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Antón Castro

MENSAJE DESDE GALICIA DE LUIS POUSA

MENSAJE DESDE GALICIA DE LUIS POUSA

He amado Galicia durante años con una fuerza creciente, con esa enfermedad del alma emparentada con la saudade y la sensación de pérdida. En los últimos tiempos, no sé muy bien la razón, Galicia ha pasado a ocupar otro lugar en mi vida: me interesa, la quiero pero no me obsesiona. A veces me pregunto si tendrá algo que  ver con un resentimiento que no cifro a precisar, o con el hecho de haber dejado de escribir en gallego, o con el vacío tan inmenso que me ha dejado la muerte de mi padre.

 

Por eso, cuando he recibido la nota de Luis Pousa –al cual le mando un abrazo desde aquí-, me ha hecho mucha ilusión. Muchísima. Algún día volveré a Caión a escribir y a envejecer soñando con las ballenas y los marineros. El pasado septiembre, o fue a finales de agosto, no recuerdo, tuve una experiencia que no había tenido jamás: Carmen y yo alquilamos una habitación en Caión, una habitación con vistas, y apenas podíamos dormir: el mar como un lobo insomne no dejaba de aullar, no dejaba de lanzar su clamor que lo invadía todo, tanto que parecía que en los alrededores, y más en el abovedado silencio de la noche, no exista ni otro estremecimiento ni otra música.

*Estampa apacible de a Praia das Salseiras de Caión.

3 comentarios

De Antón -

Querido Luis:

Me encanta tu fervor por Caión y por esa carretera serpenteante que conduce hacia el fin del mundo. Le he dedicado a Caión un libro casi completo "Golpes de mar" (Destino, 2006), que empieza con un personaje realizando esa travesía.
Estupendo tu blog.

Marta:
Gracias Marta, y te repito las gracias por tus discos de Battiato. Son estupendos.

Abrazos de domingo de llovizna.

Entrenomadas -

Curioso, llegué a Luis Pousa gracias a Félix Soria y Guillermo Pardo, el primero afincado en Galicia y el segundo gallego, y acabo leyendo sobre Luis Pousa en el blog de otro gallego afincado en Aragón.
Círculos perfectos diría yo.

Bicos,

Luis Pousa -

Muchas gracias, Antón. Me hace gracia lo de Caión, porque yo que trabajo en la redacción de La Voz en Arteixo a menudo me escapo con algún amigo a comer a Caión, que está ahí al lado, y la verdad es como una cura de salud, abandonar el polígono industrial y dejarte llevar por esa carretera serpenteante hasta que, ya en Caión, efectivamente, lo único que se oye es el aullido del mar. Saludos fraternales. Un fuerte abrazo y, de nuevo, gracias.