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Antón Castro

NOBEL PARA MARIO VARGAS LLOSA

 

Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010

Por Daniel GASCÓN

El Premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa es tan merecido que casi resulta inesperado: parafraseando a Borges, daba la sensación de que no concederle el galardón era una vieja tradición escandinava. Muy pocos novelistas han construido un universo narrativo tan poderoso y rico como él, y la cantidad de libros admirables que ha escrito produce algo parecido al vértigo.

Ha sabido conjugar una concepción atrevida y experimental de la novela, que bebe de Faulkner y Joyce (y Flaubert, a quien dedicó el ensayo La orgía perpetua), con una pulsión narrativa apabullante -en la que son esenciales los maestros de la novela del XIX, pero también la tradición del folletín- y una confianza en la capacidad de la ficción para construir un mundo y retratar la complejidad del ser humano. La cita de Balzac que encabeza una de sus grandes novelas, Conversación en la Catedral –“la novela es la historia privada de las naciones”- podría ser el epígrafe de muchas de sus obras. Además, ha combinado la defensa de la imaginación –escribiendo sobre la novela de caballerías o comprendiendo como pocos a Emma Bovary- con la práctica de una estética realista que también es una postura moral: no hay explicaciones mágicas, líricas o relativistas para la violencia o el crimen.

Vargas Llosa partió de una idea de la literatura comprometida heredada de Sartre y, aunque con los años se ha alejado de él y se ha aproximado más a los postulados de Camus, siempre ha creído en el poder subversivo de la literatura, en su capacidad para revelar las hipocresías y las injusticias: es un hombre que escribe contra el mal. Muchas de sus obras retratan un mundo primitivo y nos alertan de los peligros de la violencia, del fanatismo y del machismo: es el mundo del Leoncio Prado en La ciudad y los perros; el ambiente que provoca la doble amputación de Cuéllar en Los cachorros; el clima desasosegante e hipócrita de Conversación en la Catedral; la sociedad asfixiada de la República Dominicana en la magistral La fiesta del Chivo; o la brutalidad de Lituma en los Andes. Es un escritor ambicioso y vehemente: después de crear personajes memorables y conquistar territorios literarios -donde se instalarían otros autores y que se convertirían en un lugar inolvidable para miles de lectores- en Perú, ha sabido contar historias de otros países y de otras épocas, desde Francia a Brasil o África, desde Gauguin a Casement. En más de 50 años de carrera, nunca ha dejado de ponerse retos como creador y de asumir compromisos como intelectual, y por eso siempre es emocionante saber que Vargas Llosa prepara una nueva novela. No sólo ha conquistado espacios físicos y ha abordado temas como la libertad, el terrorismo o la dictadura, sino que en su obra también encontramos tonos distintos: el humor es un elemento fundamental de Pantaleón en las visitadoras, ha publicado unas memorias y piezas teatrales, ha revisado a los clásicos, y ha escrito novelas eróticas y policíacas, y un hermoso y ligero relato de amor que recrea un episodio de su propia vida y es al mismo tiempo un homenaje a la pasión por contar historias: La tía Julia y el escribidor.

Otro factor esencial de Vargas Llosa es su labor como crítico. Sus textos sobre Flaubert, Victor Hugo, los ensayos de La verdad de las mentiras o Cartas a un joven novelista nos ayudan a entender mejor su idea de la escritura, son una ventana que nos muestra a otros autores y están llenos de sabias observaciones (por ejemplo, que el narrador es el personaje principal de todas las novelas). Ha sabido reconocer a sus maestros y admirar a sus contemporáneos y a autores más jóvenes que él: José María Arguedas, Juan Carlos Onetti, Jorge Luis Borges o Gabriel García Márquez –sobre el que escribió Historia de un deicidio- son sólo algunos de los que se han beneficiado de la generosa admiración y la inteligencia crítica del mejor novelista de nuestra lengua.

*Mi hijo Daniel Gascón publica hoy este texto en el blog de la revista 'Letras Libres' de la que es asiduo colaborador. Daniel es un gran conocedor de la obra de Mario Vargas Llosa y un constante admirador de sus múltiples facetas: el periodismo, la crítica, la narrativa.

 

1 comentario

Nestor Rondon Duarte -

Con el siguiente caso el escritor Mario Vargas Llosa puede hacer una pequeña Novela:
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