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Antón Castro

FALLECE ANTONIO RUIZ ASENSIO

Retrato de septiembre de 2010 de Antonio Ruiz Asensio, por Esther Casas.

 

[El pasado mes de septiembre, gracias a la iniciativa del pintor y escritor Eduardo Laborda y la colaboración de Rafael Ordóñez Fernández, se recuperaba la obra de Antonio Ruiz Asensio y sus compañeros de la empresa de diseño industrial e interiorismo Maruvik. Hace un instante, entrecortado por las lágrimas y la pena, me ha llamado Eduardo para decirme que Antonio acababa de fallecer a los 89 años. Felizmente disfrutó de una recuperación de su obra. Cuelgo aquí el artículo que le dediqué: conversé con él en su casa la víspera de la inauguración en el palacio de Montemuzo]

 

ADIÓS A UN PIONERO DEL INTERIORISMO

 

Antonio Ruiz Asensio (Zaragoza, 1922) está viviendo un auténtico sueño: el palacio de Montemuzo acoge desde esta tarde una exposición de sus trabajos de decoración integral que realizó desde los años 40-50 hasta que se retiró. "En esta exposición, que se la debo a la generosidad del pintor y escritor Eduardo Laborda y del Ayuntamiento de Zaragoza, solo recoge una parte mínima de mi trabajo: he trabajado mucho en esta vida, primero como mecánico y luego como dibujante". La trayectoria de Ruiz Asensio está ligada a su gran amigo y socio Julio Martínez Palacín: juntos coincidieron en varias empresas; durante quince años como dibujantes de muebles y de interiorismo para Loscertales y, a partir de los años 60, en Maruvik, proyecto al que se sumaron otros dos socios: Victoriano Poblador Lozano y Carlos Martínez.

La exposición ’Zaragoza años sesenta’, sin embargo, solo recoge obras suyas, las que su esposa Carmen Garrido guardó como oro en paño en un armario de su casa. Ruiz Asensio se define como "dibujante e inventor" porque el dibujo ha sido la razón de su vida y la invención una constante: con Julio Martínez, inventó en 1957 y 1958 dos coches a partir de una vespa y de una lambretta. Su hija Celia conserva, enmarcado, el reportaje que les hizo en HERALDO el periodista Marcial Buj.

La cartulina negra

"En Zaragoza había muchos decoradores, y yo sentí que no podía ser menos. El dibujo era mi mundo. Me había gustado desde pequeño. Tras trabajar en Talleres Garín y Talleres Alonso, vi que había plazas en Loscertales y entré en la fábrica de muebles. Allí, con Julio, hicimos proyectos muy interesantes, entre ellos, la decoración integral de la Cafetería Las Vegas, en Independencia. Yo diseñé los mostradores de la cafetería y de la marisquería".

Antonio Ruiz Asensio se siente orgulloso de una intuición que iba a marcar su carrera: la utilización de la cartulina negra. "En eso fuimos pioneros. Había muy buenos dibujantes sobre papel blanco, pero se nos ocurrió usar el papel negro y eso asombró. Fue determinante en nuestro éxito y en nuestra independencia posterior -señala-. Julio trabajaba los espacios interiores y yo las fachadas y los diseños de muebles. El secreto de una fachada es la elección de una buena perspectiva y un buen contraste de luz".

Con todo este bagaje, el equipo de Maruvik realizó el ’zócalo urbano’ (como dice la historiadora del arte María Luisa Grau) de establecimientos como el Banco Agrícola de Aragón, la tienda Escolá, Sastrería Gazo, Bombonera Loto, Tintorería Los Alemanes o un proyecto tan fascinante, en su límpido acabado, como el Restaurante el Parador de Ágreda (Soria), por citar obras cuyos dibujos se exponen en la muestra.

Una de las características de las acuarelas y los gouaches sobre cartulina negra es la minuciosidad de detalles, la sutileza del trazo y de la tipografía, la elegancia, el sentido de modernidad, cierta atmósfera norteamericana y una leve inspiración racionalista e incluso art decó. Maruvik "determinaba desde la organización espacial, hasta la colocación de los puntos de luz, el diseño de las escayolas decorativas, el color de las pinturas, el cortinaje y tapicería, los elementos decorativos y la distribución del mobiliario, diseñado por ellos mismos", señala María Luisa Grau en el catálogo.

"A mí me encanta Velázquez y el Goya retratista, pero nosotros fuimos autodidactas. Julio y yo hablábamos mucho: éramos socios, buenos amigos y nos compenetrábamos", dice Antonio, con un leve hilo de voz. Eduardo Laborda -que ha recuperado su obra, como antes recuperó la de Luis Germán, Manuel Bayo Marín o Pedro García Aznar- afirma: "El trabajo de Antonio Ruiz Asensio por su carácter anónimo o marginal tiene las características del arte de vanguardia. Había pasado inadvertido y ahora está de moda el diseño de los 60-70 de nuevo por su carácter ultramoderno, en muchos aspectos. Antonio Ruiz Asensio es un pionero de la decoración moderna, y esta muestra es una prueba de ello".

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