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Antón Castro

ÁNGEL PETISME, EN EL JOAQUÍN RONCAL

La poesía cibernética de Ángel Petisme

 

El escritor y cantante aragonés publica ‘Poemails’ (Amargord): composiciones donde juega con las nuevas tecnologías y aborda sus temas de siempre: el amor, el viaje, el poder, la solidaridad, el sexo y la cultura. Esta tarde, ofrece un recital en el Centro Joaquín Roncal a partir de las 19.30.

 

 

Ángel Petisme (Calatayud, 1961) es compositor, cantante y poeta. Y además es un viajero pertinaz alrededor de las injusticias del mundo: está con los desheredados, ya sea en África, en Asia o en Latinoamérica. De esos viajes han nacido algunos de sus diarios o libros de crónicas, y nacen bastantes de sus poemas. Petisme es autor de diferentes discos, pero tres de ellos son fundamentales en la música popular de Aragón: pienso en ‘Turistas en el paraíso’, ‘El Singapur’ y ‘Cierzo’. Petisme, por otra parte, es un poeta torrencial, que posee una enorme facilidad: se le escapan las palabras a chorros; se le escapan las palabras, las situaciones, las criaturas y la ironía y la sátira, que en él conviven por igual.

Posee una capacidad particular para interpretar la vida cotidiana: para interpretarla e integrarla en su poesía con pasmosa naturalidad, como se ve en libros de poesía como ‘Constelaciones al abrir la nevera’, ‘Cinta transportadora’ o ‘Buenos días, colesterol’, pongamos por caso. Y todo ello, lo cotidiano se mezcla con las referencias culturales: la música, la literatura, la poesía, el cine, el viaje, la pintura y, por supuesto, el sexo. En los poemas de Petisme no se hace el amor: se folla bastante.

Petisme, por otra parte, es un creador laborioso. Y ocurrente. Y lúdico. A lo largo de estos treinta años ha descansado poco, ha escrito mucho y ha compuesto más de un centenar de canciones. El sello Amargord ediciones publicaba a principios de verano ‘Poemails’. En realidad, son dos libros en uno: el citado ‘Poemails’, que lleva por subtítulo “Nuestra venganza es ser felices”, y ‘Cuatro días de alquiler’, una colección de ‘Ciberpoemas’ redactada entre 2001 y 2003, donde el poeta habla de casi todo: de sí mismo y del poder, del amor y del dolor, de sus odiseas y de los contratiempos diarios (como en ‘Desagüies’, donde lamenta con humor no haber sido fontanero), escribe cartas a los Reyes Magos, glosa a personajes tan distintos como Monica Bellucci, Luis Eduardo Aute o Cela, tras el Nóbel.

En esta parte, el texto que más llama la atención es ‘Nuevos exilios, demonios ancestrales’, donde Ángel Petisme evoca el desencuentro de Goya con Zaragoza para narrar su propio desencuentro, ese “amor no correspondido” con su ciudad, que “está infectada ahora. Duele y es difícil dormir”; más arriba había escrito: “Solo hiel, acíbar, pus, veneno. Hay una herida abierta en mi interior / y solo el tiempo, poderoso bálsamo, con suerte podrá sajarla”. Hacía tiempo que nadie se expresaba en estos términos hacia Zaragoza: desde el dolor y con unos gramos de resentimiento en un auténtico ajuste de cuentas.

En ‘Poemails’ está el Petisme de siempre: el maledicente, el tierno, el enamorado, el que mira en derredor, el que viaja a Nueva Delhi, el que se desplaza por la realidad virtual con google, con la webcam o con el skype. Todos esos elementos de las nuevas tecnologías, tan corrientes ya en nuestras vidas, están aquí y son materia literaria: se prestan al juego de palabras, al equívoco, a la confesión, a la paráfrasis del ‘Padre Nuestro’; leemos: “Satélite del amor nuestro que estás en el cielo, /acelerado sea tu ‘link’. / Venga a nosotros tu hipertexto. /(...) No nos dejes caer la conexión, / y líbranos de todo virus y basura digital. / Amén, digo, Amen”.

Madrid aparece en varios poemas dedicados a Vallecas, Lavapiés o la Gran Vía, y por haber hasta hay una carta a José Antonio Labordeta y un homenaje al poeta Ángel Guinda, un modelo de creador para Petisme: “He soltado unas lágrimas de vodka leyéndote. / Te adoro y te admiro, mejor por este orden. / Uno sabe que aún queda / el futuro interior / cuando tropieza con alguien como tú, / que este planeta se hizo para bailar”. Petisme, mitómano constante, también dedica un poema a la actriz maldita Jean Seberg y otro a su hija adoptada.

‘Poemails’ es un libro de circunstancias y de esencias. Un libro azaroso y un libro de compendio. Un libro moderno, rebelde, provocador; un libro arebatado de amor, de locura, de peligrosas noches, de sexo (véase ‘Fucking good date’) y de solidaridad; al fin y al cabo, si algo caracteriza a Petisme es su vocación de denuncia. Y su permanente incomodidad: consigo mismo y con el mundo.

 

Poemails. Ángel Petisme. Amargord Ediciones. Colmenar Viejo, Madrid, 2011. 118 páginas.
La foto de Ángel la tomo de aquí:

http://ubiku.blogspot.com/2010_12_01_archive.html

 

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