Blogia
Antón Castro

ÁNGEL PETISME ACTÚA HOY EN LA EXPO

ÁNGEL PETISME ACTÚA HOY EN LA EXPO

 

Esta tarde, a las 21.00, en el Balcón de las Músicas, en la Expo, Ángel Petisme y su banda presentan su último proyecto: AguaCero, una selección de temas acuáticos y marinos con nuevas aportaciones. Rescato aquí un texto sobre uno te mis temas favoritos de Petisme: “Los nadadores”, que Petisme incorporó a los textos que acompañan Éxitos secretos, que suena a deshora en el ordenador.

 

LOS NADADORES

 

Hubo un tiempo en que Ángel Petisme era el cantautor de nuestra casa, la voz del poeta entre la música. Sus discos nos acompañaban en todos los viajes. Íbamos a Galicia y siempre había alguien, uno de mis hijos, que preguntaba: “¿Tenemos ya lo último de Petisme?”. Lo teníamos. A veces, Ángel me mandaba una primera versión, un poco antes de la edición y la mezcla final de las canciones. Recuerdo cómo me impactó “La habitación salvaje” y, en particular, aquel himno del hombre agreste que era “Hola Noé”. Luego apareció “Turistas en el paraíso”: el disco de la felicidad y la fantasía. Fue, con “Cierzo”, el álbum que todos nos sabíamos de memoria, el disco que cantábamos a coro cuando volvíamos a casa. Pienso en mis desplazamientos de Zaragoza a La Iglesuela del Cid, y soy capaz de unir cada paisaje, cada fragmento de cielo o un serbal atiborrado de frutos a una melodía de Petisme, a sus susurros, a sus alusiones llenas de cultura y de vida.



Pero hay una canción –que me marcó tanto como “Golpes de mar”, asociada a la Costa de la Muerte y a la tierra de Pondal, el bardo de Ponteceso- que me emociona más que ninguna: “Los nadadores”, esos tipos que bajan a bañarse, a deslizarse en el agua, con sus albornoces, en un día invernal como hoy. Esa balada, no se por qué, me recuerda un viaje a Praga, el río Moldava, una visión fugaz de nadadores a punto de arrojarse a la corriente, que creo que, en el fondo, es un recuerdo inventado. Y también me recuerda a Kafka. Es una asociación un tanto inexplicable e intemporal, si se quiere, pero para mí inevitable: veo a Kafka que dice que empieza la I Guerra Mundial y que él se va a nadar.

Oigo “Los  nadadores” y navego con la música, a lomos del corcel de la imaginación. Y avanzo con Ángel Petisme que acaricia el aire con la voz y con las imágenes. Y recuerdo también cómo este señor, llamado un día Caín Petisme, soñador errante y bilbilitano como Marcial, fue nuestro cantautor de cabecera, el trovador imprescindible que se ha quedado a vivir en casa, y en nuestra memoria, como un fantasma familiar muy necesario que siempre está de viaje con nosotros.

0 comentarios