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Antón Castro

CONTADOR, CRISTINA GRANDE, CRUZ Y OTRAS NOTAS

CONTADOR, CRISTINA GRANDE, CRUZ  Y OTRAS NOTAS

 

Ha sido un buen fin de semana y no lo ha sido. El sábado vinieron Daniel y Pippi Tetley, Aloma y David Barreiros, y nos hemos reído un poco, e incluso he visto una pequeña representación escolar de mi hija Sara, que hacía dos pequeños papeles en una obra sobre la suciedad del parque y el cuidado de los árboles. Diego trasnochó hasta las diez de la mañana el sábado y desayunamos juntos, mientras leíamos la prensa. Lo que más le interesaba a él, y en parte a mí también, era el sufrimiento de Alberto Contador. El viernes perdió tiempo y se quedó a cuatro segundos del arrogante y buen ciclista Ricardo Riccó; el sábado aguantó todas las tarascadas, incluida la del Mortirolo, y pareció sentenciar. Y hoy, como si fuera un minúsculo Indurain, el pequeño Alberto Contador ganó la maglia rosa definitiva. Es un tipo que cae bien, prudente, astuto: los corredores italianos, especialmente el insolente Riccó, han ido a por él, le han provocado una y otra vez, y jamás tuvo un mal gesto. Respondió con suavidad e inteligencia, y dijo una y otra vez que su adversario era un magnífico ciclista. Lo cual es verdad; parece de la estirpe de Marco Pantani.

Quizá por eso, porque Contador no es ufano y posee un sexto sentido en la carrera, me ha alegrado mucho su victoria. Es un buen ciclista: escala estupendamente, resiste los ataques, no se desmorona fácilmente cuando las cosas van mal, interpreta muy bien las escaramuzas de la carrera, y es un excelente contrarrelojista. Por todo ello, bajo o no tan bajo de preparación, se ha convertido en el segundo español que gana el Giro. Induráin lo ganó dos veces, Fuente estuvo en un tris de hacerlo y Paco Galdos también, pero no lo lograron. Contador sí y con una elegancia suprema, con un dominio absoluto de sus recursos.

ESPAÑA, APARTA DE MÍ ESA INDECISIÓN

Ayer jugó la Selección española. Es demasiado pronto para empezar con las conjeturas o con el pesimismo. Visto lo de ayer, este equipo no tiene madera de campeón. Defiende muy mal en el centro de la defensa (esa pareja Puyol / Marchena no cuadra), carece de tensión defensiva en la zona central del mediocampo (Xabi Alonso pareció ayer una tortuga sin ínfulas y sin auténtica determinación) y le faltan alas auténticas, si el sistema elegido es el de ayer. El delantero que está más en forma es Villa, vibrante, astuto, rápido, y con hambre de gol, pero ni Iniesta está cómodo ni tampoco Fernando Torres. Güiza parece encajar mejor con el sistema, aunque ayer pecó de ineficaz y de languidez en el remate. Otra impresión: este equipo es blando, bisoño, carece de energía, práctica un juego un tanto retórico, casi amanerado, falto de contundencia. ¿Qué le pasa a Cesc? ¿Padece él la maldición de tantos otros como Velásquez, Fran o Guti, entre ellos? El choque de anoche invita a pensar que el combinado de Luis no será el campeón…

Esta mañana, antes de comprar la prensa, leí varios libros: el nuevo de Juan Cruz, Muchas veces me pediste que te contara esos años, que ha publicado Alfaguara. Me ha parecido un libro algo más manierista que los anteriores, un libro que tiene algo de recuento y de confidencia, de diálogo con una mujer y con él mismo (casi con su doble: con el muchacho que fue y que recuerda) en torno a su pasión por el periodismo. En medio intercala anécdotas, viajes, encuentros con escritores, habla de palabras más o menos claves o simbólicas para él (me ha llamado la atención que el vocablo “gacela” haya significado tanto en su vida; cuando vine a Zaragoza en 1978 era mi palabra favorita, la que más usaba en mis cuadernos de joven poeta), y el volumen se cierra cuando viene a Madrid, en 1976, a incorporarse a El País. Juan Cruz habla de la semilla de sus libros (en especial de Crónica de la nada hecha pedazos), de sus amores, de sus compañeros de entonces, de la revelación de la literatura, de Albert Camus, de José Manuel Caballero Bonald. He tenido la sensación de que este libro se lo había leído antes, por aquí y por allá, disperso en otros fragmentos. Ahora ha querido hacer una pieza tensa y obsesiva sobre el tiempo. El tiempo metafísico. El tiempo climatológico. El tiempo inmenso de la memoria.

Todos los domingos compro cuatro o cinco periódicos. Cristina Grande –que vive un extraordinario momento de proyección popular y de éxito de lectores- es entrevistada en El Público.

Subrayo algunas frases que me gustan. Contesta así a la cuestión “¿Hubo cierto pudor al escribir aspectos que podrían ser cercanos”:

1.“No, no me dio ningún pudor, aunque a lo mejor es que soy impúdica. Con pudor no escribes nada. No vas a ninguna parte. La creación está reñida con el pudor. (…)

Y añade:

2. Es que la vida no la tenemos comprada. La vida es un ejercicio de equilibrio. Aunque no nos demos cuenta, la distancia que separa a la vida de la muerte es muy corta. (…)

3. Uno puede ser digno con todas sus miserias.

4. Las distancias cortas me van. Yo tiendo mucho a la destilación. Incluso cuando corrijo, en vez de alargar lo que hago es cortar. El escritor debe ser un poco cruel consigo mismo y no debe tener compasión. Claro que al lector hay que dejarle respirar, por eso entre la condensación y dejar aire se encuentra el ritmo, que es lo más difícil.

Hoy, mi sobrina Isabel ha cumplido catorce años. Es morena como la noche cerrada y posee una magnífica voz. Me he echado una pequeña siesta en su cama y me ha llamado la atención que la tiene toda llena de pósters. Me ha parecido ver que Shakira es uno de sus mitos. Dormí como un lirón.

 

*En la foto de Reuters: Alberto Contador. Ganador del Giro de Italia, 2008.

1 comentario

Joaquín -

No sabes, Antón, cómo me gustan estas crónicas que haces de tus fines de semana. Tienen un tono costumbrista entrañable. Son un diarion novelado en el que tu familia y tú os convertís en personajes literarios. Además no sólo hablas de tu faceta cultural sino también de tu lado deportivo, de espectador deportivo. Y eso te honra, más aún. No sabes la cantidad de culturetas que conozco que consideran el deporte un tema tabú, aunque están deseando que empiecen las Olimpiadas.
Saludos
Joaquín