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Antón Castro

MEDALLA PARA PEPA. Por CARMEN PUYÓ

MEDALLA PARA PEPA. Por CARMEN PUYÓ

El viernes, de la mano del ministro Corbacho, María José Cabrera, Pepa Cabrera, recibía la Medalla de Oro al mérito en el trabajo. Pepa Cabrera ha trabajado esencialmente en la COPE y también ha sido, y es, columnista de ‘El Periódico de Aragón’. Carmen Puyó, subdirectora de ‘Heraldo de Aragón’ y apasionada del cine y del universo de los espectáculos desde hace muchos años, le dedicaba ayer en la columna de contraportada esta columna espléndida, hermosa y absolutamente justa con los méritos, la entrega, la calidad humana y la profesionalidad de María José. Por eso le he pedido la pieza, esta ‘Medalla para Pepa’. (La foto es del Diario del Altoaragón).

 

MEDALLA PARA PEPA

 

Por Carmen PUYÓ

María José Cabrera recibió ayer la medalla de oro al mérito en el trabajo, una distinción con la que se premia “el mérito de una conducta socialmente útil y ejemplar en el desempeño de los deberes que impone el ejercicio de cualquier trabajo”. Periodista curtida en mil batallas, María José reúne esos requisitos y bastantes más. Hoy, más que nunca, María José es un ejemplo de lo que tiene que ser un periodista. Cuando pienso en su calidad profesional, no sólo me baso en el hecho de que haya sido una magnífica jefa de Informativos, o en que haya realizado para televisión una serie de entrevistas que habrían de servir de manual de estudio para aspirantes a periodistas, o en que haya dirigido programas estupendos. Su calidad profesional, además de esto, le viene de su dedicación absoluta a una profesión tan dura como absorbente, y tan apasionante, en la que ha puesto la cabeza y volcado el corazón. Una profesión en la que ha metido horas sin conocimiento, en la que ha enseñado a nuevas generaciones de periodistas la realidad de la profesión, en la que ha sido maestra y en la que ha cubierto una carrera intachable. Dedicada, honesta, leal, rigurosa, segura, preparada, competente. Muy competente. Y con otros dos valores que también se van perdiendo, humana y cálida. María José Cabrera podría haber triunfado en cualquier lugar y en cualquier medio. Hemos tenido la suerte de que haya sido en Aragón.

Una vez, hace años, María José me dijo que se crecía ante las adversidades. Es verdad. También sé que se ha batido en mil batallas. De todas ha salido más fuerte y con una  sonrisa. Es un privilegio contar con ella.

 

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