su parida : "La poesía no es un desperdicio del intelecto"
pero..., ¡silencio!, parece que veo algo.
Esa diminuta mancha...
¿será una partícula de éxtasis amoroso?,
¿una gota de amargura?,
¿un filo para cortar el tiempo?,
¿el tamaño de mi talento?,
What will be?,
Nada, sólo una procesión de nadas.
Pepe Montero me envía este poema, un tanto desesperanzado. Estos días se marcha a Madrid a conversar con su amigo Montero Glez. Frente a la nada, ilustro su último poema con el todo: una conversación entre dos enamorados con una bicicleta por testigo. La foto es de Doisneau.
3 comentarios
CHASKA -
Fernando -
Sonia -
Un abrazo.