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Antón Castro

HISTORIA DE LUIS ARAQUE

HISTORIA DE LUIS ARAQUE

Luis Araque, el músico que llegó a todo

 

Historia de este ilustre zaragozano que fue médico, compositor, pianista, director de orquesta y arreglista, y trabajó con Machín, Sepúlveda y Guardiola

 

Antón CASTRO

Para entender la trayectoria de Luis Araque Sancho (Zaragoza, 1914-Madrid, 1971) –“compositor, pianista, director de orquesta, arreglador y poeta”, además de médico, según las definiciones de la época-, casi conviene empezar por su padre, Rufino Araque, toledano, que se instaló en Zaragoza y que realizó mil y un oficios: fue sacristán, militar y barbero de regimiento, practicante, profesor de música y fundador de varias orquestas en Zaragoza, entre otras cosas, según él mismo le contaba a Marcial Buj en una entrevista de HERALDO. De casta le venía al galgo, pues. Luis Araque fue un estudiante modélico e inteligente, que obtuvo en Bachillerato premio extraordinario y matrícula de honor. Ingresó en el Conservatorio y realizó estudios de piano con el maestro Ramón Salvador; cuando estalló la Guerra Civil, en 1936, ya había realizado cinco cursos completos; con solo 18 años, había solicitado la admisión en la Asociación de Profesores Músicos de Zaragoza. 

Se matriculó en la Universidad de Zaragoza en Medicina y de inmediato demostró su versatilidad, su entusiasmo y su capacidad de liderazgo. Se integró en la tuna universitaria, a la que dirigió, y no tardaría en componer una pieza que sigue siendo la más rentable de las suyas en la SGAE: ‘Pasa la tuna’, que llegó a cantar el mismísimo Alfredo Kraus en los años 60 con una leve modificación de la letra. Aquella etapa fue fructífera: eran tiempos de cambio, de jazz y sonidos negros, de foxtrot y music hall, de boleros, tangos y pasodobles, de aprendizaje constante. Luis Araque lo mismo actuaba de solista en pequeñas orquestas que dirigía la tuna o componía. De entonces fue la pieza ‘Ballesteros’, en honor al finísimo e infausto torero Florentino Ballesteros (1893-1917), que había muerto de una cornada. Se dice que tenía tanto éxito con sus piezas, alegres y modernas, que solía cobrar un sueldo medio de 1000 pesetas al mes en liquidaciones de derechos de autor (unos seis euros).

Tras la contienda, culminó su carrera y trabajó de médico militar hasta 1951. Eso sí, jamás había abandonado la música, que era su gran pasión. En 1942, en Madrid, en el Teatro Fontalba había presentado una comedia musical, ‘El capitán Kiriki’, y no había cesado en la composición. El momento clave de su existencia fue en los inicios de los 50 porque creó su propia orquesta. Hizo decenas de temas para otros y se encontró con el cantante cubano Antonio Machín, con quien presentó durante una década el espectáculo ‘Melodías de color’, que fue el escaparate para el gran bolerista, para la Orquesta Internacional Luis Araque y coros y para sus piezas: ‘Mil besos’, ‘Sé que tienes novio’, ‘No sé por qué te quiero’ o ‘Al recordar tu amor’. También firmó un pasodoble taurino como ‘Ópera flamenca’.

Se dice que es autor, con música y muchas veces letra, de 400 temas y que sigue siendo uno de los aragoneses más rentables a la SGAE tras Antón García Abril y Daniel Montorio, entre otros. Hizo discos de casi todo: fue un arreglista de temas gallegos o canarios, creó chachachás y cantaron sus canciones Sara Montiel, Lucho Gatica, las hermanas Fleta, Elia y Paloma, escribió cuatro boleros para José Guardiola, rindió homenaje a Portugal en un disco que grabó la orquesta de Roger Santander (se conserva una carta suya donde le escribe al músico Guillermo Fernández-Shaw, en 1954, para que le traiga dos copias de Buenos Aires)… Y una de las curiosidades de su trayectoria se refiere a otro de sus grandes éxitos: había creado el bolero ‘A escondidas’ para Antonio Machín, pero por distintas razones este no lo quiso cantar, lo hizo Jorge Sepúlveda y fue uno de sus grandes éxitos. Las críticas, y las notas de sus discos, subrayaban esa facilidad para crear “colores orquestales con atrevimiento y modernidad” y a la vez se decía que su obra era de “un hondo romanticismo, donde el sentimiento y la musicalidad adquieren acentos universales”.

La Orquesta Internacional Luis Araque y coros realizó giras por países europeos y, sobre todo, Latinoamérica, donde interpretaba música ligera, variaciones de jazz (Jorge García en el texto ‘El trazo del jazz en España’, con motivo de una exposición en la Biblioteca Nacional, decía que era “uno de los principales personajes del jazz en aquellos años difíciles” de la inmediata posguerra) y algunos de sus temas más personales: ‘La primera estrella negra’, ‘Mardita sea tu estampa’, ‘Ópera flamenca’, ‘Aquí Zaragoza’, etc. Plácido Serrano, estudioso de su obra, explica: “Fue uno de los músicos españoles más completos e interesantes en los 50 y 60. Quizá lo menos conocido sea su influencia del jazz, por ejemplo sus composiciones para el cuarteto de Flavio Bello”.

Tuvo algunos cargos en la SGAE y consta, cuando murió en Madrid el 16 de abril 1971, que era director de los servicios médicos y un activo de su sección musical. El ABC publicó dos esquelas, en la que lo lloraban dos mujeres: su esposa Sara Méndez y su hija Sara. Ha caído en el olvido, sin duda, pero siempre que se habla de amor, de boleros, de pasodobles, ahí reaparece Luis Araque Sancho. Logró la inmortalidad tal como había soñado: con sus melodías y sus ritmos bailables.

 

 

La vida de las paredes

Sara Morante

Sara Morante se había revelado como una espléndida y luminosa ilustradora. En este libro, de Lumen, da el salto: no solo ilustra, con elegancia, narratividad y colorido, sino que cuenta la historia de un edificio, en Argumosa 16, y sus personajes a lo largo de varios días. Un libro subyugante.

 

Diccionario enciclopédico de la vieja escuela

Javier Pérez Andújar

Javier Pérez Andújar publica en Tusquets este diccionario que tiene algo de síntesis de su aprendizaje sentimental. Conviven los tebeos, la democracia, la música (hay una entrada de Camilo Sesto), el cine y muchos de sus personajes y la historia, narrado todo ello con libertad, erudición e ironía.

 

*De la serie de Heraldo, 'Letras estivales'.

 

2 comentarios

cristiana -

hola
busco la partitura piano del " pasodoble triste " de luis araque .si pueden decirme donde hallarla?
gracias

Jose Luis Arce Carrascoso -

Aunque perdido en las tinieblas del tiempo pasado, aun recuerdo sus canciones, populares en mi juventud.
Años más tarde conocí a su hija, estudiante de filosofía en la Universidad Complutense.
Hay momentos que perduran.