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Antón Castro

HOMENAJE A MARIANO CARIÑENA

HOMENAJE A MARIANO CARIÑENA

[La noche del sábado al domingo fallecí en Zaragoza Mariano Cariñena Castell. Hoy, miércoles 27, recibe un homenaje en el Teatro Principal de Zaragoza: el hall pasará a llevar su nombre. Cuelgo aquí uno de los artículos que le dediqué el lunes.]

 

 

Mariano Cariñena:

adiós al creador total del teatro de Aragón

 

Muere a los 80 años el fundador del Teatro de Cámara y del Teatro Estable, un humanista integral que fue actor, director, escenógrafo y pintor

 

 

 “Le dio un ataque por la mañana, lo ingresamos con toda rapidez y falleció al anochecer. No se enteró de nada”. Así explicaba Marisol Albiac, esposa, compañera constante y diseñadora de vestuario del Teatro Estable, el adiós de Mariano Cariñena (Zaragoza, 1932-2013), uno de los personajes claves del teatro aragonés del último medio siglo. Era un humanista integral: se educó en el Colegio Alemán, luego en Jesuitas; realizó estudios de Arquitectura y de Pintura en Barcelona durante tres años, llegó a exponer en la sala Libros de Víctor Bailo, y estuvo un curso completo en París, en la Escuela de Beaux Arts, un período que aprovechó para descubrir al poeta Paul Verlaine, al novelista Roger Martin Du Gard y al cantante Georges Brassens, aunque el músico de su vida era Paul Hindemith.

Hijo de médico y militar y de una mujer refinada que tocaba el piano, que tuvieron seis hijos, solía decir que se había aprendido el ‘Claro de luna’ de Beethoven como quien aprende un poema. Fue un niño y adolescente de calle, en los alrededores de la plaza de Los Sitios y del río Huerva, y pronto se convirtió en un espléndido deportista: él y su amigo Jaíto ganaron varios campeonatos de natación de Aragón. Más tarde jugaría al tenis y recordaría algunos choques con el catedrático Francisco Ynduráin, en pelota a mano. A principios de los años 60 se asentaría definitivamente en la ciudad y se vincularía al mundo del TEU de Juan Antonio Hormigón, a David Giménez, a Federico Torralba y a Ángel Anadón.

En 1961 creó los decorados de ‘El embrujado’ de Valle-Inclán. Allí descubriría algo que le interesó mucho: el espacio escénico, la carpintería teatral, la elaboración de escenografías. En 1963 fundaría el Teatro de Cámara, que será muy determinante en su carrera. Realizará montajes de Azorín, de Oswaldo Dragún, de Max Frisch, de George Bernard Shaw o el ‘Retablo de la lujuria, la avaricia y la muerte’ de Valle-Inclán, pero también adaptará piezas de Ionesco o de Fernando Arrabal, que será uno de sus autores de cabecera, sobre todo de su nueva compañía, el Teatro Estable, que fundó en 1971, y que contará con actores tan importantes como Eduardo González, María José Moreno, Luisa Gavasa, Balbino Lacosta... Mariano Cariñena, como lo serían Pilar Delgado, Pilar Laveaga, Mariano Anós o Paco Ortega, ha sido un maestro de actores: son muchos los que descubrieron la complejidad de las tablas a su lado.

 Cariñena concurrió con su formación, en 1966 y 1967, a los Festivales de Teatro Nuevo de Valladolid. Allí estrenaron una pieza que siempre ha sido una debilidad para Cariñena, “tal vez la primera pieza de teatro moderno”: ‘Woyzeck’ de Georg Büchner. El teatro ha sido una forma de interpretación de la realidad para Cariñena. Y una forma constante de crítica, de intervención social y de posicionamiento marxista. Solía decir que él se había hecho seguidor de Marx a través del teatro. Gracias a sus estudios en el Colegio Alemán y a las clases que le dio el profesor de filosofía Benno Hübner aprendió alemán, y tradujo a Bertolt Brecht y a su discípulo Peter Hacks.

La lista de montajes es enorme: ‘Los mercenarios’ de Torres Naharro en 1972; ‘Oficina de horizonte’ de Miguel Labordeta en 1977; la ‘Comedia tesorina’ de Jaime de Huete en 1979; ‘A puerta cerrada’ de Sartre en 1986 o, entre otras, ‘Enrique IV’ de Luigi Pirandello en 1990.  También llevó varias obras suyas a la escena como ‘Fábula de la fuente y la raposa’, ‘El cuento al revés’ ‘De brujas, moras y diablos’. Montó espectáculos con la Escuela de Teatro, a la que dirigió durante casi veinte años, hasta su jubilación en 2002, y con Pingaliraina. Lo hizo casi todo: fue autor, actor, traductor, adaptador, cartelista, escenógrafo y director. Y era un estudioso y un investigador del contexto de cada pieza: solía decir que cada obra nacía de un trabajo que tenía algo de tesis doctoral, y de citas con historiadores universitarios y profesores como los citados Ynduráin y Hübner, Juan José Carreras o José-Carlos Mainer.

Mariano publicó varios de sus textos en el sello Arbolé, participó como actor en ‘Johannes’, un corto de carácter místico y poético de Graciela de Torres, y recibió diversos homenajes. En 2004, el Centro Dramático de Aragón publicó el libro ‘Conversaciones con Mariano Cariñena’. Allí este hombre total de teatro, zaragocista hasta la médula, que será enterrado en la intimidad, decía: “El teatro ha sido mi vida y en cada nuevo montaje he intentado ir algo más lejos. Aprender, mejorar, arriesgar y emocionar”. La creación ha sido su mejor estímulo.

 

*Las fotos de Mariano Cariñena las tomó José Miguel Marco. 

1 comentario

Javier del Rey Morató -

Antón, muy bonito el homenaje que rindes a Mariano en esas líneas. Se lo pasé a mi mujer, Sete Cariñena -sobrina de Mariano-, y quedó encantada.
Un saludo cordial desde Madrid
Javier del Rey Morató
Universidad Complutense