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Antón Castro

BOSCO ESTERUELAS: UN RETRATO LITERARIO DE ALFONSO ARMADA

 

RETRATO DE BOSCO ESTERUELAS

 

[El escritor y periodista aragonés, nacido en Zaragoza en 1951, presenta en Los Portadores de Sueños su libro 'El reencuentro', una novela familiar publicada por el sello Chiado. Será este miércoles 28, a las 20 horas; yo presentaré el libro. La novela narra la historia de Norberto Bárcena y Blanca Saavedra, y sus cuatro hijos. Es una novela que transcurre en diversos lugares: en Santander, donde se casan, sin demasiado amor; en París, donde Norberto vive una apasionante historia de amor con la italiana Claudia, lectora de Svevo, Pratolini, Pavese y Dante...]

 

Por Alfonso ARMADA

 

Bosco Esteruelas es un cosmopolita. Nacido en Zaragoza hace sesenta años, ha recorrido como periodista buen parte del mundo, primero como corresponsal de la agencia Efe, después del diario El País, donde nos conocimos hace tiempo, cuando ambos coincidimos en la sección de internacional de ese diario de nuestros amores, pasiones y desamores, donde tanto aprendimos y algunos amigos dejamos.

 

Su historial periodístico es impresionante:

 

Redactor de la agencia Efe, estuvo destinado en las delegaciones de Roma entre 1977 y 1981, de Washington entre 1983 y 1986 y Londres entre 1986 y 1987.

 

En 1987 ingresó en la redacción de El País, y fue corresponsal en Asia, con base en Tokio, entre 1989 y 1991, y en Bruselas, sede de las instituciones europeas, entre 2000 y 2004. Su última etapa en el diario, hasta el año 2008, fue como editorialista.

 

Pero también se ha atrevido a saltar al otro lado de la barrera, y a trabajar en el ámbito político, lo que le ha permitido conocer de primera mano cómo quieren los políticos que se cuenten las cosas.

 

Fue portavoz de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) de 1992 a 1994

 

Y portavoz del vicepresidente y comisario europeo Manuel Marín de 1998 a 1999. Su último desempeño en el campo político fue en la secretaría de Estado de Cooperación Internacional, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores.

 

Su biografía profesional le ha permitido conocer de primera mano la vida de las ciudades que luego aparecen en el primero de sus libros que ve la luz, El reencuentro, pero también en otros escritos que he tenido la fortuna de leer.

 

Retirado del mundanal ruido en una finca (él, humilde y temeroso de los sabuesos de Hacienda, la denomina casa campestre), en un lugar (respetemos su discreción) cercano a Cáceres, donde la escritura y la lectura son, junto a sus perros, sus grandes amigos, mientras observa el crecimiento de los alcornoques, los olivos y las uvas. No tiene vocación de señor rural, sino de analista de la condición humana. Su curiosidad por la especie, especialmente en lo que respecta a la mujer, es insaciable. No deja de aprender y de sorprenderse, aunque a menudo es él mismo objeto de un análisis minucioso, para el que se sirve de las herramientas que tiene a mano, empezando por el raciocinio, el método de prueba y error, la mesa, la observación y la reflexión moral.

 

Bosco es un humorista. Un hombre tan tierno como complejo. Conversador ameno, con la felicidad de una ironía y piedad hacia la condición humana que no le libra de la estupidez que parece haber calado en el esqueleto nacional, cada vez más incapaz de reírse de sí mismo, una forma de  humor que apenas practicamos aquí. Humor, inteligencia, cierto romanticismo inasequible al desaliento en una búsqueda del ideal que ahora ha trasladado del mundo cada vez más efímero de las noticias al de la literatura, al que llega bien pertrechado y dispuesto a hacer una larga campaña. Espero que los dioses recompensen tan denodado afán.

 

*La foto de Bosco Esteruelas pertenece a 'El Periodista Digital'.

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