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Antón Castro

CRISTINA GRANDE HOY EN MADRID

LOS SECRETOS DEL ÁLBUM FAMILIAR DE CRISTINA GRANDE

Cristina Grande (Haro, La Rioja, 1962; en algunos de sus libros dice que ha nacido en Lanaja por afecto hacia ese pueblo familiar) ha ido sembrando los retazos de su recuerdos en varios libros: en los relatos de 'La novia parapente' y 'Dirección noche' (publicados por Xordica) y, sobre todo, en su novela 'Naturaleza infiel' (RBA, 2008). De algún modo, la escritora a lo largo de todos estos años ha ido redactando una suerte de miniaturas, mágicas e intimistas, cotidianas y turbadoras, en sus artículos en HERALDO, que acaban de ser recogidos en dos libros: 'Agua quieta' (Traspiés. Colección Vagamundos), que se presentó en Bodegar en compañía de la subdirectora de HERALDO Encarna Samitier, y 'Lo breve' (Tropo), un volumen que verá al luz el próximo día 5 en la Feria de Huesca. En total son 90 piezas, muy distintas y complementarias.

Lanaja: secretos de familia

Dice Cristina Grande: "Agua quieta' recoge 36 artículos o columnas, que aparecieron en su mayoría en la edición de HERALDO de Huesca, y están muy vinculadas a mi familia: mi abuela, mis abuelos, mis tíos abuelos, mi madre y mi padre. Es como un álbum familiar. De algún modo, es un libro rural: aquí está Lanaja, el campo, el paisaje. Vuelvo a aquella frase que aparece en algunos de mis libros: 'las tardes de verano eran interminables".

Cristina dice que no tiene una técnica exactamente para componer un artículo, sino que opera como un arqueólogo o un paseante que se interna en un paraje de su pueblo, El Olivar, y se pone a buscar retazos, trozos de cerámica con el quimérico afán de recomponer un cántaro, un plato, "aunque esos trozos que rescata sean pequeños, ínfimos, casi invisibles". Confiesa Cristina que lo que ha hecho con ese libro "es algo que forma parte de mi propia escritura en todas mis ficciones: la reconstrucción de mi memoria. En este volumen, ilustrado por la granadina Esperanza Campos, hay muchos muertos. Es un libro elegíaco, nostálgico, que tiene la voluntad de perpetuar una herencia, los secretos de familia".

Para ella, 'Agua quieta' es un libro narrativo, intimista y descriptivo, un libro de estados de ánimos, de personajes y de objetos, "de enumeración de cosas". Los personajes brillan con luz propia, como su abuela Adoración, que era como una rebelde, una contadora de historias y una fumadora de cigarrillos turcos. Como su tío Jesús, como la tía Esperanza, obsesionada por los olores.

De María Anoro a Ramón Acín

O María Anoro, "la mejor planchadora del mundo", una criatura que conocía a la perfección la vida de las casas. "María Anoro ayudaba mucho a mi madre. Era una mujer sin apenas estudios, pero muy inteligente. Era como una especie de asistenta, discreta y callada, que no hablaba nada. Una tumba. María encarnaba la calma, el sosiego, frente a todas las demás mujeres, que éramos un manojo de nervios".

 

 

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