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Antón Castro

UN POETA A OSCURAS DESPIERTA: ANTONIO PÉREZ MORTE

UN POETA A OSCURAS DESPIERTA: ANTONIO PÉREZ MORTE

 

[Antonio Pérez Morte me hace llegar con el alba, y entre los dedos de la lluvia, este texto. Una de sus últimas reflexiones: la meditación de un hombre a oscuras que busca la luz entre los objetos cotidianos, entre los seres que ama. Antonio va y viene, pelea con una leve depresión que le ha hecho perder peso, pelea a puñadas y vence sin ira, remonta y escribe, ama a diario con su maleta de cosas verdaderamente esenciales: los otros, siempre los otros, la poesía, Ana y los niños, la naturaleza (es un coleccionista insomne de paisajes), la música y sus propios sueños que se enredan y germinan una y obra vez como las raíces de la higuera, como un árbol carnal que se lanza, filoso, a cielo abierto. Esto es lo que ha escrito Antonio Pérez Morte, nuestro embajador en el umbral del Pirineo, el peregrino sigiloso de las emociones, y lo coloco aquí con una letra verde oliva…]

Sólo por ver a Ana, dormida, relajada, después de tanta noche de fatiga y ahogo. Sólo por velar las pesadillas de mi niño-cantautor sobre una cama repleta de mascotas de peluche, sólo para adivinar los sueños guardados a cal y canto de Pablo, tras la puerta cerrada del desordenado cuarto de su madura adolescencia.

Sólo para releer la herencia intelectual de Odón de Buen junto a una replica de Mariano Benlliure. Sólo para vagar sigilosamente por la casa, meditando en calma, intentando controlar una tos que sólo es eso. Sólo para desayunar un vaso de leche de almendras bien caliente queriendo ver amanecer un día gris que se resiste a arrancar y que comienzas, como tantas veces, con la voz esperanzada de un hombre entrañable, infinitamente bueno al que recuerdas cada vez que pronuncias el nombre de tu hijo primogénito: Ese [Pablo] Guerrero barbudo, que viene contigo desde muy lejos y que te da la paz y el sosiego cuando la sientes lejos, muy lejos.

Sólo por eso merecía la pena estar despierto. Sólo para decirte ¡Buenos días! cuando la amistad, la curiosidad, o la dirección de un viento interior te traiga navegando hasta esta isla donde cada día te espero.

Sólo por eso...

 

*Esta foto de la mujer que duerme o sueña la firma V. Ivanovski.

1 comentario

Antonio -

¡Gracias Antón, amigo, recibe un abrazo filtrado por el antivirus!