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Antón Castro

PASIÓN DE MAJNUN Y LAILÂ. POR VICENTE PASCUAL

PASIÓN DE MAJNUN Y LAILÂ. POR VICENTE PASCUAL

[Voy a cerrar la espita de este blog por hoy, pero quisiera hacerlo con un texto que me ha conmovido, casi tanto como los poemas: este cuento, esta parábola, esta bella historia de amor que es el prólogo que Vicente Pascual Rodrigo le ha puesto a su espléndido libro: a la Vida, a la Muerte y a mi Bienamada (Olifante, Papeles de Trasmoz), que se presenta en breve con la presencia del poeta y pintor y de Ángel Guinda.]

 

Prólogo por Vicente Pascual Rodrigo



Hay dos episodios de una leyenda que han venido una y otra vez a mi espíritu durante el tiempo en el que he concebido estas cancionejas. La leyenda proviene de la antigua Arabia: Laylâ y Majnun, una bellísima historia de amor, aunque dicen que fueron los poetas persas quienes con más fama la cantaron, y que es la narración de Nizâmi la mejor conocida. Creo que estos episodios dicen más que lo que yo podría decir sobre lo que aquí imito.


* * *


Para mejor entender el sentido de la leyenda hay que advertir que Majnun –cuyo nombre podríamos traducir como "loco"– concibió desde su infancia un amor desmesurado por Laylâ –cuyo nombre podríamos traducir como "noche"– un amor tan desmedido que su cordura se derritió en Amor.
  Pasó el tiempo, y pese a que el senti-miento de Majnun era correspondido, la familia de la bella Laylâ no aceptó la petición que el padre del enamorado hizo de la ma-no de su hija. Consideraba que la evidente locura del joven había destruido la reputación de su bienamada, ya que pregonaba sin descanso, aquí y allí, su amor por ella. Buscando la salud de su hijo, la familia de nuestro loco viajó con él a Meca, para pedir en tan santo lugar que retornara el sano juicio a tan lastimosa criatura. Allí Majnun se aferró al paño que cubre la Caaba y, suplicando, algo así dijo: No permitas Señor que me abandone locura, no permitas qué retorne a eso que llaman cordura.


  De regreso en su dulce patria Majnun abandonó todo, penetró en los más inhóspitos y oscuros bosques, y los animales salvajes se esforzaron en darle consuelo, en su mansedumbre.


* * *


Pero lo que, ahora, más me interesa compartir con el paciente lector, es lo que sigue: El tiempo pasó y Laylâ se consumía en el recuerdo de su amado. Tanto así fue, que su familia acordó con la de Majnun suscitar un encuentro entre ellos, los amantes.


  Sucedió en un claro del bosque, cuando la noche había dejado de serlo y el día aún no era. Avecinaron a Laylâ hacia aquel triste loco, tan amado. Se vieron, se reconocieron y corrieron ansiosos, el uno a los brazos del otro. Pero sólo unos pasos antes del encuentro, sólo unos pasos, ambos se detuvieron y, poco a poco, distanciaron sus cuerpos. ¿Cómo aquel loco iba a extasiarse recordando la profundidad de la Noche intangible, teniendo cerca tan hermoso reflejo? ¿Cómo Laylâ iba a recordar con pureza el modelo de su amado, teniendo consigo un modelado tan perfecto. Y es que ya sabían que la luz no deja ver la oscuridad misteriosa de la noche.


* * *


Pero menos mal, ya no hay duda que allí arriba se encuentran y se aman, en una muy pobre cabaña, embriagados, en el aroma de lo eterno.


 
Vicente Pascual, finales de 2007

*La foto es de Roger George Clark.

 

3 comentarios

Mauro -

La Cantante Siria Asala Nasri hizo una canción que se llama Ya Magnoon basada en esta historia, Saludos.

Mauro -

Hola, alguien sabe donde puedo conseguir dicho libro?

@dry -

que les puedo decir me estoy convirtiendo en majnun.. a mi tampoco me acepta la familia.. pero me armare de paciencia y esperare a mi amado..