ZARAGOZA: ADIÓS, CON LÁGRIMAS, A PRIMERA DIVISIÓN...
19.58. Domingo
Mallorca-Zaragoza 1-0. Gol de Güiza.
Acaba de terminar la primera parte del Mallorca-Zaragoza. En este instante, estamos en Segunda: Güiza, ayudado de un golpe de suerte, marcó el gol que campea en el marcador. El Real Zaragoza ha generado ocasiones, ha tenido momentos (sobre todo al final) de buen juego, ha provocado algunas ocasiones y estamos viendo al mejor y al más sacrificado Aimar de la temporada. Pero hay que anticiparse más, dominar el centro del campo, jugar con un pcoo más de afán y disparar: cada disparo bajo los tres palos es, hoy más que nunca, bajo la lluvia, una ocasión manifiesta de gol. Tal como están las cosas, en el descanso, hasta un empate le sería útil al Real Zaragoza, pero no valen las buenas intenciones. Hay que marcar hasta con el culo.
La desesperación de Manolo Villanova y su cabreo lo dicen todo. Se pregunta una y otra vez por qué ni siquiera se sabe lanzar bien las faltas en busca de una cabeza. En este instante, la desesperación es obvia, aunque también hay espacio para la esperanza: el equipo posee el balón, lo mantiene, se va hacia arriba y busca el gol. Pongamos la mano en el corazón para que no nos estalle…
Domingo, 21.10
Mallorca 3- Zaragoza 2
(Goleadores de la segunda mitad: Webó, Tuni, y Oliveira de nuevo)
Y al final no pudo ser, a pesar de que igualó Ricardo Oliveira tras una jugada bien hilvanada y un preciso centro de Gabi. Poco después, César tomó una decisión precipitada e intentó sacar el balón jugado: lo envió a los pies, poco habilidosos, de Sergio Fernández, y éste acabó perdiendo el balón en un segundo envite con Varela. Éste centró y Webó mandó el balón a la escuadra. El Real Zaragoza siguió peleando sin demasiadas ideas y sin mucha fuerza, todo hay que decirlo. Cuando empezaba a morir el partido, Óscar, en una jugada de ataque, tomó una decisión desdichada (o desdichado fue su pase), y le arrebataron un balón idóneo para el contragolpe. Marcó Tuni. Ahora, las lágrimas, la rabia y la tristeza se adueñaron de todos, de toda la afición –en Mallorca, en Zaragoza, en Aragón, en cualquier- que pensaba y voceaba, con un rictus de desolación, “el Zaragoza no se rinde”. Ricardo Oliveira volvió a marcar pero sólo faltaban 50 segundos. Y ya no hubo tiempo para más.
El Real Zaragoza había caído en Segunda, en el año en que celebró su 75 aniversario, en el año que Zaragoza y Aragón celebran la Expo y el bicentenario de Los Sitios, en el año en que tenía un equipo espléndido, en el año en que no se dio ni una a derechas, en el año en que tuvimos una defensa de frambuesa ( y un equipo global sin arrestos), en el año en que no nos servía D’Alessandro (ese tipo arisco y de mal genio que siempre quería el balón y que siempre quería ganar), en el año turbulento en que no se acertó con los entrenadores…
Ahora, llega lo más duro: asimilar este varapalo terrible, y organizar un equipo con sensatez, con visión de futuro, un equipo que devuelva al Real Zaragoza, y a su inmensa y abatida afición, a donde tienen que estar: en Primera Divisón, donde han conquistado sus nueve títulos oficiales.
*Foto de archivo de Diego Milito. Bien podría aplaudir a lo único que de veras se ha salvado este año del naufragio: la entereza de la afición, su esperanza en un equipo enfermo de tristeza y de indecisión...
1 comentario
bretemas -
Síntoo de veras. Sei do calvario que é a Segunda. O meu Celta non levanta cabeza, a pesar de que hoxe gañamos 5-2. Moito ánimo. Polo menos, a próxima tempada poderemos enfrontarnos e seguir xuntos a liga. Abrazos de Manolo Bragado